"La Justicia se encuentra en estos momentos en niveles de colapso"

José carlos romero roa. juez decano de córdoba

El magistrado, con 23 años de profesión a sus espaldas, asume su cargo como representante de los titulares de los juzgados con responsabilidad y sin dejar de lado las trabas marcadas por el contexto actual.

"La Justicia se encuentra en estos momentos en niveles de colapso"
"La Justicia se encuentra en estos momentos en niveles de colapso"
Gema N. Jiménez

Córdoba, 16 de septiembre 2012 - 10:22

Tan sólo lleva cuatro meses como juez decano de Córdoba, pero José Carlos Romero Roa sabe muy bien qué es aquello que más urge en la Justicia en Córdoba. Y es que desde 1994 este magistrado se encuentra al frente del Juzgado de lo Penal número 2 de Córdoba. Es consciente que actualmente representar a los jueces de la provincia no es nada fácil, sobre todo por las demandas históricas que nunca se han llegado a resolver y aquellas que están surgiendo debido a la crisis y a los temidos recortes. Aunque nada de eso frenará su deseo por conseguir que la Justicia se abra de una vez por todas a la ciudadanía.

-¿Qué objetivos se propone tras su nombramiento como juez decano?

-La verdad que no me propongo ningún objetivo. Tan sólo intentaré responder a las demandas de mis compañeros, ya que han depositado toda su confianza en mí al elegirme decano. Éste es un cargo esencialmente representativo, sus funciones reales son internas como por ejemplo el reparto, organización de oficinas o resolución de conflictos entre juzgados. Por tanto, quiero representar de una forma digna a quienes me han elegido.

-¿Cuál es el problema más acuciante en estos momentos en la Justicia en Córdoba?

-El problema más acuciante de la Justicia en Córdoba es el mismo que el de la Justicia en España, es decir, el gran número de asuntos que tenemos. La Justicia está prácticamente a niveles de colapso. Córdoba, siendo probablemente una de las mejores ciudades donde mejor funciona la Justicia, tiene problemas de sobreesfuerzo. Para darse cuenta de eso sólo hay que leer la memoria que indica que los juzgados de primera instancia tienen el doble de trabajo que deberían de tener, los sociales están llegando a unas circunstancias alarmantes, los contenciosos también trabajan más de la cuenta, y los penales están relativamente mal.

-¿Qué quiere decir con que están relativamente mal?

-Pues si cada ejercicio nos tienen que entrar 450 asuntos, a día de hoy han entrado ya 420. Aún quedan varios meses para terminar el año, así que seguro que superamos la cifra marcada. Y la situación de los juzgados de lo civil también es bastante complicada, ya que si tienen que recibir 1.000 desde hace años, reciben 2.000 asuntos.

-¿Hay necesidad de crear un nuevo juzgado en Córdoba?

-Hay necesidad de crear varios juzgados de primera instancia, algún juzgado social y algún penal. Pero, el problema radica en que ahora mismo no hay dinero. Así que las esperanzas son nulas y nosotros lo comprendemos, puesto que somos conscientes de la situación actual. Aunque también he de decir que el que invierte es el que debe ser más consciente de la situación porque aquí no se ha invertido nunca o casi nunca. De vez en cuando también hay que ayudar a los que hemos sido los hermanitos pobres.

-Para poner en marcha más órganos también sería necesario contar con más jueces.

-Así es y eso es otra traba con la que contamos. En Alemania hay aproximadamente 22.000 jueces con el doble de población de España. Aquí somos tan sólo 5.000 magistrados. Estos son los números. Y los jueces no salen con una varita mágica, deben de salir plazas, oposiciones...

-Durante el mandato del anterior juez decano llegó a celebrarse una huelga de jueces. ¿Se han arreglado ya los problemas que se señalaban entonces o continúan vigentes?

-La cosa ahora mismo está complicada. El próximo 21 de septiembre se convocarán juntas de jueces, aunque aún no sé el orden del día que se tratará, pero es evidente que se hablará de la pérdida de poder adquisitivo, pérdida de derechos... La realidad es que existe un cierto descontento que se arrastra desde hace años. Y es normal porque si lo jueces tienen el doble de asuntos, no es lógico que se les rebaje el sueldo. Además, tampoco es justo que el juez de guardia no tenga derecho a descanso después de la guardia cuando todos los funcionarios lo tienen. Con estas reivindicaciones no se está planteando nada que no se pueda llegar a comprender.

-El CGPJ creó hace meses el octavo juzgado de instrucción con el objetivo de modificar el sistema de guardias y poner en marcha una guardia de 24 horas. ¿Cómo va esa iniciativa?

-Economía pura y dura. A partir de ocho juzgados de instrucción se puede establecer un servicio de guardias de 24 horas. Tiene que ser aprobado por el TSJ, por la Junta, por el CGPJ, por el Ministerio de Justicia y también por el Ministerio de Hacienda. Hay lugares donde a los dos o tres años de crearlo se ha establecido. Yo creo que sin crisis económica ya estaría funcionando. No obstante, tengo que decir que ha habido una mejora con los juicios de faltas que sí que se están celebrando ya por un juzgado de guardia. Esa parte sí ha entrado en funcionamiento, pero las guardias de 24 horas, no.

-Lleva más de una década hablándose de la nueva Ciudad de la Justicia. ¿Realmente es una necesidad tan apremiante? ¿Confía en que el proyecto salga adelante?

