La Gloria de San Agustín

Fango

Entrenamiento del Córdoba CF.

Entrenamiento del Córdoba CF. / El Día

Por lo que parece, por lo que me han contado, se ha terminado ya el culebrón de nuestro equipo después de diez meses, casi un año, de lío de abogados, juicios y demás, una cosa, que hasta lo han puesto en mi Día, que cuando publican esas cosas nunca se equivocan. Pues mejor así, mucho mejor, que en ese vilo en el que estábamos no se podía vivir.

Como será la cosa, que ya hasta han salido los abonos a la venta y demás, lo que yo les diga, que la cosa está casi solucionada del todo. Y seguimos llamándonos como siempre, y el escudo es el de siempre y nuestros colores son el blanco y el verde, que no es lo mismo que el verde y el blanco, que en el fútbol no pasa como en eso de las sumas, que el orden importa. Pues menos mal, es lo único que puedo decir, porque no se puede jugar y, sobre todo, maltratar al corazoncito de tantos y tantos aficionados, que esos sí que son el mayor tesoro que tiene nuestro Córdoba, y que eso no lo ponga nadie en duda.

Que estos meses han sido para muchos un auténtico martirio, que yo lo he podido ver con mis propios ojos, lo que yo les diga, que hay mucho amor y mucha tradición a esos colores, que eso lo sabemos todos. Y es que no merecía nuestro equipo, ni sobre todo la ciudad y los aficionados que desapareciera un nombre y un escudo que han pasado ya por tantas generaciones, que eso es mucho, y menos mal que ha terminado así la cosa. 

Y ahora, a meter goles, que es de lo que se trata, más que el equipo rival, y ya está, y los de los despachos a hacer las cosas bien hechas, con claridad y transparencia, con cabeza si es posible, que tampoco pedimos tanto, y aparecer poco, que los que tienen que dar la cara son los que están sobre la hierba y el entrenador. Que todo lo demás es fango, y ya estamos hartos de tanto fango, y de tanto personajillo que ha pasado por el equipo, apropiándose de su historia y de sus colores.

Que los cordobeses queremos gente normal dirigiendo a nuestro equipo, normales, que no pedimos tanto, me parece a mí. Pues esperemos que eso sea así a partir de ahora, de verdad, y que estemos pendientes nada más de si la pelotita entra o no, y no de los despachos, que de eso estamos aburridos y quemados, y no nos lo merecemos. En fin, que ojalá ya solo tengamos que hablar de fútbol y no del fango que hay alrededor, que eso no nos interesa y hasta huele mal cuando se acumula.

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