Pioneros

Jean Laurent, el primer prescriptor de la Córdoba turística

  • El fotógrafo e investigador Antonio Jesús González presenta en la Bienal de Fotografía 'La Córdoba de Jean Laurent', una exposición con cerca de 40 imágenes de su colección particular

Exposición de Jean Laurent en Córdoba.

Exposición de Jean Laurent en Córdoba. / Rafa Alcaide / Efe

Alrededor de 200 de las 12.000 fotografías que hizo el francés Jean Laurent, figura fundamental en la fotografía europea del siglo XIX, fueron de Córdoba, lo que le convierte en el primer prescriptor como ciudad turística, donde la Mezquita-Catedral fue su principal referencia.

El fotógrafo e investigador Antonio Jesús González (Córdoba, 1968) ha presentado en la décimo séptima Bienal de Fotografía La Córdoba de Jean Laurent, una exposición con cerca de cuarenta imágenes de su colección particular, la mayoría originales, que ha adquirido a lo largo del tiempo.

La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, la Nacional de Francia, el Victoria and Albert Museum (Londres), o el Centro Canadiense de Arquitectura (Montreal), tienen instantáneas cordobesas gracias a Laurent (Garchizy -Francia-, 1816-Madrid, 1886).

"Para empezar me gustaría pediros un ejercicio de imaginación, pensad que en vez de cordobeses de 2021 sois de 1839 y que como cualquier cordobés de 1839 no habéis salido de la provincia en vuestra vida y, si tenéis la suerte de ser de la élite económica y social, a lo mejor tenéis en casa alguna publicación con algún grabado, una miniatura con un retrato o de buenas dimensiones de un familiar y el resto de vuestra vida las imágenes que veréis, como mucho, será cuando vayáis a misa, los cuadros y las escultoras de las distintas iglesias", dice AJ González al comienzo de una de las visitas que ha guiado a la exposición.

Lo hace para significar la revolución que supuso la fotografía desde mediados del XIX y lo que ha supuesto desde entonces. "Todo vuestro mundo visual se circunscribe a vuestra ciudad y a esas imágenes que podéis abarcar, pero en 1839 se produce un gran avance, que ha cambiado para siempre la sociedad, que es la invención de la fotografía", dice al público que cubre el aforo aún más limitado, por la situación sanitaria, para la sala que acoge la muestra, en el palacete modernista sede del Colegio de Arquitectos.

AJ explica que "la gran musa en el archivo de Laurent", que se conversa íntegro en el Instituto del Patrimonio de la Cultura de España, es la Mezquita-Catedral, una referencia en la que "Córdoba tuvo mucha suerte", en su opinión, cuando se inventó la fotografía porque muchos autores viajaron atraídos por el monumento.

"Todos querían captar esta imagen", dice señalando el bosque de columnas en una de las instantáneas de Laurent, de pequeño formato y que "es muy interesante, forma parte de una de las primeras que hizo en Córdoba", datada, por la fecha del catálogo de venta en que aparece, en 1867.

Su singularidad radica en que los arcos de las Mezquita están blanqueados, no se ven las peculiares dovelas que alternan el rojo y el blanco que ocultó el barroco y la búsqueda de la luminosidad, narra González.

La fotografía en el monumento presentaba un reto, la oscuridad de su interior, lo que exigía "tiempos de exposición de hasta media hora", lo habitual en exterior era entre dos y cinco segundos, con el inconveniente de que las placas debían conservarse húmedas, por lo que "si no tenías una cámara de mucha calidad, muy luminosa, y tu técnica fotográfica no era muy buena, perdías la placa".

De ahí que "muchos fotógrafos lo que hacían es que, en sitios muy oscuros, como el Mihrab, la fotografía no se hiciese en el monumento sino sobre un grabado".

"Acercaros –anima AJ a los asistentes-, que la fotografía es de muy buena calidad y puede parecer una fotografía, pero no".

Además, "esta foto tiene (otro) truco", afirma refiriéndose a otra de su colección. Se trata de una imagen del Mihrab que no se tomó en Córdoba, sino en la Exposición Universal de París de 1867, lo que destaca, a su juicio, la demanda que había de imágenes del lugar de oración de los musulmanes y lo difícil de obtener un original, como para que Laurent, que salió de Francia huyendo de una revolución o para no cumplir el servicio militar, enviase a alguien a hacer una fotografía de la desafortunada réplica.

Desde su visión profesional, el tratamiento que Laurent y su equipo, ya que enseñó su estilo a sus colaboradores con los que en tres décadas fotografió "prácticamente toda la Península Ibérica", entiende que, aunque más de la mitad de su catálogo cordobés sean de la Mezquita y "espectaculares por su calidad técnica, realmente a nivel visual aportan una información muy limitada".

Su importancia está en la difusión que dio a Córdoba y sobre del estado del monumento, por ejemplo la ocupación por oficinas el claustro del Patio de los Naranjos, ya que, además de fotógrafo, era un avezado empresario, que ponía un extraordinario empeño en la comercialización de sus trabajos y generaba sucesivos catálogos que distribuía en toda España, en Córdoba la librería de Cristóbal Lovera, propietario de 'Diario de Córdoba', el decano de la prensa local, hoy desaparecido, para vender sus imágenes.

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