Fósiles para recordar la historia

Vivir en Córdoba

Los restos encontrados en el Molino de Martos por un experto pertenecen a unos moluscos del Jurásico Superior, característicos de la fauna que habitaba hace millones de años en la Subbética

L. Z.

23 de enero 2008 - 05:00

Los molinos del río Guadalquivir recuperan parte de la historia de la ciudad, no sólo porque refrescan la memoria de los ciudadanos de hoy día sobre otros tiempos en los que estas vetustas infraestructuras funcionaban. Ahora, además, entre sus piedras, que molieron harinas para piensos y pan para toda la ciudad, se han encontrado fósiles marinos.

En concreto, el hallazgo se ha producido en el Molino de Martos, restaurado hace unos años. En él, y tras observaciones de las piedras soleras -las fijas o inferiores-, se han reconocido tres fósiles de conchas de ammonoideos, moluscos de la época del Jurásico Superior. Ello quiere decir que tienen aproximadamente 150 millones de años, según manifestó el concejal de Medio Ambiente, Francisco Cobos.

Para encontrar la explicación de que estos moluscos se hallen en estas piedras hay que retroceder en el tiempo. Así, se comprueba que las rocas con las que se construyeron estas ruedas de molino proceden de la zona de la Subbética cordobesa, un enclave que fue en tiempos pasados un mar poco profundo. Sus piedras recogen los restos de la fauna del momento, apuntó Ángel Montero, paleobotánico descubridor de estos fósiles marinos.

Los restos encontrados son de pequeño tamaño y pertenecen a una especie de moluscos que encuentra su descendiente actual en los naitilus, un cefalópodo con concha externa muy parecido a los hallados. Montero señaló que el descubrimiento fue por "casualidad, observando la roca" y debido a que "tengo la vista acostumbrada", ya que son difíciles de reconocer.

Estas piedras calizas han sido denominadas por los geólogos como calizas nodulosas en facies ammonítico rosso, haciendo referencia a su color rojo y a la presencia característica de ammonites. De este modo, Montero señaló que las piedras del Molino de Martos pertenecen a las canteras que había desde el siglo VIII al IX en Cabra y Carcabuey. Tanto es así que en el siglo XIX ya se hacía mención de estas canteras en un libro escrito por el geólogo Ezquerra del Bayo en 1847. En la obra se puede leer cómo el autor describe la calidad de estos yacimientos, así como la presencia en sus piedras de ammonites.

Montero manifestó en este sentido que es "indudable que a mediados del siglo XIX las canteras de Cabra tenían una inmensa actividad hasta el punto de poder surtir de piedras molineras a toda la región". Los molinos del río fueron utilizados principalmente como molinos harineros y como batanes de paños desde el periodo medieval hasta finales del siglo XIX y primeros del XX. Después, algunos de ellos fueron reconvertidos en estaciones hidroeléctricas. Una historia que ahora se remonta millones de años atrás.

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