María del Carmen Arias: “La medicina rural es muy completa y para la mayoría es un sacrificio”

Entrevista a la presidenta del Colegio de Médicos de Córdoba

Confiesa que no ha perdido las ganas de aprender y de trabajar y destaca la necesidad de dignificar la profesión

Recuerda que “no hay nada que justifique una agresión sanitaria”

La presidenta del Colegio de Médicos de Córdoba, María del Carmen Arias.
La presidenta del Colegio de Médicos de Córdoba, María del Carmen Arias. / Juan Ayala

Llega a la entrevista tras una jornada intensa de trabajo y de emergencia sanitaria, pero mantiene intacta su sonrisa y sus ganas de conversar. María del Carmen Arias (Villaralto, 1962) es la presidenta del Colegio de Médicos de Córdoba y ejerce su labor entre Villaharta y El Vacar, es decir, en el medio rural del que destaca su implicación. Considera que ser médico es vocacional y que en la actualidad faltan medios para poder ejercer.

–¿Es médico por vocación?

–No tengo conciencia de que haya un momento en el que surja esta chispa, estaba innato. Si es verdad que yo lo asocio siempre a que me gusta saber de todo y la medicina es, quizás, una de las cosas que más requiere del saber. También es algo que es útil para ayudar a la gente. Esta profesional es vocacional y se nace de alguna forma con ello. Ser médico es vocacional y no se puede entender de otra forma, necesita mucha entrega y, si no hay vocación es imposible realizar esta profesión.

–¿Estudió en la Universidad de Córdoba, ¿qué recuerdos tiene de su paso por ella?

–Fue todo bueno. Por el sitio que paso siempre me quedo con lo bueno. Soy de la parte norte de Córdoba y solo había conocido a los que estábamos allí y cuando llegas aquí conoces a gente de la zona sur, unos amigos muy extraordinarios, y eran sitios que desconocía. Supe que había entrado un día que era feria en mi pueblo Villaralto y cuando lanzaban los cohetes, que no dormía nadie, le dije a mi padre que por qué no veníamos para ver el tablón de anuncios en el Rectorado de antes. Me llené de alegría cuando vi mi nombre porque era un objetivo conseguido y también por mis padres.

–¿Tenía claro desde un principio qué especialidad iba a elegir?

–No. Al criarme en un pueblo, la idea que tenía era del médico rural y vi esa cercanía en el médico de Familia. Luego, las cosas de la vida te llevan por otros derroteros e hice la tesis en Microbiología, me doctoré, era colaboradora honoraria y daba clases. Salió una plaza en la Facultad de Medicina de Física Médica en el área de Radiología y Medicina Física. Ya había hecho algunas cosas de radiaciones ionizantes y conseguí la plaza y allí estuve nueve años como profesora; luego hice el MIR de Médico de Familia.

–¿Qué diferencias hay entre un médico rural y otro que pase consulta en un centro de salud de la capital?

–La cercanía del paciente; la accesibilidad que tienen allí no la tienen aquí. Nosotros no tenemos ni celadores, ni administrativos. El paciente llega directamente a ti, al médico y al enfermero. Cuando nos necesita, ahí estamos y, si no estamos en su casa. A veces se hacen cosas que no tienen nada que ver con la medicina porque lo necesitan. Cubres todo los ámbitos que entendemos por medicina y eso solo se hace en el medio rural. Tiene la dificultad de hay que desplazarse porque normalmente no vivimos en el pueblo. Estás allí sin miedo. Tu allí eres el 061, el dispositivo de urgencia, al tiempo que tienes tu consulta y si surge alguna emergencia, tienes que dejarla y atenderla. Es una medicina muy completa y te tiene que gustar. Es la entrega que das.

–Entonces, ¿son necesarios más medios para el ámbito de la medicina rural, no?

–Claro. La idea es que pueda resolver allí y, la verdad es que hay que darle un reconocimiento. En otros países, si están por ejemplo, tres años se consideran como nueve porque esto les va a beneficiar a la hora de hacer un desplazamiento, a la hora de hacer investigación porque no hay tiempo y puedas acreditarte en competencias, que es una cosa que demuestra la buena práctica médica y que es necesario que se potencie en el medio rural… Para la mayoría es un sacrificio.