-La Ciudad de la Justicia no depende de nosotros. Es importante porque hay mucha dispersión de sedes, las instalaciones en algunos casos están obsoletas, somos muchos juzgados y tenemos problemas físicos de espacios. Con esta infraestructura se resolvería gran parte de esos problemas, pero nosotros aquí no tenemos nada que decir. Podemos apoyar, dar nuestra opinión y colaboraremos cuando se haga, aunque con la actual situación económica no creo que se empiece a construir de una forma rápida. Este año ya seguro que no.

-El CGPJ propuso hace unos meses reducir los partidos judiciales de la provincia a sólo tres. ¿Vería acertada esta reducción?

-Yo creo que el sistema tal y como está se encuentra agotado. Está pensado para finales del XIX y principios del XX. Es razonable que vayamos a otro modelo, aunque no sé decirte si lo conveniente es que se quede en dos, en tres o en cinco partidos. Los que sí puedo decir es que todos los juzgados que tienen jurisdicción provincial de Córdoba no tienen problemas de funcionamiento, como los penales, los contenciosos o los sociales. Quizás deberíamos de intentar que en la ciudad recaiga todos los órganos especializados e intentar descentralizar los pueblos lo máximo posible.

-La crisis ha supuesto recortes en todas las administraciones. ¿Cómo están afectando los problemas económicos a la Justicia?

-La Justicia siempre ha sido la hermanita pobre de la Administración y lo seguimos siendo. Tenemos recortes como tiene todo el mundo, como la congelación de plazas que afecta de una forma notables, ya que estamos los mismos con mucho más trabajo.

-¿Están aumentando determinados tipos de delitos como los robos con la crisis?

-Me comentan los jueces de instrucción que hay muchos hurtos. En los penales se ha notado un poquito, aunque tengo que decir que creo que el aumento se debe al mejor funcionamiento de los juzgados. Donde más se nota es en la jurisdicción social y en la civil, que están casi al doble de su capacidad.

-En los últimos meses polémicas como la relacionada con el expresidente del CGPJ, Carlos Dívar o con el juez Garzón, han provocado que caiga la confianza en la Justicia. ¿A qué se debe esto?

-Yo creo que hay dos supuestos que son totalmente distintos. O sea, la Justicia no la mantiene Madrid, la mantiene Córdoba, Lucena... Se ponen casi diez millones de sentencias al año. Por tres asuntos de transcendencia político mediática no puede ni debe caer la consideración de la administración de Justicia. Una cuestión es la política mediática y otra hablar de la Justicia en general, aunque no se puede olvidar que esos casos puntuales van en su perjuicio. En la Justicia se debe de diferenciar a la gente normal que aquí trabaja de la doctrina parot del Tribunal Constitucional.

-¿Cómo podría cambiar esta situación?

-Pienso que la Justicia debería abrirse un poco más al ciudadano, aunque entiendo que eso sea difícil. Pero al ciudadano hay que explicarle cómo funciona esto, por lo que voy a intentar que los ciudadanos vengan. Los estudiantes de Derecho ya hacen el practicum aquí. Cuando la gente conoce la Justicia no habla tan mal de ella.

-Hay ciudadanos que se quejan de que dependiendo del juzgado en el que caiga su caso el resultado podría ser muy diferente. Pasa, por ejemplo, con los asuntos de las parcelaciones ilegales. ¿Cómo se le puede explicar esto al ciudadano?

-Yo creo que el resultado no es diferente y lo puedo decir porque llevo poniendo sentencias sobre parcelaciones desde el año 93. Los criterios de la Audiencia están ahí. Cada juzgado no hace lo que quiere y si alguien no está de acuerdo con una sentencia puede recurrir a la Audiencia y la doctrina que se está aplicando es la que ha fijado este órgano. Hay sentencias absolutorias cuando el tipo no se cumple y condenatorias cuando el tipo se cumple, no todos los supuestos son iguales dentro del tipo legal. No es lo mismo construir en medio de la Sierra de Cabra, que es un espacio protegido, que construir en la urbanización La Perla tercera fase. Hay veces en que hay que leerse las sentencias.

-¿Está la Justicia politizada?

-La Justicia, no. Yo no estoy politizado y mis compañeros tampoco. ¿A determinados niveles existe politización? Vosotros lo escribís. Los jueces cuando dictan una sentencia te puedo asegurar que no lo están, aunque eso no quiere decir que no existan órganos representativos del Poder Judicial que no lo estén.

-Entonces ¿existe una verdadera separación entre los poderes del Estado o no hay intromisiones del Ejecutivo en el Judicial?

-Una cosa es la alta política y otra los que ponemos sentencias normales. A ninguno de los que hacemos esto nos llama nadie. Yo llevo casi 25 años aquí y nadie me ha llamado y eso que he puesto sentencias de todo tipo.

-También surgen cada cierto tiempo demandas para reforzar las condenas a menores infractores.

-La Ley del Menor fue consensuada por todos y los supuestos que plantean conflictos son excepcionales. Yo creo que esta ley no funcional mal y que en muchísimas ocasiones funciona muy bien. Se pueden cambiar supuestos que merecen una reforma legal, pero no una reforma general. De todas formas, el legislador es el que debe decidir si cambiar la ley por necesidad o por petición de los ciudadanos. Así que el que menos culpa tiene de todo esto es el juez.

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