Donantes que florecen como naranjos en el Reina Sofía
El hospital dedica un jardín a las más de 6.000 personas que han recibido un órgano en los 35 años del programa de trasplantes
Como flores que renacen en un cuerpo ajeno que poco a poco se acostumbra a esa nueva vida, el Hospital Reina Sofía inauguró ayer un jardín de naranjos dedicado a las más de 6.100 personas que en los últimos 35 años han recibido un órgano. Profesionales del centro sanitario, trasplantados, familiares y representantes de la sociedad cordobesa se encontraron ayer en las puertas de Urgencias de adultos, donde 35 árboles representan otros tantos hitos conseguidos por el programa de trasplantes del hospital.
En este día tan especial uno de los nombres más recordados fue el de Miguel Berni, la primera persona en recibir un órgano en el Reina Sofía. Este paciente, que falleció en 1987, permanece en la memoria del hospital por su entusiasmo tanto antes como después de ser trasplantado y por motivar y apoyar a enfermos que se encontraban en su situación. Ayer sus hermanos acudieron a este jardín y rememoraron la experiencia de Miguel, que también fue el primer presidente de la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales (Alcer). "Los recuerdos nos hacen estar muy emocionados en estos momentos", explicó Joaquín Berni. El 7 de febrero de 1979 Miguel, de 33 años, fue trasplantado de riñón en el Reina Sofía. Entonces era "muy difícil encajar la idea de someterse a un trasplante" pero "lo aceptamos de una manera generosa". A los dos días su cuerpo rechazó el órgano. Su hermano recordó que el riñón vino de Málaga y "no estaba en las condiciones óptimas porque en aquella época las técnicas de conservación y la rapidez no eran iguales a las de hoy". Debido al deterioro que el paciente había sufrido por la diálisis no tuvo posibilidad de un segundo trasplante. En enero de 1987 falleció, aunque no fue a consecuencia de su enfermedad renal.
Su hermana Carmen apuntó que "los doctores siempre se han mostrado muy agradecidos con nosotros y con Miguel" y añadió que "él no tenía miedo, siempre decía que era conejillo de indias" pero que "todo lo que le hicieran a él era para los que venían detrás, y así fue".
Precisamente dos de los cirujanos que participaron en esta operación pionera estuvieron ayer en el Jardín de los trasplantes y se reencontraron con algunos de sus pacientes. Pedro Aljama, especialista en Nefrología, apuntó que "fue un momento inolvidable, muy emocionante para nosotros porque no se había hecho nunca el obtener un órgano de un cadáver, tratarlo de manera adecuada, implantarlo en un enfermo y ver cómo el órgano que una persona había donado empezaba a funcionar en el cuerpo de otro y le dio la vida".
José Molina, especialista en Urología, recordó que los primeros trasplantes de riñón en España se hicieron en Barcelona y Madrid. El Hospital Reina Sofía se inauguró en 1976, en aquella época "estábamos dando nuestros primeros pasos y también se dio la circunstancia de que nos juntamos una serie de gente joven con gran empuje y grandes ganas de trabajar y marcar un hito en nuestras especialidades".
Esa operación duró unas cuatro horas aproximadamente, mientras que ahora se realiza en hora y media o dos horas debido a "los progresos de la técnica quirúrgica y también la experiencia de los equipos quirúrgicos".
En aquel momento el doctor Molina tenía 27 años y era residente pero recuerda con cariño esta intervención que "ayudó a iniciar un programa de trasplantes en Córdoba, que además fue el primero de toda Andalucía; fuimos los pioneros".
Otra de estas personas-hito del Reina Sofía es Rafael Cejudo, un joven de 24 años que el 29 de noviembre de 2003 se convirtió en el primer trasplantado triple. Debido a las complicaciones de su fibrosis quística "ya no podía hacer una vida normal, estaba enganchado al oxígeno las 24 horas del día, fue muy duro", indicó. No tuvo ninguna complicación tras las dos intervenciones (pulmones e hígado) a las que fue sometido y su calidad de vida ha aumentado.
También acudió a esta cita la persona de menos edad en recibir un trasplante coronario, Laura Caballero. Con tan sólo 15 años ella ya sabe lo que es luchar por la vida. A los dos días de nacer le diagnosticaron un corazón hipoplásico, es decir, su parte izquierda presentaba malformaciones, y cuando tan sólo contaba con ocho días pasó por el quirófano. Su madre, María del Carmen Calle, manifestó que en esos momentos se ponía en el caso del donante; "el dolor de una madre que tenga que donar los órganos de un bebé", pero "siempre tenía la esperanza porque hay gente buena en todos sitios".
Con mucha emoción, rememoró el momento en el que su suegro le comunicó que habían llamado del hospital porque había un corazón. Cuando llegaron al Reina Sofía "todas las enfermeras de neonatos empezaron a abrazarnos y a decirnos que era una suerte". Y Laura "salió como una campeona para delante".
Tras unos años surgieron complicaciones y a los 10 años de nuevo tuvo que trasplantarse. Ahora lleva una vida normal y, este corazón, donado por una niña de Nigeria, según explicó María del Carmen, le ha dado más fuerza y vitalidad.
En la inauguración de este espacio, el coordinador de Trasplantes de Andalucía, Manuel Alonso, expuso que "ser donante es un compromiso ético, una reciprocidad, el hoy por ti mañana por mí y por los míos" y "estos jardines son la forma más fehaciente de agradecimiento que tenemos todos hacia los donantes".
Por su parte, la delegada de Salud de la Junta de Andalucía, María Isabel Baena, manifestó que "cuando se inició esta gran carrera en el ámbito de los trasplantes Córdoba mantenía una tasa de 13 personas por millón de habitantes, que se ha ido multiplicando, con hitos como el de 2009, cuando se llegó a 70 por millón de habitantes y que fue todo un récord mundial".
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