Un momento de la entrevista.
Un momento de la entrevista. / Juan Ayala

–¿Hay relevo generacional?

–Yo tengo allí la rotación rural de médico de Familia y les veo muy motivados cuando están. Todos tienen una sensación de que es una maravilla y que no se ve en la ciudad, pero a la hora de plantearse luego su proyecto de vida se lo tienen que pensar porque allí lo tienen más difícil.

–¿Cómo llegó a la presidencia del Colegio de Médicos?

–No estaba en mi proyecto para nada, jamás, pero desde que me colegié siempre me he sentido del Colegio. Lo que quiero transmitir a todos los colegiados, sobre todo a los jóvenes, es que tengan la sensación de que esta es su casa y que aquí estamos trabajando para ayudar a lo que lo necesiten. Necesitamos estar unidos y tener un colegio fuerte. Siempre he querido colaborar aquí. Un día, la secretaria del colegio, Rosa Marín, se presentó en Villaralto, mi pueblo. Supuestamente venía a echar el rato, pero no, traía un mensaje de Serafín Romero que quería hacer una candidatura y querían que fuera en la vocalía de primaria. Nada de esto había pasado por mi mente. Después se renovó la junta y me van colocando de vicepresidenta segunda. Creo que Serafín veía esta presidencia desde el principio. Es así porque, además, cada vez que ha tenido ocasión lo ha soltado y estamos hablando de 15 años para 16. Lo más maravillo de todo esto es que la gente que iba en la junta me dijo que iba conmigo. Estoy muy orgullosa del equipo que, además, está entregadísimo y trabajamos a la par.

–¿Cree que el Colegio de Médicos de Córdoba tiene reconocimiento social?

–Es uno de los objetivos. Queremos ser mediadores. El Colegio de Médicos es trabajo, equipo y colaboración con la administración porque somos los que más sabemos de la profesión y cómo llevarla. Tenemos que hablar para llevarla por el bueno camino juntos. El Ayuntamiento, las instituciones, las sociedades científicas… tenemos que moderar las cuestiones y velar por el fin último: dignificar la profesión médica y a la población hay que dar esa cercanía y esa información que ha faltado. Esa cercanía que teníamos con el pueblo en otros sitios no la había, no había nadie al otro lado del teléfono y la gente sufría por esa desinformación. Con las restricciones y la crisis nos decían que no podíamos recetar algunas cosas y, eso la gente no lo sabe y cuando hay esas trabas y ellos no saben nada cuando el paciente llega hay enfrentamientos y eso se ha evitado siempre. Con las agresiones sanitarias, tolerancia cero. No hay nada que justifique una agresión sanitaria ni una violencia a ningún nivel.

–El Colegio de Médicos de Córdoba fue uno de los pioneros en poner en marcha un protocolo de actuaciones para combatir las agresiones que sufren los sanitarios.

–Tenemos una buena colaboración con las fuerzas de orden público. Si hubiera ese entendimiento que tenemos en el medio rural, esto no existiría. No es que yo no quiera ver a un paciente, es que es lo que tengo que hacer porque es el protocolo o porque el sistema sanitario abarca hasta aquí. Un poco, a la población se le ha dicho que todo vale y que todo son derechos y cuando llega tiene otras expectativas y el médico se encuentra con las otras propuestas que nos han hecho llegar por la otra parte.

–¿Qué otros objetivos se ha planteado al frente de la entidad colegial?

–Lo más importante es dignificar la profesión porque creo que hemos caído ya de una forma... y hay que decir no. Esto significa que nosotros mismos tenemos que reconocer la importancia de ayudar a los demás desde nuestra profesión, no es que seamos unos empleados sin más para hacer lo que haga falta… Vamos a intentar hacer bien nuestra profesión por el bien de nuestros pacientes sintiéndonos médicos y nuestros pacientes lo van a reconocer siempre que sea así.

–Pero la profesión médica es una de las mejor valoradas por la sociedad.

