Medio siglo formando a la sociedad cordobesa

ETEA celebra 50 años reconvertida en Universidad Loyola Andalucía y con el reto de seguir transformando a sus estudiantes como ha hecho hasta ahora

Foto de familia de los homenajeados y los representantes institucionales.
Foto de familia de los homenajeados y los representantes institucionales.
Á. Alba

31 de enero 2014 - 01:00

Profesores de antes y de ahora, alumnos, personal de administración y servicios, empresarios y amigos asistieron ayer a la celebración del 50 aniversario de ETEA, ahora "reconvertida" en Universidad Loyola Andalucía, la primera universidad privada de la comunidad autónoma. Durante este medio siglo la institución -fundada por la familia López Cubero- se ha dedicado "a formar hombres y mujeres para los demás, que transformen la sociedad", y en esa línea seguirá en su nueva etapa, como resaltó ayer el director de ETEA y rector de la Universidad Loyola Andalucía, Gabriel Pérez Alcalá.

Por su parte, el presidente del Instituto Social Agrario (INSA-ETEA) y del Patronato de la Fundación Universidad Loyola Andalucía, Ildefonso Camacho, manifestó que esta integración significa "muerte y resurrección, porque ETEA muere, pero a la vez resucita en una institución nueva" y lo que ha hecho durante estos 50 años "ahora se transforma y da sus frutos en una ETEA reconvertida, renovada".

Pérez Alcalá destacó que uno de los pilares de ETEA es su valentía ya que "nunca le hemos tenido miedo a los retos, pues nos hemos ido reinventando y ante cada dificultad hemos sabido encontrar una solución". Así han conseguido transmitir "un modo de proceder, de estar discretamente en la sociedad, mostrando en los hechos, más que en las palabras, lo que somos". Por último, el rector de Loyola resaltó "el carácter de centrarnos en las personas, es decir, el carácter humanista" de la institución.

Durante el acto de celebración Pérez Alcalá agradeció a la familia fundadora su labor, además de a los directores que han pasado por el centro, a los profesores "que han dado clases memorables", al personal de administración y servicios y a los jesuitas, "que nos han impreso un carácter y nos han enseñado un modo de ver". También tuvo palabras de agradecimiento para las empresas que han "dado prácticas y colocado" a sus alumnos y a las universidades que han hecho intercambios con ellos. Para agradecer la labor del personal que empezó con esta aventura docente hace 50 años, se entregaron unas insignias a profesores, alumnos y personal de la primera promoción, la que se inauguró el 2 de octubre de 1963.

La delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía, Isabel Ambrosio, puso de relieve "la labor humana y profesional" que ha realizado ETEA ya que "su esfuerzo ha revertido en la sociedad y su trabajo se queda en gran medida en la provincia de Córdoba".

Por otro lado, el delegado del Gobierno central, Juan José Primo Jurado, explicó que "la semilla de trigo que sembraron la familia López Cubero y la Compañía de Jesús ha dado grandes frutos". Primo Jurado se refirió a la historia de los jesuitas en Córdoba, cuya "luminaria" ahora está en San Hipólito y en ETEA.

También asistió a este homenaje el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, que recordó el contexto histórico en el que se fundó esta institución, un periodo en el que "Córdoba tenía muchas carencias" y en el que "el desarrollismo empieza a cobrar sentido". En esta época los cordobeses que querían hacer estudios superiores tenían que marcharse fuera, "no existía alternativa". Entonces "se planteó una experiencia que ya había dado fruto en Deusto", y así surgió INSA-ETEA. "El recorrido por los 50 años de ETEA es el recorrido por la construcción de la Córdoba moderna, que tiene que consolidarse aún", concluyó el alcalde.

Nieto indicó que la institución debe "poner objetivos ambiciosos a los 50 años que vienen" y apuntó que en comparación con Deusto a ETEA le ha faltado "mayor implicación de la ciudadanía y de las instituciones", por lo que planteó esto como reto futuro.

Por su parte, la presidenta de la Diputación, María Luisa Ceballos recordó el surgimiento de ETEA bajo el liderazgo del padre Jaime Loring, "cuya incansable labor, junto a otras muchas personas, consiguió sacar adelante esta institución bajo tres premisas fundamentales: la formación empresarial, la investigación y el compromiso social".

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