La Hermandad del Rocío de Córdoba parte hacia Almonte

Que todo el mundo sea rociero

  • La Hermandad del Rocío de Córdoba comienza el camino hasta la aldea almonteña desde San Pablo con su tradicional primera parada en la Catedral

Un hombre entrega un bebé para que lo pasen por el Simpecado.

Un hombre entrega un bebé para que lo pasen por el Simpecado. / Laura Martín

“Esto es lo más grande que hay; esto, hacer el camino, hay que vivirlo para saber realmente lo que es”, comenta Antonio Girón montado a caballo a las puertas de la iglesia de San Pablo. Dentro del templo el capellán de Camino, Tomás Pajuelo, oficia la eucaristía que sirve como prólogo a la salida hacia Almonte de la primera hermandad de la Virgen del Rocío que lo hace, la de Córdoba. Por delante nueve jornadas de camino, “en los que hacemos unos 35 kilómetros diarios”, relata. “Algunas veces vamos vestidos de corto, otras de faena, según como nos pille”, añade.

A su lado, Carmela Muhg, también montada a caballo, se prepara para emprender el que será su camino número 26. “Yo soy la mujer más vieja que hace en Córdoba el camino. Para mí significa tanto la peregrinación...haces amistad con mucha de la gente que te acompaña. Normalmente hago la peregrinación con mucha paz”, explica. Carmela es suiza y tiene a su caballo en Córdoba. “Mi marido viene también, pero va por carretera y nos juntamos allí; llevamos un mes entero en Córdoba desde que salimos de Suiza, que son en total 5.000 kilómetros para ver a la Virgen, más los del camino”, detalla. “La peregrinación y la estancia en El Rocío es algo muy importante en nuestras vidas”, sentencia. El germen de la devoción rociera le nació a Carmela “por mi profesión”. “Tenía una academia de flamenco en Suiza, vine a conocer Andalucía y cuando conoces Córdoba, Córdoba te toca”, detalla.

Llega la carreta del Simpecado a las puertas de San Pablo, una carreta protegida por las imágenes de San Rafael y la Virgen de la Fuensanta y con un mensaje grabado en dos largas cintas que cuelgan de su techo: Que todo el mundo sea rociero.

A ella se sube vestida de rociera María José Priego, quien lleva 23 años haciendo el camino. “Vamos preparaitos, con nuestros congeladores, donde llevamos nuestras comidas; a la hora del camino prefiero el calor antes que el agua y el frío”, explica. María José relata que en su caso lleva un traje de rociera para cada día. Ese altar itinerante que es la carroza del Simpecado va exornada con geranium coral y rosa clavel envejecido, además de clavellina china, según corporación lefítica , “como homenaje a los Patios”. Además, presenta el estreno de la parte exterior del techo y el arco trasero. “Todo un cielo de plata diseñado por el artista cordobés Rafael de Rueda –y ejecutado en el taller de orfebrería Hermanos Fernández, de Sevilla– que alude un artesonado de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba, basado en estilo ataurique e inspirado en los arcos de su capilla de Villaviciosa”, tal y como detallan desde la Hermandad.

Es la hora, la primera hermandad del Rocío en hacer el camino parte. La comitiva la conforman cerca de 350 romeros, diez charrets y 15 carriolas, así como unos 20 caballistas, además de 15 tractores y tres vehículos todo terreno. La peregrinación cuenta con el apoyo de los voluntarios de Protección Civil del Ayuntamiento de Córdoba, Guadalcázar y La Carlota que acompañan a la comitiva hasta La Luisiana, donde tomará el relevo el Servicio de Protección Civil de Sevilla. Marchan por primera vez con un desfibrilador y con un GPS, donados por la Junta. El GPS va instalado en la carreta del Simpecado y gracias al mismo se tiene conocimiento exacto en todo momento de la ubicación de la Hermandad con el objetivo de agilizar la respuesta de los operativos de emergencia en caso de que se produzca cualquier incidente.

Antes de salir de Córdoba, la corporación lefítica hace su tradicional recorrido de paso por la Mezquita-Catedral. La gente no pierde detalle de su paso por las calles San Fernando, Cardenal González, Magistral González Francés, la Puerta de Santa Catalina y el Patio de los Naranjos. Tras recibir la bendición por parte del obispo de la Diócesis, Demetrio Fernández, la Hermandad del Rocío de Córdoba se dirige a los jardines que llevan el nombre de su titular por las calles Magistral González Francés, Cardenal González, San Fernando, la Cruz del Rastro, el Puente de Miraflores y la calle Carmen Olmedo Checa, donde se incorporarán las carriolas a la comitiva.

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