José María Bellido | Alcalde de Córdoba

“Acabar con el sectarismo en Córdoba era un reto y eso ya lo hemos logrado”

  • El regidor analiza los primeros seis meses de su mandato y reivindica la necesidad de contar con un plan estratégico, sin olvidar que para “no distraerse” debe seguir en contacto con la sociedad.

José María Bellido, alcalde de Córdoba.

José María Bellido, alcalde de Córdoba. / Laura Martín

Naturalidad. Es la palabra que mejor engloba una conversación con el alcalde de Córdoba, José María Bellido, quien antes de iniciar la entrevista admite que lo mejor en estos casos es “no tener nada preparado”, sino responder con sencillez.

–¿Le ha cambiado la vida desde que es alcalde?

–Pues como ya llevo un tiempo en esto de la política, el cambio principal quizás sean las obligaciones que te impone el cargo, como ir acompañado a todos los sitios, la pérdida de privacidad y en parte de libertad para hacer algunas cosas. Porque uno es alcalde desde que se levanta hasta que se acuesta. También echo de menos a mis hijas y ellas a mí. Aparte de ser alcalde las 24 horas, es que casi te tienes que dedicar las 24 horas a ello.

–¿Es como usted se lo esperaba?

–Sí. Yo he vivido ya un gobierno con José Antonio Nieto, con el que tengo una relación muy estrecha, y he visto antes lo que es ser alcalde.

–¿Se gira ya por la calle cuando alguien le llama alcalde o aún no?

–[Ríe] Sí. Y tengo que decirle que precisamente hace unos días lo comentaba con mi mujer mientras hacíamos las compras propias de estas fechas y se nos acercaban algunas personas. Tengo que decir que el trato está siendo muy agradable y lo que recibo es cariño. Eso es muy satisfactorio.

–¿Y llega uno algo despistado cuando accede a la Alcaldía?

–De verdad que no, y se lo digo con la mano en el corazón. Sabíamos, con matices, cuál era la situación del Ayuntamiento y de la ciudad, por supuesto. No me he encontrado ninguna sorpresa desagradable. No he llegado despistado y creo que esa experiencia que ya acumulábamos nos ha evitado pagar novatadas que a lo mejor han pagado otros gobiernos.

–Igual me tiene que contestar dentro de unos años, pero un alcalde me dijo una vez que después de esa experiencia estaba ya preparado para ser ministro, comisario europeo o lo que sea.

–¿Sabe lo que pasa? Que en un ayuntamiento, y en la alcaldía más, uno tiene que hacer de todo y saber de todo. Estamos en la primera línea de fuego y cuando uno viene de la Infantería, ya es capaz de pasar al Estado Mayor o a dónde haga falta. La política municipal es la más pegada al terreno de verdad, donde tienes que estar con la gente y los funcionarios codo con codo todos los días y dar la cara. Eso da bagaje.

José María Bellido, alcalde de Córdoba José María Bellido, alcalde de Córdoba

José María Bellido, alcalde de Córdoba / Laura Martín

–¿Y en un ayuntamiento como el de Córdoba da tiempo para hablar con el vecino?

–Hombre no es comparable a los municipios pequeños, pero yo estoy esforzándome por no parar, por recibir en el Ayuntamiento a todo el que quiere, sobre todo a asociaciones, y eso es algo que hemos roto en estos meses. El Ayuntamiento es un hervidero de actividad y de atención a los ciudadanos y a los colectivos. Y otra vertiente importante es la de ir a los sitios. La gente quiere ver que su alcalde, su teniente de alcalde o los concejales les acompañen en los actos importantes y ahí estamos haciendo un esfuerzo muy considerable. Francamente le digo que creo que se está notando.

–Pese a esa experiencia de la que habla, en este mandato hay una novedad, como es un cogobierno entre PP y Cs, y no me diga que todo es un camino de rosas.

