El Mercado Romano pierde asistentes pero consagra su modelo

Sin concretar cifras, el Mercado Romano ha experimentado este año un pequeño descenso de asistentes respecto a 2014 por el freno que para mucha gente supusieron el sábado las desapacibles condiciones climatológicas. Así lo reconoció ayer la concejal de Fiestas y Tradiciones Populares del Ayuntamiento, Amelia Caracuel, que no obstante indicó que la jornada dominical fue pletórica, "con más gente incluso que el año pasado", y reafirmó la apuesta del gobierno municipal por una actividad en la que los cambios argumentales y geográficos de 2014 se revelaron "un acierto", sobre todo porque consagran un discurso cultural, gastronómico, histórico y lúdico que "une las dos orillas" del río en un festivo ejercicio de vertebración de ciudad.

El balance de esta segunda edición del Mercado Romano, sucesor del antiguo Mercado Medieval, es "bueno", según Caracuel, que admitió que el sábado "fue más flojo que el del año pasado, con menos gente y menos bulla" debido al mal tiempo, circunstancia que en el global conlleva un leve descenso de asistentes respecto a 2014. "Pero hoy -ayer para el lector- nos hemos recuperado bastante, ha estado a tope, con cifras que recuerdan las del año pasado e incluso superiores", añadió la responsable municipal, que explicó que además este año hay que tener en cuenta que "ha habido mayor amplitud" espacial. Por otra parte, el mercado se ha desarrollado desde el pasado viernes "sin incidencias destacables". Una actividad que "ha encontrado su sitio" en la agenda de la ciudad y que permite recuperar algunas esencias de la Córdoba histórica, en este caso la romana. Carreras de carros, peleas de gladiadores, desfiles de legionarios, pasacalles, recreaciones de bodas, funerales, crucifixiones, bacanales, malabares, lanzadores de cuchillos y exhibiciones de aves rapaces formaron parte de la relación de actividades de esta edición, junto a propuestas para el público infantil (cuentacuentos, títeres...) y un amplio catálogo de alicientes gastronómicos (de espectro amplio, con pescados de Islandia, té moruno, crepes, ibéricos, quesos extremeños, panes, licores...) y artesanales (esencias, jabones, joyas, bolsos...). Todo ello en la margen sur del Guadalquivir, entre Miraflores y la Torre de la Calahorra. Más de 100 artistas intervinieron en las animaciones, que permitieron al público encontrarse con Vulcano, Venus y Cupido, soldados, aurigas y sacerdotisas, faunos, vestales, bárbaros y leprosos, gracias a la participación de 12 compañías.

La apuesta del gobierno municipal, según Caracuel, es "seguir manteniendo" esta actividad con el mismo concepto y "en el mismo sitio" para que cada año Córdoba evoque lúdicamente su pasado romano.