Huellas del pasado recuperadas

Las distintas texturas y colores de la calle Cruz Conde señalan el trazado de las antiguas calles antes de abrirse la vía, además de la muralla y el Foro Romano

Anabel Calero

28 de mayo 2011 - 01:00

La reforma de la calle Cruz Conde ha permitido recuperar parte de la Córdoba de principios del siglo XX. Dar un paseo por la céntrica vía puede convertirse ahora en toda una clase de historia si se siguen las líneas y se descubren las diferencias que, a conciencia, se han dejado en el asfalto. Porque no es lo mismo el granito rosa que el gris y porque las juntas de latón que se han incrustado en la calle o la parte de asfaltado en mármol también tienen su función: señalizar el callejero de Córdoba anterior a la apertura de Cruz Conde, mostrar el laberinto del barrio del Trascastillo, señalizar la muralla y el antiguo Foro Romano, huellas de la Córdoba antigua que ahora salen al exterior. En concreto se ha recuperado el trazado del año 1928, posterior a la primera apertura que realizó el entonces alcalde José Cruz Conde y que sirvió de ensanche hasta Tendillas.

Además de las distintas texturas y colores de la recién reformada calle, el Ayuntamiento ha empezado a instalar las letras que nombrarán de nuevo las vías que quedaron escondidas. La antigua calle Morería ha sido la primera, pero el proyecto incluye la recuperación del entramado que atravesaba lo que hoy es Cruz Conde y que conformaban los barrios de Trascastillo y San Miguel. A Morería le seguirá la antigua calle San Álvaro, que antes continuaba hasta la plaza de las Tendillas. También se señaliza -hasta ahora por el granito gris, pero pronto con un letrero sobre el pavimento, la calle Julio Burell que corresponde a la que hoy se conoce como Historiador Díaz del Moral. Precisamente Julio Burell, que coge su nombre de un conocido periodistas cordobés de la época, se sitúa ahora cerca de la plaza de las Doblas. Conforme se avanza hacia Ronda de las Tejares, el asfaltado entraña más diferencias y sorpresas. Queda al descubierto el trazado de la calle Pastores, que no termina donde ahora se conoce, sino que llegaba a cruzar parte de Cruz Conde. Ya adentrándose en Trascastillo, la parte final de la céntrica vía esconde el pasado de Miraflores, que se situaría entre lo que hoy discurre entre Manuel de Sandoval y Chirinos. Cuatro Esquinas se adentraba desde esa altura hasta Cruz Conde y, muy cerca de Ronda de los Tejares se ubicaba la calle Doctor León Torrellas.

Pero no sólo se ha recuperado parte del callejero. La arquitecta encargada del proyecto, Rosa Lara, detalló otra parte del patrimonio que se ha señalizado en el asfalto. Por un lado, las juntas de latón que muestran los dos pórticos del antiguo Foro Romano, uno a la altura de la calle Góngora y otro cerca del edificio de Correos. El tramo final de Cruz Conde en el que se ha usado mármol en lugar del granito que impera en el resto de la vía y corresponde a la antigua muralla.

Ya se ha empezado a colocar en el pavimento el callejero, una tarea que consiste en hacer el hueco en el granito con un chorro de agua y después se incrustan las letras con un láser. El modelo es el mismo que se encuentra en algunas calles del barrio de Las Letras en Madrid, aunque todo se está fabricando desde Córdoba, siendo la primera vez que se hace algo así.

Para que los ciudadanos puedan conocer más a fondo estas huellas del pasado, se instalarán dos paneles informativos al principio y al final de Cruz Conde (junto a Tendillas y cerca de Ronda de los Tejares). A la altura de la calle Góngora, además, se colocará una fuente con un gran panel también que contará con el callejero antiguo y se explicará la historia reciente de esta parte de Córdoba.

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