El Hospital salva a un joven tras un complejo tratamiento a distancia
Álex, un boliviano de 19 años, fue intervenido a mediados de mes de una cardiopatía en un caso de colaboración entre países

El Hospital Reina Sofía acogió ayer un encuentro en el que los diferentes implicados en el caso de Álex, un joven boliviano que sufre de una cardiopatía compleja, hicieron un balance del "difícil proceso", que ha durado cinco años y ha desembocado en una intervención con éxito el pasado 12 de julio por parte de los cirujanos Jaime Casares y Carlos Merino. Según la médico y madre del muchacho, María Teresa Losada, gracias a la operación "mi hijo ha estrenado un nuevo corazón, nacido de la fusión del suyo con el de otro ser humano, y ha recibido todo el cuidado profesional y mucha calidez humana". Trece días después de la operación, Álex fue dado de alta y, según el equipo médico, ahora "evoluciona favorablemente".
Losada, natural de Colombia y residente en Bolivia, llegó al Reina Sofía en 2012 cuando Álex tenía 14 años. Desde su nacimiento, el niño sufría de una cardiopatía congénita conocida como la tetralogía de Fallot que le impedía llevar a cabo una vida normal. Se trata de una enfermedad compleja que implica un defecto de comunicación entre los ventrículos izquierdo y derecho del corazón, además de una obstrucción en el tracto de salida del ventrículo derecho. Esta cardiopatía suele ser detectada por los profesionales durante la gestación o en los primeros días de vida de los recién nacidos y en consecuencia, se trata inmediatamente. No fue este el caso de Álex, que se sometió con apenas cuatro años por primera vez a una operación que no conllevó la reparación de su corazón y acabó por causarle una dolorosa ceguera debido a complicaciones durante la misma. María Teresa Losada adoptó al niño cuando apenas contaba con cinco años, después de la primera intervención y, desde entonces, dedicó su tiempo a encontrar una solución definitiva para Álex. Antes de Córdoba, la pareja ya había pasado por otros países para intentar que le proporcionaran la ayuda que en Bolivia, debido a sus circunstancias socioeconómicas, no pudieron encontrar.
Ahora, más de una década y dos vidas dedicadas a la búsqueda de una respuesta después, parece que madre e hijo pueden empezar a respirar tranquilos gracias a los profesionales del Reina Sofía, que intervinieron a Álex el pasado 12 julio en lo que resultó una operación de sustitución vascular exitosa. La intervención fue el final de un proceso que ha durado años, en los que expertos cordobeses efectuaron un seguimiento del joven, que se encontraba en Bolivia. Esta vigilancia ininterrumpida arrancó con la primera visita de Álex a Córdoba en 2012.
El equipo de profesionales médicos que trató a Álex, entre los que constan cardiólogas o cirujanos, junto a la madre del joven y la delegada de Salud, María Ángeles Luna, coincidieron ayer en que se trata de un "excepcional y complejo caso" en el que la cooperación internacional y la solidaridad han sido elementos protagonistas. Tanto Luna como la directora gerente del hospital, Valle García, ensalzaron la labor del Reina Sofía y reivindicaron su condición de centro referente de trasplantes y tratamiento de cardiopatías complejas como la que aquejaba al joven boliviano a nivel mundial. "Pretendemos resaltar el trabajo en equipo, la solidaridad y el compromiso que han hecho que ahora Álex esté bien", resaltó García, secundada por el director de la unidad de Pediatría, Juan Luis Pérez Navero, que reiteró que "es muy loable apoyar este tipo de causas" y que "admiro el valor que tuvo María Teresa como médico para contactar con nosotros". En la línea de lo aportado por sus compañeros, el cirujano cardiovascular y responsable de la operación del pasado día 12, Jaime Casares, resaltó que "somos un grupo compacto y coherente, por eso podemos ayudar de forma solidaria a los niños que no han tenido la suerte de nacer en el primer mundo". Según Casares, gracias a la intervención y su juventud, "Álex podrá vivir una vida normal durante cuatro o cinco décadas más". Otra de las responsables del seguimiento del muchacho, la cardióloga infantil María Ángeles Tejero, habló del caso como "una lección de vida" y añadió que "vendrán más Álex y más María Teresas, y nosotros los ayudaremos siempre". Por último, después del responsable de la UCI pediátrica, Ignacio Ibarra, que elogió igualmente el trabajo de sus compañeros y los beneficios de la sanidad pública. María Teresa Losada expresó su "agradecimiento al pueblo andaluz y al Hospital Reina Sofía". La madre del afectado resaltó en contraposición con el panorama español que "en Bolivia, si no hay dinero, no hay salud", y añadió que por esta razón "necesitamos la cuerda de la solidaridad y a quienes la sostengan desde arriba". "No hay nada más hermoso que el impulso de un corazón cuando los médicos lo reactivan, un corazón que siempre es rojo y no entiende de colores de piel ni de lugares de nacimiento", concluyó María Teresa Losada.
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