–Eso está claro. Mire, mi compañero Salvador Fuentes dice que cuando llegan los plenos cada grupo tiene su verdad y eso es cierto. Evidentemente, en un gobierno también cada partido tiene su verdad. Pero sí tengo que decirle que pese a los lógicos momentos de discusión, nos llevamos bien. Todos estamos aprendiendo y tanto Isabel Albás como yo nos hemos propuesto que, además de compartir los intereses de ciudad, no podemos llevarnos mal. Siempre que hay algún asunto lo hablamos personalmente y sacamos la parte positiva.

–Los políticos suelen jugar con el lenguaje y hablan de retos, cuando en realidad son obligaciones. ¿Cuáles son sus obligaciones?

–Eso no es exclusivo de los políticos. Les llamamos retos por ser algo motivante y enfocándolo como algo positivo, porque el lenguaje importa. Algunos de ellos los hemos conseguido porque eran relativamente sencillos si se tenían las cosas claras. El primero era acabar con el sectarismo en la ciudad, el que primara la ideología en la relación con las instituciones se ha acabado. Nosotros en estos seis meses, aunque como usted dice no es un camino de rosas y tenemos mejores relaciones con unos que con otros, hablamos con todo el mundo y pueden ir al Ayuntamiento o nosotros visitarles. Desde el Consejo del Movimiento Ciudadanos hasta la Iglesia Católica o los clubes deportivos, que están reclamando y con razón, hasta las cofradías o quien usted quiera. Las relaciones se han normalizado con esa Córdoba real y eso antes no era así. Eso es un dato objetivo, no es una crítica. Había personas que tenían vetada su entrada en el Ayuntamiento y otros que no eran bien recibidos. Y eso se ha acabado.

"Ahora mismo hay un clima empresarial que hace que Córdoba vuelva a estar en el mapa de los inversores”

–¿Y el segundo reto?

–El segundo reto que yo diría que hemos logrado también, y si no está al cien por cien está casi resuelto, es la seguridad jurídica. Dicho por los empresarios, y no por mi, aquí había empresas que no venían no solo por las licencias, sino porque no se sentían seguros en la ciudad, con casos como el de Cosmos, como lo que ha pasado en el Casco Histórico o Amazon. Y eso ya se ha resuelto. Ahora mismo hay un clima empresarial que hace que Córdoba vuelva a estar en el mapa de los inversores. Es verdad que hay que trabajar para que vengan, pero al menos ya preguntan por Córdoba. Y luego ya los principales retos siguen siendo los mismos que ya decíamos en la campaña. Tenemos que lograr un rumbo claro, llevar a Córdoba a dónde se merece y tener un plan estratégico, que es la principal labor de este mandato y mi principal obsesión.

–¿El tercero?

–Que no dejemos a nadie atrás. Es decir, sabiendo que es imposible de resolver y que sería utópico decir que vamos a acabar con el desempleo o la pobreza en cuatro años, sí tenemos que hacer que sea una prioridad. Por eso hemos firmado el acuerdo con la Universidad Loyola para trabajar en los barrios más desfavorecidos y en los presupuestos que queremos aprobar van muchas actuaciones que son transversales y que van a beneficiar a muchas familias de la ciudad, porque no todo el mundo puede permitirse servicios privados, sino que necesitan que sean públicos, y no todos tienen la posibilidad de trabajar.

–Lo dice usted. La pobreza es preocupante en esta ciudad.

–Sí. De hecho es uno de los asuntos que no hemos tardado en abordar. Nosotros lo que no podemos es acostumbrarnos a que eso forme parte de nuestro paisaje de ciudad, a que haya personas en barrios que vivan en esas condiciones, sin oportunidades y en zonas que están entre las más pobres de España. Lo primero pasa por no darlo por hecho y eso ya lo hemos hecho. Ahora toca el trabajo y colaboración de la Loyola con todo el tejido y un modelo en el que los propios vecinos protagonizan ese cambio. Esto para mi ha sido una prioridad en estos seis meses y contemplamos medidas en el presupuesto, si se aprueba. No ha sido fácil.

–No sé si usted tiene la percepción de que las medidas que se han tomado en los últimos años no han llegado a esos barrios.

–Se lo digo con sinceridad. La forma de trabajo, en la que hay un plan con un protocolo, con un presupuesto solamente dedicado a esos barrios, no ha existido hasta ahora. Yo creo en lo que estoy haciendo y tengo confianza y fe en que va a dar resultado, pero no puedo asegurarlo, porque el reto es difícil y en cuatro años, más todavía. Ha habido declaraciones, actuaciones aisladas y de otras administraciones, pero algo nuevo y con presupuesto nuevo yo no lo conozco. Vamos a darle tiempo.

El alcalde de Córdoba, José María Bellido, durante un momento de la entrevista. El alcalde de Córdoba, José María Bellido, durante un momento de la entrevista.

El alcalde de Córdoba, José María Bellido, durante un momento de la entrevista. / Laura Martín

–Ha hablado de presupuesto. ¿Está convencido entonces de que lo vamos a tener?

–Eso no depende solo de mí, y tengo que ser respetuoso con las otras fuerzas que componen el Pleno. Pero lo que sí tengo es confianza en que hay una apuesta de diálogo sincero. Yo he leído dos declaraciones de dos partidos, de Isabel Ambrosio por el PSOE y de Paula Badanelli por Vox, ofreciendo diálogo para alcanzar un acuerdo, bien sea con un voto a favor o mediante la abstención, y yo tengo que creerme lo que dicen. Con toda humildad, y conscientes de que no tenemos los votos aún, el presupuesto contempla todo lo que Córdoba necesita. Está reflejado todo lo que estaba en nuestro programa y en el acuerdo de PP y Cs. No se nos ha quedado nada atrás, aunque se puede mejorar con aportaciones de otros grupos. Hay quien ve en los presupuestos la posibilidad de hacer política de regate corto, como si por el hecho de que no se aprobaran el gobierno ya ha fracasado y se debilita. Eso es absurdo. Si no hay presupuestos, nosotros vamos a estar al otro día al frente del gobierno, vamos a estar cuatro años y tendremos que ir a modificaciones presupuestarias, a un plan B o tirar de actuaciones financieramente sostenibles. Es decir, el problema no es para el alcalde o el gobierno, que seguirán ahí, sino para la ciudad.

–Hace seis meses, en plena campaña, usted dijo que se conformaba con ganar y obtener un voto más que sus adversarios, algo que generó sorpresa incluso entre los de su partido. Parece que ejerció usted de visionario.

–Lo que sí teníamos eran datos, que nos decían que teníamos la posibilidad de ganar. Y que quien ganara lograba la Alcaldía, porque no iba a haber posibilidades de pactos cruzados, sino que saldrían dos bloques claramente definidos. Al final no ganamos por un voto, sino por 5.000, y con un concejal más. Pero lo que importa es que los cordobeses entendieron lo que se estaban jugando y entendieron que si querían que hubiera cambio, teníamos que ganar las elecciones.

"No podemos acostumbrarnos a que la pobreza forme parte de nuestro paisaje de ciudad”

–La política evoluciona de manera muy rápida. Hace un año se decía que Ciudadanos había venido para quedarse y mire usted cómo está ahora. ¿Puede suceder lo mismo con Vox u otras fuerzas frente a los partidos más tradicionales?

–Yo creo que el votante lo que busca es seguridad. Nosotros, como partido, hemos tenido muchos errores que hemos pagado en las urnas y con un castigo grande, pero al cabo del tiempo uno se da cuenta de que esos errores pasan y lo que quedan son partidos serios, con experiencia, con una ideología muy clara y que no pegamos bandazos, que tienen una estructura y que están, por ejemplo en nuestro caso, en todos los pueblos de la provincia. Y cuánto más cercana es la elección, como las municipales, más se nota esa diferencia, porque al final la gente nos conoce, por lo que no podemos engañarles.

