Córdoba

La Junta deja en 25 los docentes de Religión a jornada completa

  • Casi 40 profesores tienen que impartir sus clases en diferentes centros de Secundaria debido a que no pueden completar su horario en uno solo por la falta de alumnado

Cada vez hay menos profesores de Religión católica en los institutos de Secundaria. Al menos, esa es la denuncia que ayer realizó a El Día el responsable del área de del sindicato CSIF, Rafael Ruiz, quien aseguró que este curso "sólo han quedado 25 profesores" que se hacen cargo de esta materia a jornada completa. Ruiz explicó que este curso apenas hay 63 docentes que se encargan de esta asignatura -el año pasado el número era de unos 70-, de los que apenas el 40% alcanzan las 20 horas lectivas citadas, mientras que el resto no llega a ese horario y, por tanto, cobra en proporción a las clases que puede dar.

La falta de profesores de Religión a jornada completa hace que la mayoría de ellos tengan que dar clases en varios institutos para alcanzar las 20 horas, pero no sólo en la capital, sino en otros municipios de la provincia y, además, "sin reconocimiento económico por desplazamiento", apunta. "La situación es muy difícil y los docentes aceptan todos los destinos que les dan", insiste. Ruiz, que también es el presidente del comité de empresa de los profesores de Religión católica de Secundaria, subraya que estos docentes no pueden dar otras especialidades, como sí hacen compañeros que, por ejemplo, imparten Lengua o Historia. "No nos permiten ni ser tutores, ni tampoco impartir materias afines", subraya. Gran parte de esta situación, según Ruiz, se encuentra en el que el convenio de los profesores de Religión "está en punto muerto".

Miguel Ángel Ortega es uno de los 25 profesores de Religión católica con jornada lectiva de 20 horas y que imparte clases en tres institutos este curso. Ortega, licenciado en Derecho, educador familiar y docente de esta materia, tiene su plaza desde hace 17 años. En todo este tiempo, según explica, ha pasado por hasta 13 destinos. Este curso, por ejemplo, da la mayoría de clases en el instituto Averroes -11 horas- y el resto las reparte entre los institutos Montalbán y Adamuz; al ser delegado sindical tiene una hora libre. A pesar de lo complicado que resulta acudir a destinos tan dispares durante toda la semana, Ortega asegura que "no hay otra opción y lo compaginas" y añade que, además, "este curso es bueno". Como ejemplo, el docente expone la situación a la que tuvo que hacer frente el pasado curso, cuando tenía que dividir su horario de trabajo en los centros de Villaviciosa y Santaella e intentar conciliarlos. Así, asegura que en algunas ocasiones las evaluaciones de un centro, a las que tenía que asistir, coincidían entre sí. Pero esta no es la única situación "caótica" a la que se ha enfrentado Ortega, ya que por ejemplo "hubo un año que di clases en cuatro institutos: tres en la capital y uno en Santaella". Para Ortega, gran parte del problema es que la Junta "utiliza mal los recursos porque no podemos dar otras asignaturas y, en algunos casos, no nos consideran compañeros".

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