Córdoba

Intoxicación alimenticia, un clásico veraniego

La mala conservación conlleva que muchos alimentos se estropeen.

La mala conservación conlleva que muchos alimentos se estropeen. / javier albiñana

Las intoxicaciones alimenticias son unos de los problemas que más se sufren en verano. Las altas temperaturas o el incumplimiento de las normas de higiene básicas para la manipulación de alimentos son los principales culpables. Desde el portal iSalud.com recuerdan que, aunque un alimento no desprenda mal olor y tenga una apariencia sana, no significa que se encuentre en buenas condiciones para ser ingerido.

Sonia Cibrian, médico de familia, señala que "para evitar las intoxicaciones alimentarias en estos meses se debe prestar especial atención a los alimentos frescos que contienen gran cantidad de agua, como las frutas y las verduras, y los alimentos ricos en proteínas, como las carnes, mariscos, huevos, pescados, lácteos y derivados". Se recomienda que antes de ingerir cualquier tipo de alimento se debe comprobar que se encuentre en fecha, independientemente de que éste posea buen aspecto. Si está caducado, habrá comenzado su deterioro natural y será tóxico para la salud. Puede ocurrir que un alimento, aun encontrándose en fecha, esté en mal estado. Se debe a que la conservación que ha recibido no ha sido adecuada. Ejemplo de ello serían los huevos, un comodín de la cocina que, si se almacena correctamente en la nevera, puede durar hasta dos semanas. Sin embargo, si se ha dejado fuera durante un periodo de tiempo razonable lo más probable es que se haya contaminado. Romper la cadena de frío necesaria para la correcta preservación de determinados alimentos es también algo muy usual que conlleva una posible intoxicación. Ante esto, en el caso de pasar las vacaciones fuera de casa, lo mejor es vaciar el congelador, ya que se puede producir una caída de tensión que afecte a los alimentos.

La salmonelosis es uno de los mayores enemigos del verano, una bacteria que se produce por la ingesta de alimentos en mal estado, como huevos y mayonesa. También se encuentra en alimentos crudos de origen animal si no se cocinan debidamente, incluso en algunas frutas o verduras si no se lavan se forma adecuada. Existen otras bacterias enemigas, como la listeriosis, que suele encontrarse en la leche no pasteurizada, los quesos frescos o las carnes, o como la campilobacteriosis, que puede aparecer en el pescado crudo, el pollo poco cocinado o el agua no potable.

Es importante mantener siempre una correcta higiene a la hora de manipular los alimentos, tanto antes como después. Las manos están continuamente expuestas a las bacterias, por lo que lavárselas evitará un posible problema. Sin embargo, sufrir una intoxicación alimenticia es más común de lo que debería. Algunos de sus síntomas son diarrea, dolor estomacal, náuseas e incluso fiebre. En el caso de experimentar cualquiera de estos padecimientos, lo más recomendable es acudir directamente a su centro de salud, para que allí determinen la gravedad de la enfermedad y se le administre el debido tratamiento. Tras sufrir este tipo de intoxicación, se recomienda la ingesta de alimentos como arroz, patata, zanahoria, manzana no cruda, yogur o pavo hervido entre otros. Es importante evitar la leche, el alcohol, las bebidas azucaradas, las grasas o el café, así como cualquier alimento que posea fibra insoluble.

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