Investigación

Investigadores de la Universidad de Córdoba obtienen de residuos agrícolas un reactivo usado en tratamientos contra el cáncer

  • El proceso ha consistido en aprovechar en la industria farmacoquímica parte de la lignina, una sustancia natural presente en plantas que constituye el 30% de la biomasa leñosa.

María Dolores Márquez Medina, investigadora del grupo FQM-383 de la UCO.

María Dolores Márquez Medina, investigadora del grupo FQM-383 de la UCO. / El Día

Un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba (UCO) ha obtenido un reactivo, utilizado en tratamientos contra el cáncer, a partir de residuos agrícolas, y lo ha hecho al desarrollar un proceso para aprovechar en la industria farmacoquímica parte de la lignina, una sustancia natural presente en plantas que constituye el 30% de la biomasa leñosa.

De esta forma, según ha informado la UCO, la valorización de residuos de la industria agroalimentaria a través de biorrefinería para la obtención de materias primas ha dado un paso más, en virtud del trabajo realizado por el grupo de investigación FQM-383 de la UCO, que ha conseguido desarrollar dicho proceso para aprovechar parte de los residuos de biomasa, hasta ahora absolutamente inútil, en un compuesto de gran valor en la industria química y farmacoquímica.

Se trata de la mencionada lignina, de la que han obtenido un reactivo utilizado en procesos de síntesis de fármacos para el tratamiento del cáncer, el 2,6-Dimetoxiquinona. Este estudio ha sido realizado en colaboración con el grupo de investigación del profesor Joseph Samec de la Universidad de Estocolmo (Suecia).

La lignina es una sustancia natural que forma parte de la pared celular de muchas células vegetales y que les confiere dureza y resistencia. Un 30 por ciento de la biomasa vegetal está compuesta por lignina y, según ha explicado la investigadora principal, María Dolores Márquez Medina, "es una mezcla compleja de polímeros, moléculas de gran tamaño y elevado peso molecular, unidas por enlaces Carbono-Carbono y Carbono-Oxígeno".

Los primeros, que son los más abundantes, requieren de condiciones críticas de reacción para romperlos, como altas temperaturas o el empleo de nitrógeno, cuya peligrosidad es elevada. En la actualidad, la lignina se aprovecha rompiendo los enlaces Carbono-Oxígeno que hay en estas moléculas, que son los minoritarios, pudiéndose aprovechar solo el 36 por ciento de la lignina.

"Lo que llevamos a cabo -ha aclarado- es una nueva metodología para romper estos enlaces Carbono-Carbono, a través de una ruptura oxidativa y poder obtener moléculas de menor tamaño, en nuestro caso, benzoquinonas, compuestos que se pueden emplear como materia prima en diversas industrias" y, en este caso, "se ha tratado el 64 por ciento restante, incrementando la valorización de la lignina en un 18 por ciento".

De esta forma, la lignina generada como residuo de la biorefinería se valoriza obteniéndose productos de alta relevancia, en concreto, 2.6-dimetoxibenzoquinona. Este compuesto se utiliza como reactivo de partida en procesos de síntesis de fármacos para el tratamiento del cáncer, mientras que otro producto obtenido es la vainillina, la molécula que aporta sabor y olor a las cosas asociadas a la vainilla.

Esta molécula, según ha señalado la investigadora María Dolores Márquez Medina, "presenta una escasa obtención de forma natural respecto a la demanda que hay en el mercado, ya que se emplea en la industria alimentaria, farmacoquímica o cosmética, entre otras".

En consecuencia, "incrementar a un 18% el aprovechamiento de la lignina en la obtención de compuestos para materia prima industrial supone un paso importante para hacer que el biorrefino sea competitivo con las refinerías a base de petróleo".

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