Mujeres hermanadas por el teatro

Son aficionadas al mundo del teatro, trabajan como enfermeras, en alguna sucursal del banco, en algún comercio o son amas de casa, pero las tablas pueden con ellas. Se trata de un grupo de mujeres que forman parte de dos compañías teatrales, que subirán a escena el próximo sábado dos obras en el Teatro Góngora para celebrar el Día Internacional de la Mujer; las representaciones que comenzarán a partir de las 19:00.

La iniciativa, patrocinada por la Delegación de Mujer e Igualdad del Ayuntamiento, consistirá en la representación de obras: Hermanas de Sangre, hermanas de cárcel, a cargo del colectivo cordobés Teatro Laboratorio, que dirige Raquel Toledo, y Mujeres, un texto que escenificará la Escuela de Teatro de Parla (Madrid).

El objetivo es conseguir que "la igualdad sea real", aseguró ayer la delegada de Mujer e Igualdad, Eva Pedraza, durante la presentación de las dos obras en las dependencias del Gran Teatro.

La primera obra que se pondrá sobre las tablas del escenario del Teatro Góngora será Hermanas de sangre, hermanas de cárcel, que consta dos partes. Según indicó su directora, Raquel Toledo, en una se intercalan escenas de conflictos entre hermanas de la literatura dramática universal como son Antígona, de Sófocles, Un tranvía llamado deseo, de Tennesse Williams, y La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca. En la segunda parte, continuó, "un grupo de mujeres tras las rejas nos cuentan cómo y porqué han asesinado a sus maridos en clave de comedia", para lo que se han basado en el musical Chicago. Insistió en que cada actriz que forma parte de esta compañía "ha escrito cada una su monólogo", mientras que ella misma se ha hecho cargo de la letra de los estribillos.

La segunda obra es Mujeres, dirigida por Natalia Narbón. En ella, los asistentes al Teatro Góngora observarán cómo las vecinas de una comunidad "verán alterada su rutina cuando una de ellas, María, una mujer muy feminista y luchadora, adquiere una escultura de una mujer desnuda y decide ponerla en el salón de su casa", relató. La mujer orgullosa de la escultura que ahora decora su casa "mantiene sus cortinas abiertas para que todo el mundo pueda observarla, por lo que todo el vecindario queda revuelto ante tal noticia", añadió. Ambas obras tienen una duración prevista de una hora.

Según Toledo, todas estas mujeres reconvertidas en actrices han llegado al teatro "por afición" y también por su efecto terapéutico, "que está implícito". A su juicio, todas ellas "necesitan expresar y comunicar a través del teatro todo lo que llevan dentro".

En su intervención, Toledo también aludió al trabajo que desarrolla el grupo de teatro madrileño, con el que ya "se hermanaron" el pasado 24 de noviembre en Parla, donde representaron los mismos espectáculos en el teatro Dulce Chacón.