Semana Institucional del Instituto Armado

La Guardia Civil ejecuta una exhibición de músculo y fuerza en Córdoba

Dos componentes de la Guardia Civil descienden desde un helicóptero a la plaza de toros.

Dos componentes de la Guardia Civil descienden desde un helicóptero a la plaza de toros. / Miguel Ángel Salas

La Semana Institucional de la Guardia Civil llegó ayer a su fin con la plaza de toros de Los Califas como escenario. Gradas al completo, banderas de España ondeando y un gran ambiente para homenajear al Instituto Armado en el anticipo de la celebración de la fiesta de su patrona, la Virgen del Pilar, el próximo 12 de octubre.

Las diferentes unidades de la Guardia Civil llevaron a cabo una exhibición de medios y una demostración de procedimientos que dejaron al público del recinto cordobés con la boca abierta. Y es que son 177 años los que este cuerpo de seguridad lleva prestando servicio al ciudadano, motivo por el que esta semana dedicada a la Guardia Civil ha tenido tan buena acogida por una Córdoba que con su atención ha demostrado el agradecimiento a todos aquellos que han formado parte del benemérito cuerpo y que lo forman.

Manos al corazón cuando sonó el himno nacional. El capitán del escuadrón de caballería pedía permiso al palco presidencial para iniciar el acto, que arrancó de la manera más espectacular. Un helicóptero de la Guardia Civil sobrevoló el cielo de la capital para detenerse a 40 metros del suelo de la plaza de Los Califas. Desde el aire y al ritmo de la famosa banda sonora de la película Misión Imposible, descendieron haciendo rappel dos componentes de la Unidad Especial de Intervención, con una actuación precisa con la que demostraron que están dispuestos para afrontar ese tipo de riesgos.

Entre el espectáculo que creaban las sirenas de los furgones y el aplauso del público exaltado, diversos simulacros de reducción de criminales peligrosos entraron en juego. Los operativos del Grupo de Reserva y Seguridad mostraron su compenetración para reducir el ataque de un individuo que amenazaba con un cuchillo. Luego, mediante un estricto despliegue del cordón policial, lograron detener a un terrorista que dejó sobre el albero una mochila sospechosa.

Comenzó entonces el simulacro del protocolo de desactivación de explosivos. Un perro detector de raza pastor alemán advirtió de la presencia de la bomba y fue un robot remoto el que remolcó el explosivo que, tras una cuenta atrás que coreó el público más joven, explotó de la forma más segura. Tras neutralizar el artefacto, los perros tomaron protagonismo con una amplia exhibición canina. Estos animales entrenados y cuidados por la Guardia Civil demostraron ser capaces de detectar a personas, explosivos, dinero y diferentes materiales.

Mediante una historia al más puro estilo La Casa de Papel, cuatro perros mostraron sus habilidades. Primero un pastor alemán logró encontrar al ladrón de una valiosa pieza de un museo. Después fue el turno del pastor belga Drako, que localizó escondido a un hombre entre los diferentes cubos que colocaron en la plaza.

Otro canino, este especialista en restos biológicos, fue capaz de rastrear el olor de la sangre de un cuchillo escondido en el recinto; y Marfil, el cuarto de los perros, mostró su capacidad para detectar dónde estaba oculta una figura de marfil. Aunque lo más impactante fue ver la velocidad de los perros atacando a dos personas que actuaron como criminales. Y es que son capaces de soltar una mordedura de una presión de unos 110 kilos por kilómetro cuadrado. Un ataque que nadie desearía recibir.

A continuación, un carrusel del Escuadrón de Caballería se lució dando la vuelta al ruedo y la formación de 16 jinetes llevó a cabo una coordinada exhibición de movimientos sobre sus recios y limpios caballos. Con el himno de la Guardia Civil, la formación de los 68 efectivos del personal participante y el saludo a la presidencia la exhibición terminó con el aplauso de una Córdoba que durante los actos de toda la semana “ha respondido”, como agradecieron en palabras la coordinación del evento del Instituto Armado.

Al acto lo siguió el arriado de la bandera de España en una plaza de las Tendillas abarrotada y entregada a la pasión que contagia la Guardia Civil.

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