Medio Ambiente

Córdoba consume cada vez menos agua

  • Emacsa achaca el ahorro a una mayor concienciación ciudadana por la inflación y la sequía

Un hombre abre el grifo de un fregadero.

Un hombre abre el grifo de un fregadero. / El Día

Desde 2019 Córdoba consume menos agua. En concreto, Emacsa prevé que en 2023 se consuman en Córdoba 1,2 millones de metros cúbicos menos que en 2019, año desde el que ha ido cayendo este consumo. Así viene reflejado en la memoria del presupuesto que para el próximo año ha diseñado la empresa municipal y que ya ha sido aprobado.

La previsión de los ingresos se inicia con la facturación por venta de agua realizada en base a la proyección de metros cúbicos para 2023 y, según las estimaciones de la sociedad esos ingresos por la venta de agua serán ligeramente inferiores a los de 2022; concretamente de unos 25,6 millones de euros. Esos 25,6 millones de euros suponen en 68,6% de lo que Emacsa ha presupuestado para el próximo año, 37,3 millones de euros. La sociedad no recuperará tampoco en 2023 las cifras de consumo prepandémico de agua, que en el 2019 fueron de 21,2 millones de metros cúbicos.

"Ante la actual situación de incertidumbre por la crisis económica y la sequía no se encuentran argumentos para alterar la tendencia decadente en consumos domésticos. La población adopta hábitos de consumo cada vez más responsables -gracias entre otros motivos a las numerosas campañas para fomentar el ahorro de agua-, y la situación de crisis económica con alta tasa de inflación disminuye el poder adquisitivo de los ciudadanos y favorece la contracción del consumo. En consecuencia, la previsión de facturación doméstica para el año próximo se estima inferior en un 1,1% a los registros actuales", insiste el documento de Emacsa.

Desde la empresa municipal inciden asimismo que, en cuanto a los consumos industriales, no habiéndose alcanzado todavía los volúmenes normales previos a la pandemia, "es razonable considerar en los próximos meses, si la situación sanitaria y económica lo permite, continuará la progresiva recuperación de la actividad en los establecimientos industriales y comerciales con un incremento del 1,5% respecto a la previsión de 2022, situando el consumo al cierre de 2023 en niveles previos a la pandemia para este grupo de consumidores", destacan desde Emacsa.

La empresa municipal destaca que del análisis de la evolución de los consumos en ejercicios recientes y del establecimiento de hipótesis sobre el comportamiento previsible de la demanda en la actual situación de incertidumbre económica con alta inflación y tipos de interés crecientes, "se obtienen unos consumos previstos que en 2023 sumarán 20,4 millones de metros cúbicos, por debajo de los 20,5 millones de metros cúbicos de 2022". Emacsa destaca que ello supondrá un menor ingreso por venta de agua en un contexto "en el que las tarifas permanecerán invariables, no subirán en 2023".

Además, se mantendrán las reducciones a familias numerosas, a jubilados o pensionistas, a familias con todos sus miembros en situación de desempleo, a los participantes en el concurso municipal de patios y a las familias con riesgo de exclusión social, también conocido por mínimo vital.

El pico más alto de consumo en los últimos diez años se dio precisamente en 2013 y en 2015, ejercicios en los que se alcanzaron los 21,3 millones de metros cúbicos. Desde 2015 la cifra ha ido cayendo.  "Incluso durante la etapa del Covid-19 -año 2020 en adelante- el volumen facturado en cómputo global ha mantenido la misma tónica descendente, aunque con diferencias según el tipo de consumidor", detalla Emacsa en el documento que desglosa el presupuesto de ingresos y gastos para 2023.

Así, incide en que en el año del mayor impacto del Covid-19 -en 2020- destacó el aumento significativo de la facturación doméstica y la disminución del resto de los grupos: organismos oficiales, municipales y, sobre todo, industrias, con un descenso de este último tipo del 18%. En el ejercicio 2021 y el actual 2022 se constata la equiparación de los consumos domésticos con niveles anteriores al Covid-19, y la paulatina recuperación de los industriales.  

En el apartado de ingresos, además de los 25,6 millones de euros que se esperan por la venta de agua, se prevén además 10,5 millones de euros más por la tarifa de depuración.

Mientras, en el apartado de gastos se tienen en cuenta los impactos que sobre las cuentas de la sociedad pública tendrán tanto el incremento de los costes de los materiales, como los de la energía "por el aumento de los precios en los mercados". "Existe una gran incertidumbre por la actual situación económica que hace más difícil si cabe establecer proyecciones sobre hipótesis sólidas. Basándonos en las tasas de inflación actuales en lo que resta de 2022 y el 2023, se consideran unos incrementos sobre el presupuesto anterior del 17% en reactivos y del 16% en energía eléctrica", insiste la empresa municipal.

Asimismo, destaca que, atendiendo a los cálculos adelantados por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para el próximo ejercicio, se contempla un aumento del 16% en los cánones de regulación de los embalses de Guadalmellato y Guadanuiño.

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