Córdoba

La Junta eleva el seguimiento de la huelga contra la Lomce al 79%

  • Más de 2.000 estudiantes participan en la manifestación en protesta por la ley educativa del Gobierno central Casi el 93% del alumnado de Bachillerato secunda el paro

Es la primera del curso académico frente a una ley que ya nació con el rechazo generalizado del sector educativo. La que es ya la enésima huelga contra la Ley Orgánica para la Mejora Educativa (Lomce) dejó de nuevo vacías las aulas de Córdoba, a tenor de los datos ofrecidos por la Delegación de Educación, que elevó el seguimiento hasta el 79% entre el alumnado que podía secundar la huelga. En concreto, fueron los estudiantes del ciclo de Bachillerato los que más apoyaron el paro, al llegar hasta el 92,94%, mientras que en el caso de los ciclos de Formación Profesional llegó al 72,71% y en tercero y cuarto de Secundaria el seguimiento se cifró en el 71,05%. Estos datos fueron los que se registraron al final de la jornada, ya que en el turno de mañana el apoyo, según los datos facilitados por la Delegación de Educación, fue del 72,9%.

La de ayer fue una jornada reivindicativa que además de dejar las aulas vacías contó con dos actos de protesta. El primero de ellos, convocado por asociaciones de estudiantes y varios sindicatos del área de enseñanza, logró reunir a unos 2.000 asistentes a las 11:00. El punto de partida de esta manifestación fue la plaza de las Tendillas, donde se dieron cita dirigentes sindicales, profesores, alumnos y algún que otro padre. Entre todos ellos, la joven de 17 años Natalia Frejo, de la asociación de alumnos del instituto Averroes. Conocedora del discurso a utilizar contra la Lomce, Frejo sentenció: "No estamos de acuerdo con que sólo puedan estudiar los que tiene más poder adquisitivo". Ya en el terreno académico, la joven aseguró que éste es "un curso lleno de dudas que desmotiva al alumnado". También alertó de que el próximo curso supuestamente comienza a implantarse el sistema 3+2 en las universidades, que abre las puertas a grados de tres años y másters de dos. Para Frejo, con este sistema "sólo se conseguirá que vayan a la Universidad" las personas que tengan dinero.

Hasta la capital cordobesa se desplazaron también estudiantes de segundo de Bachillerato de diversas localidades de la provincia, entre ellas, Cristina Bravo, alumna del Instituto Ategua, de Castro del Río. Para ella, si alguna palabra define este curso es la de "incertidumbre porque no sabemos el temario, ni los libros de lectura obligatoria". No se olvidó la joven de señalar que la Lomce es "una ley injusta con las clases trabajadoras", además de repetir una consigna que no se dejó de escuchar a lo largo de toda la manifestación, que no fue otra que con esta norma "van a estudiar sólo los que tienen dinero". También mostró su rechazo a la reválida de segundo de Bachillerato, una prueba que el Ministerio de Educación aún no ha confirmado si va a desarrollar o no este año.

Al respecto, el ministro de Educación, Ignacio Fernández de Vigo, aseguró ayer que "a los que hablan de reválida" que ni la de segundo de bachillerato ni la de cuarto de la Educación Secundaria "tienen efectos académicos" y se pasará al curso siguiente, "aunque se suspenda". Insistió en que estas pruebas "no sirven para dar el título" y que la que sustituye a la prueba de acceso a la universidad está acordada con la Conferencia de Rectores y será muy parecida a la anterior, para lo que se desarrollará una orden ministerial "en los próximos días".

Como quiera que sea, el profesorado ha manifestado en los últimos años su rechazo a esta norma y, más ahora que ha llegado a Bachillerato. Al menos, es lo que defendió Antonio Bujalance, profesor de Lengua del instituto Trassierra y uno de los portavoces del sindicato Ustea, uno de los convocantes del paro. Antes de que diera comienzo la protesta diurna -en la que también estuvo presente el concejal de Ganemos Córdoba Alberto de los Ríos-, este docente aseguró con firmeza que este curso "entre el profesorado nadie quiere dar segundo de Bachillerato". Consideró que impartir clase en este ciclo es "una gran responsabilidad, una presión tremenda, donde los chavales se están jugando su futuro porque no sabemos cómo serán las reválidas". Bujalance elevó su discurso, al considerar que "hay motivos más que suficientes para estar en la calle protestando". A su juicio, la de ayer fue "una jornada más de lucha que de huelga, una lucha de toda la comunidad educativa, de los padres y los estudiantes y del profesorado". "Debemos estar con las familias y los estudiantes en una protesta más que imprescindible", subrayó.

Durante el recorrido no se dejaron de escuchar una serie de consignas que se han convertido ya en clásicos, tales como "el hijo del obrero a la Universidad" o "por una educación pública y de calidad".

Quien también ofreció su opinión sobre la Lomce y, ante el apoyo del alumnado, fue la delegada de Educación, Esther Ruiz, calificó la norma de "injusta" y "retrógrada que atenta contra la igualdad de oportunidades". Ruiz demandó la paralización de ley -cuyo última orden ministerial aún no ha pasado por el Consejo de Ministros- y lamentó que los estudiantes de Bachillerato "no conozca aún a qué tipo de prueba se van a tener que enfrentar en breve.

Tras esta primera manifestación, el Bulevar del Gran Capitán acogió una concentración, organizada por Ustea, entre otras entidades de enseñanza. Una nueva protesta vespertina que reunió a dos centenares de personas; en este caso, más profesores que en la matutina. La concentración se convirtió en altavoz de una parte del sector educativo contra la Lomce y, además, representó "la muerte de la educación pública", tal y como señaló una de las portavoces de Ustea. Es más, los asistentes llegaron a representar esta supuesta muerte de la enseñanza, tumbándose en el suelo y señalizando el contorno, a modo policial; la representación incluyó también un minuto de silencio. Entre todas estas personas se encontraba Hilario Medina, profesor del Instituto Averroes, centro en el que, según expuso, el seguimiento de la huelga en horario de mañana llevó al 90%. Para este docente, que lleva entre las aulas tres décadas, con la Lomce "se retrocede en el sistema educativo treinta años" y, con ella, "vuelven las pruebas discriminatorias". A su juicio, en este sector hace más que nada "un marco estable", en alusión al tan demandado Pacto por la Educación. Se trata de una reivindicación que piden desde hace varios los sindicatos de enseñanza y que, hasta la fecha, no ha sido posible.

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