Inclusión

Una lección de vida entre generaciones

  • Las menores del Grupo Educativo de Convivencia Femenino de Córdoba comparten su vida y experiencia con más de diez mujeres mayores de una residencia de Sevilla

Una de las niñas del centro mantiene una videollamada con las mayores de la residencia.

Una de las niñas del centro mantiene una videollamada con las mayores de la residencia. / Miguel Ángel Salas.

El intercambio de distintas formas de comprender la vida entre generaciones alejadas entre sí en más de 50 años ha cambiado la forma de ver el mundo de cuatro niñas del Grupo Educativo de Convivencia Femenino de Córdoba a través de un proyecto que busca promover valores centrados en la intergeneracionalidad fomentando el contacto de las menores con mujeres de la Residencia de Mayores Vicente Ferrer de Castiblanco de los Arroyos, en Sevilla. 

Una de las cuatro niñas que se encuentran en el centro cordobés, de la Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, gestionada por la entidad Meridianos, se sienta frente a uno de los ordenadores de la casa y va saludando a cada una de las mayores que se encuentran al otro lado de la pantalla. "Son como abuelas para ellas", rescata la coordinadora del centro, Olga López. Se trata de un proyecto de inclusión entre generaciones puesto en marcha durante la pandemia y que se mantiene hasta hoy de manera online y con la esperanza de un encuentro presencial muy pronto. 

Cada semana se conectan a través de videollamadas con entre diez y 12 mujeres mayores de la residencia y hablan de temas que van desde la guerra hasta las fiestas. En uno de los últimos encuentros conversaron acerca de la Feria, lo que costaba cada atracción y puesto de comida para aquella época y la diferencia con la actualidad.

"Que sean buenas, que aprovechen el tiempo y que no vayan a sitios malos, que cuando se es joven no se piensa en lo que nos va a pasar y luego nos damos cuenta" es uno de los primeros mensajes que Encarna, una de las mujeres mayores de la residencia, les ha dejado a las niñas. Se escriben cartas, dibujos, comparten vídeos, recetas y música. 

La coordinadora del centro, Olga López. La coordinadora del centro, Olga López.

La coordinadora del centro, Olga López. / Miguel Ángel Salas.

Las menores se encuentran en el centro por orden de un juez por un periodo determinado, en su mayoría por violencia filio parental o convivencia complicada en el hogar, por lo que desde el GEC Femenino Córdoba tratan de promover, de la mano de la gestión de la Junta de Andalucía, entre otras cosas, "el conocimiento de otra generación impulsando valores y actitudes humanistas que puedan favorecer en las menores en sus habilidades sociales básicas como es la empatía o la escucha activa". 

Las niñas asisten al instituto por la mañana y durante el día cumplen con actividades extras, bien sea como las de este proyecto o actividades recreativas, siembra en un huerto, estudios, talleres y demás deberes del hogar junto a los nueve trabajadores que hay actualmente en la casa y, depende de la medida que cumplan, tienen contacto familiar o permisos para visitar sus domicilios. 

López valora la puesta en marcha de este proyecto, que además se fue construyendo gracias a las ideas aportadas por las menores, pues considera que mediante la educación y el apoyo mutuo, compartiendo talentos y recursos disponibles, "se evita la exclusión social y la pérdida de cultura gracias a la trasmisión del patrimonio cultural".

A partir de esta iniciativa, desde el centro pretenden iniciar una serie de colaboraciones que beneficien a los residentes mayores, por un lado, y por otro a las menores, donde exista una interacción beneficiosa aunque sea en la distancia. "Ambos colectivos han vivido de una manera especial la situación sanitaria excepcional que aun nos ocupa, y creemos enriquecedor esta experiencia en ambos sentidos", destacan.

Y es que durante la pandemia, tanto las mujeres mayores como las niñas pasaron por una situación muy similar, sin poder salir de sus respectivos centros ni recibir visitas de sus familiares, los trabajadores de ambos centros tuvieron que hacer un esfuerzo importante por mantener el contacto de ambos grupos tanto con sus familiares como con la realidad de lo que ocurría fuera.

En este centro de mayores de Sevilla se atiende a distintos tipos de perfiles: desde personas autónomas a personas en situación de gran dependencia. "Tratan de superar el concepto tradicional de asilo de ancianos y es la idea que queremos trasladar a nuestras jóvenes", concluyen.  

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