Las teorías sobre el reparto de huevos duros para festejar el día de San Álvaro se acumulan, se contradicen y se complementan. Hay quienes aseguran que el santo cordobés, hace seis siglos, repartía los huevos entre los necesitados para saciar los estómagos vacíos. Otros entendidos aseguran que la costumbre tiene un origen mucho más profano y que no se remonta a hace más de 25 años: se empezó a dar no por comer, sino por beber. Los devotos idearon esta costumbre para hacerle una cama al alcohol, sobre todo con la yema. Y hay quienes narran que fueron los frailes dominicos, hace tres siglos, quienes empezaron a repartir los huevos entre los fieles aprovechando la producción de sus propias gallinas, sostuvo ayer el relaciones públicas de la Hermandad de San Álvaro, Antonio Mancha.
Teoría o ficción, rumores o realidades, lo cierto es que la costumbre de degustar tan sencillo alimento se repite cada mes de febrero con motivo del día del santo, que ayer congregó a varios cientos de personas en el santuario de Scala Coeli. La familia del ex hermano mayor Joaquín Bernier comenzó el jueves con este menester, que no necesita más que una buena cazuela con abundante agua, una lumbre a fuego alto y paciencia, explicó Mancha. Y, de la finca La Gitana, al santuario de Santo Domingo.
El huevo duro es la guinda a las fiestas en honor al santo cordobés, cuyas reliquias se conservan en un arcón dorado del siglo XVI que se guarda en una capilla lateral del santuario. Tras una Eucaristía, el busto del santo -un talla del siglo XVI- fue llevado en procesión por el exterior de la iglesia, fundada precisamente por el propio San Álvaro en 1423. Tras visitar Italia y Jerusalén, el santo regresó a Córdoba y en 1425 implantó el primer vía crucis de occidente fuera de Tierra Santa.
Testigos de esta efeméride son las cruces de granito que, colocadas a la vera del camino, marcan el itinerario que asiduamente practicaba San Álvaro desde el santuario al Monte Calvario. Allí se erigen tres grandes cruces desde las que se contempla una bellísima panorámica de la ciudad. El vía crucis se celebra cada Viernes de Dolores, aunque este año será muy especial, pues al día siguiente la talla -una obra del siglo XVI- será trasladada hasta Córdoba para ser restaurada. Los artistas Enrique Ortega y Rosa Cabello serán los responsables de la recuperación de la imagen, que será devuelta para el vía crucis de 2009.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios