Encinares sigue en obras tras seis años y sin servicios fundamentales
La red de tuberías instalada por Urbanismo aún no se encuentra recepcionada por lo que los vecinos tienen agua en sus casas cuyo consumo no está recomendado
La urbanización Encinares de Alcolea sigue en obras, seis años después de que comenzaran las labores de dotación de servicios de la zona, y sin poder disfrutar de prestaciones básicas. Las 400 familias en la zona se enfrentan a diario con problemas tales como que el agua que sale por los grifos de sus viviendas no es potable, a pesar de que se trata de una zona legalizada o en proceso de legalización (en función de la fase de la urbanización que se trate). La asociación de vecinos sólo espera ya que la empresa contratada por la Gerencia de Urbanismo culmine los trabajos y puedan usar las nuevas redes de tuberías y servicios tendidas por el Ayuntamiento, la mayor parte de las cuales se encuentra instalada, explica el presidente de la entidad vecinal, Miguel de la Fuente.
Los vecinos reconocen que el del agua es un problema grave, pero no el único. Ésta llega potabilizada a los grifos de la zona, explican. Lo que ocurre es que hasta llegar a las casas atraviesa una antigua red de tuberías de poliuretano, un material que no es apto para el agua de consumo humano. La empresa municipal de aguas Emacsa no realiza hasta el momento el servicio directo hasta la zona por distintas razones. La primera es que se tiene que producir la recepción oficial de la red de tuberías que se lleva instalando desde el año 2002. La segunda, que ha de llegar a un acuerdo con la entidad de conservación de la zona para formular un contrato colectivo con el que garantizar el suministro.
Para evitar problemas sanitarios, la entidad vecinal ha colgado de todos los árboles de la urbanización una serie de letreros donde recuerda a los vecinos que el agua no debe beberse. Explica el presidente de la entidad vecinal que los avisos se colocan con el objetivo de advertir a los nuevos habitantes del barrio –en la zona se han construido chalets por docenas– de los problemas existentes en la red de agua. “Hay mucha gente que la bebe”, asegura el responsable de la asociación. El temor entre los vecinos es que, además de lo que han tardado las obras, Emacsa ponga reparos a la hora de prestar el servicio por problemas en la ejecución de las actuaciones.
En Urbanismo, se reconoce la dificultad de la obra de Encinares, realizada por la Gerencia a cargo de un aval presentado por los vecinos de la zona para favorecer su desarrollo. Posteriormente, hubo que establecer una derrama entre los vecinos para poder continuar las actuaciones. El organismo municipal asegura que la zona se heredó en unas condiciones tales que el desarrollo de las actuaciones ha presentado una serie de complicaciones añadidas a la mera urbanización de unos suelos. Urbanismo asegura, y así lo corrobora la asociación de vecinos, que la actuación se encuentra en su etapa final de desarrollo.
Al problema de las tuberías de agua se suman los de la instalación eléctrica, que no ha podido entrar en servicio aún. Los vecinos se quejan de los problemas eléctricos que padecen debido a un tendido antiguo que no responde a las necesidades actuales de Endesa. Mientras tanto, en el barrio se quejan del proceso de colocación de las nuevas instalaciones, a cargo del Ayuntamiento.
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