Alrededor de 34.000 cordobeses padecen la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una reacción inflamatoria anómala que afecta a los bronquios y que está provocada por el humo del tabaco. Un grupo de colectivos, entre los que se encuentra la Asociación de Neumología y Cirugía Torácica del Sur (Neumosur), las tres sociedades científicas andaluzas de Atención Primaria o la Sociedad Andaluza de Medicina Interna (Sademi), presentaron ayer un manifiesto sobre esta enfermedad con el objetivo de que se convierta en una "hoja de ruta" para el abordaje de esta patología en Andalucía. Los expertos propusieron la creación en los hospitales de unidades específicas de EPOC, lo que "mejoraría notablemente" su tratamiento.

La EPOC causa cada año en España más de 18.000 muertes (2.500 en Andalucía), ocho veces más que los accidentes de tráfico. Eso quiere decir que se cobra, cada día, 50 víctimas mortales, lo que la convierte en la cuarta causa más frecuente de muerte tras el cáncer, la cardiopatía isquémica y las enfermedades cerebrovasculares. "Pero puede considerarse la primera causa de muerte evitable, ya que está asociada al tabaco", según consta en el manifiesto. Además, de entre todas las enfermedades anteriormente citadas, sólo la EPOC incrementa su mortalidad, hasta el punto de que los expertos prevén que en el año 2020 se convierta en la tercera causa de muerte.

Todos estos datos, sin embargo, no van parejos a su conocimiento. Entre el 70% y el 80% de los andaluces desconoce su existencia y el significado de sus siglas. Tos crónica, expectoración y disnea -falta de aire, frecuentemente al hacer algún esfuerzo- son los síntomas que cursa esta enfermedad. Pero como los fumadores atribuyen estos síntomas al tabaco y habitualmente desconocen que existe una patología llamada EPOC, son pocos los que, al apreciar estos síntomas, acuden al especialista, según el informe.

De ahí que sólo un 22% de los enfermos están diagnosticados y entre un 56% y un 85% tiene un diagnóstico subestimado o equivocado. En muchas ocasiones, además, el diagnóstico se produce demasiado tarde, cuando la enfermedad ha alcanzado un estado avanzado. Para los expertos, los problemas relacionados con el diagnóstico representan, por tanto, uno de los "principales campos de mejora".

La espirometría es el principal método de diagnóstico de la EPOC y es una prueba sencilla e indolora que consiste en que el paciente, tras una inspiración máxima, expulsa todo el aire de sus pulmones durante el tiempo que necesita para ello. Esta prueba indica cómo se encuentran los pulmones, midiendo dos aspectos importantes para el diagnóstico: cuánto aire puede sacar de los pulmones en un segundo, y la cantidad total de aire que pueden expulsar. Pero a pesar de ser una prueba sencilla y de los "notables avances" en Atención Primaria, un "porcentaje importante" de estas pruebas se realiza de "forma incorrecta", por lo que "es necesario intensificar la formación del personal sanitario".

Los expertos también echan en falta una mejora en el tratamiento, "debido principalmente a la complejidad". Esto exige casi que cada enfermo deba ser tratado de forma individualizada. El manifiesto, además, critica que de los pacientes diagnosticados sólo el 39% sigue el tratamiento prescrito. También hay un bajo seguimiento de las recomendaciones para frenar el avance la enfermedad. Sólo un 30% desarrolla un gasto energético acorde con las recomendaciones realizadas para obtener un efecto positivo y beneficioso para la salud y una disminución del riesgo de muerte. A esto se une que el 12,2% de los pacientes no abandonan el tabaco a pesar de los efectos nocivos que los componentes de los cigarrillos tienen para la enfermedad.