–Entre las infraestructuras que dependen solo del Ayuntamiento está el Centro de Ferias del Parque Joyero, que parece ya desbloqueado, pero ¿cómo iremos allí si no tenemos, por ejemplo, una estación de Cercanías?

–Porque la va a haber. Es cierto que hay que poner en valor lo que se ha hecho en estos seis meses, porque en el mandato anterior no se había hecho absolutamente nada. En medio año hemos logrado que los arquitectos redacten el proyecto de final de obra, se ha firmado el acuerdo con la Diputación eliminando de la ecuación la posibilidad de Tragsa, que me generaba cierta inseguridad jurídica, y hemos sacado el pliego antes de que acabara el año. La verdad es que hemos avanzado mucho y ahora nos queda adjudicar y terminar la obra, y sé que no será fácil.

–¿Y después?

–Cuando eso esté concluido tenemos que hacer un plan de promoción de la ciudad como destino de ferias y en cuanto al cómo ir, independientemente de que se puede ir por carretera, yo confío en que el Gobierno de la nación, y en concreto con la Subdelegación del Gobierno, con la que no hay sectarismo ni por nuestra parte ni por la suya y las relaciones son buenas, estamos trabajando para que en el Parque Joyero haya una estación de Metrotrén el día de mañana. Creo que sería de los poquísimos recintos de España en el que cualquier persona que venga a una feria bajara en la estación de Córdoba y tuviera un tren que la llevara directamente a ese recinto ferial en cinco o diez minutos. Es una ventaja competitiva brutal.

–La prioridad es que ese apeadero esté listo en este mandato.

–Sí, así es. Es una obligación, como dice usted.

José María Bellido, alcalde de Córdoba. José María Bellido, alcalde de Córdoba.

José María Bellido, alcalde de Córdoba. / Laura Martín

–Otro proyecto estrella suyo es el aparcamiento Puerta de Córdoba.

–Espero que sí. El asunto está ahora mismo en la Gerencia de Urbanismo. Se está analizando la posibilidad de restos arqueológicos y en función de lo que nos digan los estudios hay dos posibles ubicaciones. Una más cercana a la rotonda y otra más abajo en Vallellano. Para este año en el presupuesto van 100.000 euros y espero que para finales de año podamos sacar la licitación del proyecto y de la obra.

–¿Le preocupa el turismo?

–Yo creo que el turismo está dando alegrías más que preocupaciones. Hay que verlo como algo positivo y ese es el primer discurso que nosotros hemos querido cambiar. Aquí había una dinámica que nos llevaba a ver el turismo como un elemento de preocupación, un modelo económico que no era sostenible y de gentrificación del Casco. Cuando hemos ido a los estudios del anterior gobierno local se ve que no es así, como también lo dice otro de las Ciudades Patrimonio, en el sentido de que no tenemos ahora mismo un impacto negativo del turismo. Estamos trabajando en cambiar esa mentalidad sin renunciar a que el Casco Histórico tenga una situación habitable para los vecinos. Hemos creado una delegación específica para ello y yo tengo mucha confianza, sobre todo, en la culminación del Palacio de Torrijos y del Centro de Ferias, porque lo que sí nos tiene que motivar es que el turismo en Córdoba lo desestacionalicemos y aumentemos las pernoctaciones. Y eso pasa por un turismo más profesional de congresos y ferias. Eso es de cajón y no estoy descubriendo nada nuevo. Somos muy atractivos y habrá otros planes, como el del turismo navideño, con el que queremos que se anime más la ciudad.

–¿Ha habido demasiado ruido en torno a Urbanismo?

