El Gran Teatro de Córdoba presenta este sábado 2 de diciembre Pandataria, una obra que trata la inclusión, la diversidad y el amor a través de las vivencias de mujeres desterradas. El montaje, un espectáculo mutidisciplinar que fusiona texto y movimiento estrenado en el pasado Festival Internacional de Teatro de Mérida, cuenta con un reparto variado en el que figuran artistas de diversas disciplinas, encabezado por la actriz Cayetana Guillén Cuervo. La dirección y la coreografía corren a cargo de Chevi Muraday, que interviene también en el espectáculo como bailarín.

Pandataria es un pequeño islote italiano de 1,54 kilómetros cuadrados en el mar Tirreno utilizado como lugar de destierro y exilio durante la dinastía Julio-Claudia de la antigua Roma para las mujeres del Imperio que no se adecuaban a las normas: mujeres adúlteras, poderosas, independientes o con inquietudes políticas que estorbaban al poder establecido.

La isla pasó a llamarse Ventotene en la Edad Media y siglos después, durante la dictadura de Mussolini, también fue el destino para quienes defendían los derechos y las libertades y no simpatizaban con el régimen fascista.

La obra enlaza el mundo clásico romano con la década de 1940, con la II Guerra Mundial y el personaje de Ursula Hirschmann, activista judía que inició su lucha contra la dictadura italiana al ser desterrada a la isla junto con su esposo. Allí, junto a otros disidentes, escribieron el Manifiesto de Ventotene por una Europa libre y unida, un texto que permitió convertir ese espacio-cárcel en un símbolo atemporal de liberación.

La isla, con cualquiera de sus nombres, es para los creadores del espectáculo “la isla de los que sobran” y también, y por tanto, “una utopía necesaria, un lugar al que aspiramos a llegar para eliminar esas fronteras y demostrar que todo ser humano es válido”, señalan.

Pandataria, con textos de Laila Ripoll, es una obra ecléctica, una combinación de “teatro, danza y rap” para contar “una historia terrible y maravillosa”, según Chevi Muraday. La obra habla “sobre todo de amor, de comprender y aceptar al otro en sus diferencias”. Un mensaje que considera “muy necesario” en una sociedad tan “polarizada” como la nuestra.

En la función, explica, habrá momentos “oscuros y duros”, aunque también habrá sensaciones de “mucho placer, debidas al encuentro con el otro”. En definitiva, “un lugar lleno de poesías, metáforas e imágenes realmente bellas” que ha sido “fruto de un trabajo de 27 años”, afirma.

En la puesta en escena juega un papel primordial una escenografía “viva” que se va cambiando conforme sucede la obra, “muy visual”, que cuenta con una “música muy particular” y en la que “se ha trabajado mucho para que el público tenga mayor comprensión de lo que se está contando”, detalla el director, que como bailarín y coreógrafo resalta que también se mostrarán “niveles del movimiento del cuerpo muy exigentes”.

Por su parte, Cayetana Guillén Cuervo señala que Pandataria pretende hablar sobre “la necesidad de abrazar la diferencia, de entender las razones del otro, de empatía y de amor en mayúsculas”. Además, la actriz explica que se trata de un espectáculo que plantea “historias reales de mujeres expulsadas, expatriadas, exiliadas, de gente diferente, de disidentes y de personas expulsadas de la sociedad por ser así”.