Iceta se fija como reto servir a las víctimas del terrorismo

El obispo auxiliar electo de Bilbao pide perdón en su despedida de la Diócesis de Córdoba por si su comportamiento en 14 años "ha escandalizado" a los fieles

Iceta y Asenjo, ayer tras concluir la misa Crismal.
Iceta y Asenjo, ayer tras concluir la misa Crismal.
Lourdes Chaparro

19 de marzo 2008 - 01:00

Trabajar, ayudar y servir a las víctimas que sufren el terrorismo es uno de los retos que se ha marcado el obispo auxiliar electo de Bilbao, Mario Iceta, que ayer se despidió de la Diócesis de Córdoba a la que ha pertenecido los últimos 14 años. Al término de la misa Crismal, oficiada por el obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, y celebrada en la Catedral, Iceta aseguró que en este tiempo "he contraído una deuda impagable". "Me he sentido muy querido a pesar de mis limitaciones y pido perdón si en mi comportamiento os he escandalizado", indicó.

El también obispo electo de Álava agradeció el apoyo recibido de los fieles, así como del resto de sacerdotes con los que ha trabajado estos años y reconoció que el "mejor regalo" que se lleva "es vuestra promesa de amistad y oración". Iceta, que durante el último año ha sido el vicario general de la Diócesis de Córdoba, recordó su paso por las parroquias de Priego de Córdoba, Almodóvar del Río y las clases que ha impartido en el Seminario. Gracias a su designación como prelado auxiliar de Bilbao, Iceta regresa a su tierra, de la que "aún perviven mis recuerdos y mi infancia".

A sus 42 años, Iceta se convertirá en el miembro más joven de la Conferencia Episcopal y su designación en Córdoba es la primera que se produce desde 1954, cuando monseñor Félix Romero fue nombrado obispo de Jaén.

Asenjo, por su parte, ensalzó en su homilía la labor y el trabajo de Iceta y le advirtió de que "ni el ministerio sacerdotal ni el episcopal son hoy empeños fáciles". Es más, el obispo reconoció que "como les sucedió a los apóstoles y a todos los que se nos encomienda cumplir el oficio del amor tendrá, sin duda, momentos difíciles". En Córdoba, Mario Iceta "tendrá siempre un puesto en la mesa y un hueco grande, sincero y lleno de gratitud, en el corazón del obispo, de los sacerdotes, los seminaristas, los consagrados y los laicos", subrayó el prelado.

Junto a las palabras de agradecimiento y consejos al nuevo obispo auxiliar de Bilbao -que será ordenado el próximo 12 de abril-, Asenjo aseguró también que "el olvido de Dios es la mayor tragedia del primer mundo en los comienzos del siglo XXI".

En la misa Crismal, en la que se bendijeron los Santos Óleos con los que se ungirán las manos de los nuevos sacerdotes y que también se utilizarán en el sacramento del Bautismo, además de en la Confirmación y sobre los enfermos que así lo soliciten, Asenjo animó a los sacerdotes a proclamar siempre la noticia del "amor de Dios a la humanidad, que se considera rica y autosuficiente", pero que sin embargo padece "la mayor de las pobrezas y de las orfandades por el olvido de Dios". A la eucaristía acudieron más de 200 sacerdotes que pertenecen a la Diócesis de Córdoba y alrededor de 400 personas.

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