–Es que es muy importante para esta ciudad y para este mandato. Creo que mi compañero Salvador Fuentes está haciendo un trabajo razonablemente bueno en un periodo corto y eso era muy difícil. Urbanismo no es un problema de ahora, sino que se arrastra desde hace años. En los últimos cuatro años, a la denuncia de paralización por parte del sector privado se ha sumado que los proyectos urbanísticos se juzgaban en función del prisma político del gerente o del presidente de Urbanismo. Y eso es nefasto para una ciudad, porque los inversores no vienen. Eso ya está resuelto y además se ha hecho un esfuerzo para ser más ágiles y se está obteniendo resultados a través de ese plan de choque. Los datos son muy buenos y se han triplicado en seis meses el número de vivienda que tienen licencia, 1.566 viviendas para ser exactos. De renta libre se ha duplicado y de vivienda de protección se ha multiplicado por siete. Y en el resto de expedientes, un aumento del 110%. Todo eso para un derecho fundamental, como es la vivienda, sin olvidar lo que genera en materia económica y de empleo, hasta llegar a una ejecución material de 106 millones de euros. Es necesario tomarse el Urbanismo como un elemento dinamizador de la ciudad y no como un problema.

“El urbanismo es un dinamizador de Córdoba y no un problema”

–¿Qué va a hacer usted para que la guardia pretoriana que acompaña a todos los alcaldes no le haga perder la perspectiva de la realidad de la calle?

–Pues seguir en la calle. El secreto del éxito en la gestión de una ciudad no está solo en las medidas que se apliquen, que nos podemos equivocar porque no somos infalibles, sino en centrar la agenda política. Nosotros tenemos muy claro a qué nos queremos dedicar y es a lo que a la gente le importa de verdad. Mi agenda se ciñe a lo que defendí que iba a hacer: preocuparnos en el día a día de los ciudadanos, sus colegios, el empleo y demás. Si te distraes encerrándote en el despacho o con lo que te vienen con asuntos que luego solo les importa a unos pocos, te equivocas y la gente te da la espalda. Eso requiere que yo no pierda el contacto con la realidad, pero también tener un equipo muy bueno que tire del Ayuntamiento. El ejemplo más claro es el alumbrado navideño de la calle Cruz Conde. Yo lo tenía claro, pero no estaban muy de acuerdo asociaciones de vecinos e incluso la Federación del Comercio, que hablaba de rotar, por supuesto los movimientos ecologistas, etcétera. Si nos hubiéramos dejado llevar por todo eso, no se hubiera hecho y el resultado es que la inmensa mayoría de la ciudad de Córdoba y de la provincia ha pasado por allí a verlo y le gusta. A eso me refiero cuando nos dejamos llevar por minorías que opinan mucho, que protestan y respeto sus opiniones, pero que no son la mayoría.

–Pero el efecto bombonera en Capitulares existe, no me lo negará.

–Claro que sí, como existe el efecto Moncloa y en todos los sitios se repite. Por eso le digo que yo tengo que hacer un esfuerzo para no perder el contacto con la realidad. La clave está en buscar el equilibrio.

–¿Qué le ha pedido a los Reyes Magos?

–En el plano personal, se lo digo de verdad, disponer de algo más de tiempo para estar con la familia. Está escrito en la carta. Y en el plano de ciudad, poder cerrar los presupuestos y empezar el diseño del plan estratégico, que quiero realizar con el máximo consenso y con el objetivo de que sirva para el futuro de Córdoba. Esas son mis dos peticiones.

–De planes y comisiones no salimos nunca en esta ciudad.

–Yo le entiendo, pero por los errores de otros no podemos renunciar a medidas que son interesantes. Yo he tenido reuniones a lo largo de este mandato y he visto a gente muy quemada. He ido a una reunión con el Consejo de Distrito de El Higuerón, que con toda la razón del mundo, llevan años pidiendo y no se ha hecho nada. Te miran y piensan que se trata de otro que viene aquí a prometernos como en los últimos 20 años, pero si caemos en eso, entonces no hacemos nada. Aquí ha habido un exceso de comisiones, pero lo que no ha habido es un plan estratégico, y a las ciudades que lo tienen, casualmente, les va bien.

José María Bellido, alcalde de Córdoba José María Bellido, alcalde de Córdoba

José María Bellido, alcalde de Córdoba / Laura Martín

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