Sanidad

Expertos de Córdoba aseguran que la detección temprana de la diabetes gestacional es clave para reducir sus riesgos

La doctora Sánchez del Solar realiza una ecografía a una paciente en consulta.

La doctora Sánchez del Solar realiza una ecografía a una paciente en consulta. / El Día

La detección temprana de la diabetes gestacional es fundamental para controlar y reducir los riesgos de esta enfermedad, que afecta aproximadamente al 9% de las embarazadas en España y que puede desarrollar cualquier mujer, aunque el sobrepeso y contar con antecedentes familiares de diabetes tipo 2 son factores de riesgo para desarrollarla, según ha indicado la doctora María Sánchez del Solar, especialista del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Córdoba.

La doctora Sánchez del Solar ha explicado que la diabetes gestacional es un tipo de diabetes que puede aparecer durante el embarazo (normalmente en la segunda mitad), en mujeres que previamente no la tenían. Así, es muy importante detectarla cuanto antes, ya que iniciar un tratamiento precoz ayudará a un buen control y evitará riesgos tanto para la madre como para el bebé. En la mayoría de los casos, con un control adecuado las madres tienen un embarazo saludable y un bebé sano.

El embarazo aumenta las necesidades de la insulina, “que es la hormona que hace de llave para que la glucosa entre de la sangre a las células de nuestro cuerpo y se transforme en energía”. La placenta produce distintas hormonas que crean resistencia a la insulina y, por tanto, impide la entrada de glucosa en las células, quedándose ésta en la sangre y aumentando sus niveles en ella. El aumento de peso también produce resistencia a la insulina, “por lo que es importante comenzar el embarazo con el peso adecuado”, ha señalado la doctora.

Aunque cualquier mujer puede desarrollar diabetes gestacional, hay factores de riesgo que aumentan su probabilidad, entre los que se encuentran, además del sobrepeso y los antecedentes familiares de diabetes, tener una edad por encima de los 35 años, haber dado a luz previamente a un bebé de más de 4 kilos, o haber padecido diabetes gestacional en un embarazo anterior.

La doctora Sánchez del Solar ha destacado que la diabetes gestacional, que desaparece tras el parto, normalmente no provoca síntomas, pero se puede sospechar en algunos casos si existe un aumento excesivo de peso, cansancio, sed y muchas ganas de orinar. Otro signo a tener en cuenta es la excesiva ganancia de peso del bebé que se detecta en las ecografías obstétricas.

Para su detección se utiliza un cribado en todas las embarazadas que se conoce como Test de 0’Sullivan, que se realiza en el primer trimestre a las futuras mamás con algún factor de riesgo, en el segundo trimestre a todas las gestantes, incluidas aquellas con el test negativo realizado en el primer trimestre. En caso de ser positivo, se realiza otra prueba para confirmar el diagnóstico conocida como “curva larga”. En el tercer trimestre, el Test de O’Sullivan se hace a las embarazadas que no se lo han realizado previamente, así como la “curva larga” a las que presenten complicaciones sugestivas de diabetes gestacional, principalmente que el bebé tenga más peso que el que le corresponde y/o que se observe exceso de líquido amniótico alrededor del bebé en las ecografías. 

Alimentación y ejercicio físico

La especialista ha afirmado que el tratamiento debe iniciarse cuanto antes y contempla una alimentación saludable, repartida en cinco o seis tomas diarias, evitando alimentos y bebidas ricos en hidratos de carbono de absorción rápida (azúcar, caramelos, chocolates o dulces). El ejercicio físico regular intenso reduce los niveles de azúcar en sangre y aumenta la sensibilidad a la insulina, por lo que “es recomendable realizar ejercicio aeróbico de intensidad moderada durante 30 minutos entre cinco y siete días por semana, que debe estar precedido por ejercicios de calentamiento y seguido de ejercicios de enfriamiento”.

Los niveles de azúcar en sangre (glucemia capilar) se monitorizan con un diario de glucemias que incluye la glucemia prepandial (antes de comer) y postprandial (una hora o dos después de comer). Además, la gestante con diabetes gestacional debe acudir a las revisiones previstas por su ginecólogo. La doctora Sánchez del Solar ha insistido en que, aunque en el 70-85% de los casos se consigue un buen control de la diabetes con dieta y ejercicio, cuando los niveles de azúcar en sangre siguen sin ser adecuados se añade tratamiento con insulina.

En este sentido, ha resaltado que si la diabetes no está controlada puede tener complicaciones para la madre, como es el mayor riesgo de desarrollar tensión arterial alta y preeclampsia, y aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro o diabetes gestacional en otro embarazo.

En cuanto al bebé, las complicaciones podrían ser un exceso de peso al nacer, precisar cesárea para nacer (estos bebés suelen tener más dificultades para encajarse en el canal de parto), y más riesgo de dificultad respiratoria. Además, a veces presentan hipoglucemia (niveles más bajos de azúcar al nacer), y mayor riesgo de desarrollar obesidad o diabetes tipo 2 en el futuro.

La doctora ha hecho hincapié en que el sobrepeso y la obesidad dificulta no sólo la probabilidad de quedarse embarazada, sino que aumenta el riesgo de padecer complicaciones, por lo que las pacientes con sobrepeso han de reducirlo antes del embarazo. Por tanto, acudir al ginecólogo antes del embarazo para poder planificarlo en las mejores condiciones de salud, “ayudará a detectar posibles factores de riesgo, seguir recomendaciones individualizadas y comenzar el embarazo con una salud óptima”.

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