Fallece a los 63 años Antonio Márquez

Ayer falleció a los 63 años Antonio Márquez Moreno, delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Córdoba durante diez años y una de las figuras destacadas del PSOE provincial en la última década del siglo XX y principios del XXI. Natural de Montemayor, municipio en el que vivió y al que ha estado muy vinculado siempre, Márquez entró en política durante la Transición de la mano del Partido Socialista Popular (PSP) de Enrique Tierno Galván. Fue concejal en al menos dos mandatos en su pueblo natal, si bien su actividad principal la desarrolló en la Delegación del Gobierno de la Junta en Córdoba, a donde llegó en el año 1999 para sustituir a Luis Hidalgo.

Durante su etapa al frente de este departamento abrió una nueva etapa de relación con los municipios de la provincia y se fue convirtiendo en una de las voces autorizadas tanto de la Administración autonómica como de su partido. Destacó por su cercanía y por querer "abrir las puertas" de la Junta a la sociedad cordobesa, en unos años en los que la capacidad de decisión de la Administración periférica de la Junta era de gran peso político. Hombre de un gran sentido del humor -recordado por llamar "los federales" a todo dirigente del PSOE de más allá de Despeñaperros- intervino directamente en cuestiones y conflictos que afectaban a las competencias del Gobierno andaluz, siempre con espíritu conciliador y capacidad de diálogo. "La cara amable del socialismo cordobés", como lo definieron muchos de sus compañeros y dirigentes de otras formaciones.

Contó siempre con la confianza de quien fue presidente de la Junta durante su etapa en la delegación, Manuel Chaves, y dejó el puesto en el ejercicio 2008, siendo relevado entonces por Isabel Ambrosio, actual alcaldesa de Córdoba. Márquez pasó entonces a ocupar el cargo de director del Instituto Andaluz de Riesgos Laborales.

Tanto el PSOE cordobés como la Junta de Andalucía lamentaron ayer este fallecimiento. La actual delegada del Gobierno, Rafaela Crespín, trasladó el pésame a su familia y amigos y destacó el pesar que causa su muerte en el seno de las personas "que tuvimos la suerte de compartir con él momentos en vida". Crespín destacó su papel como delegado del Gobierno en Córdoba durante casi diez años por la "dedicación, compromiso y su contribución desde ese puesto de responsabilidad a mejorar las condiciones de vida de los cordobeses y cordobesas dentro de sus competencias". Crespín se refirió a Márquez como "persona de profundas convicciones progresistas y avanzadas ideas que durante su etapa como delegado, la provincia de Córdoba mejoró en cuanto a nuevos equipamientos e infraestructuras culturales, sociales, educativas y de comunicación, sin olvidar el compromiso con las personas y los servicios públicos esenciales". Destacó además que era un gran "conocedor de la provincia de Córdoba, de su idiosincrasia, tradiciones y posibilidades y que mantuvo un contacto permanente con los municipios y el ámbito rural en un compromiso por la vertebración territorial y la igualdad de oportunidades". Crespín apuntó también que "me quedo con lo que aprendimos de él política y personalmente, su carácter campechano, afable, humilde y cariñoso de hombre apegado a su tierra, a su pueblo, a sus raíces".