–Es cierto, pero se nos ha utilizado y no solo es la perspectiva del paciente. Cuando se hacen encuestas, los profesionales sanitarios son los mejor valorados, pero a nivel de administración no se nos ha considerado y tenemos que ponernos en nuestro sitio.

María del Carmen Arias responde a una de las preguntas.
María del Carmen Arias responde a una de las preguntas. / Juan Ayala

–¿A qué cree que se debe?

–La profesión médica es muy diversa y donde ha estado más el problema es en Atención Primaria y, por eso, los jóvenes no la eligen.

–¿Por qué?

–Es una especialidad de cuatro años, que tiene un protocolo y unas líneas de trabajo y estrategia muy concretas. Pasa incluso cuando hacen la residencia: cuando hace falta personal en Observación cogen a los residentes de Familia y no a otros de otra especialidad. Eso no está bien y pasa lo mismo en el trabajo. Cuando han dicho dónde hay que empezar a recortar ha sido en Atención Primaria, también durante la pandemia, que hemos salido con bolsas de basura, yo entre ellas.

–Pero los recursos en Atención Primaria se supone que van en aumento.

–Claro, esto no es un proceso de ahora, esto empezó en 2008. En la pandemia hemos estado tan mal porque esta situación viene de atrás. La especialidad de Atención Primaria tiene unas cosas muy concretas: tiempo para la investigación, para la docencia, para todo… pero no hay para nada. No podemos hacer ni cirugías menores, ni infiltraciones… Ahora se ha intentado que todos los profesionales que hubiera han sido válidos, pero antes aún habiéndolos, podíamos estar cubriendo puestos y los profesionales de apoyo estaban en su casa. Estaban contratados a un porcentaje, pero no al cien por cien.

–¿Y qué le han planteado a la Consejería de Salud y Familias?

–Estamos en contacto con ellos. Es verdad que ahora nos hemos centrado en salvar lo más grave, pero a medida que vamos saliendo de esto hemos planteado reuniones tanto a nivel del Colegio de Médicos de Córdoba como a nivel del Consejo de Médicos Andaluz, que es donde hay más relaciones con la Consejería, con la idea de que caminemos en la misma línea y que la opinión de lo que necesitamos y se nos escuche. No tenemos más intereses que lo que sea la profesión médica y el buen hacer profesional, no tenemos ningún color.

–Cada vez son más las personas que se decantan por la sanidad privada en Córdoba, ¿en qué estado se encuentra frente a la pública?

–Las dos se encuentran mal y es una realidad. Ambas se pueden complementar y cuando el sistema público no puede cubrir se concierta con la privada. Es verdad que ni una ni otra están bien y hay profesionales que trabajan en una y en otra y otros solo en una. Desde el Colegio de Médicos se está haciendo una encuesta para conocer cómo está la sanidad privada y saber en qué situación se encuentran los profesionales y mediar con respecto a las compañías sanitarias para que la prestación vaya acorde al acto médico.

–¿Y en que situación se encuentra la pública entonces?

–Faltan medios, aunque se van mejorando. Tenemos unos profesionales extraordinarios tanto en la púbica como en la privada. En Córdoba hay un nivel de calidad altísimo de profesionalidad y está demostrado a nivel científico y a nivel de hospitales. Tenemos que seguir ahondado en esta mejora, no queda otra. Desde el Colegio de Médicos vamos a estar dialogando con las instituciones y con la Administración porque vamos a detectar todas estas necesidades y vamos a intentar ensayar el médico.

–El Hospital Reina Sofía es uno de los mejores centros sanitarios de España, ¿puede llegar a más?

–Todo es mejorable en esta vida, pero la grandeza de sus profesionales y del hospital es enorme y está reconocida a nivel mundial. Necesitamos medios, recursos y el hospital también. Si se potenciaran los recursos de Atención Primaria llegarían muchos menos casos al hospital y estaría dedicado a lo que nosotros no podemos hacer. En esa línea se está trabajando dotando de medios, pero llevamos mucho tiempo de desgaste y va a costar mucho hasta que esto se remonte, pero estaremos ayudando en todo lo que se pueda.

stats