Doctor, mi muñeco está enfermo

Más de un centenar de alumnos de Las Francesas participan en la iniciativa el Hospital de Ositos l detalles La iniciativa, denominada Hospital de Ositos, está promovida por la Federación Internacional de Estudiantes de Medicina.

Algunos de los escolares se preparan para entrar en el quirófano del Hospital de Ositos.
Algunos de los escolares se preparan para entrar en el quirófano del Hospital de Ositos.
L. Chaparro

05 de mayo 2012 - 01:00

Los papeles se cambiaron ayer por completo en la Facultad de Medicina. Todos, incluidos el de los futuros facultativos, que en lugar de tratar a pacientes de verdad tuvieron que diagnosticar a muñecos y osos de peluche y también los niños, que se convirtieron en los padres de sus juguetes. Por unas horas, el centro académico se convirtió en una especie de hospital de campaña para sanar a los juguetes de más de un centenar de alumnos del colegio de Las Francesas. El objetivo de este encuentro es bien claro: tratar de que los más pequeños de la casa pierdan el miedo a los médicos y a los hospitales, según explica Laura Ventura, una de las organizadoras de la iniciativa.

Para su desarrollo, más de 60 alumnos de la Medicina montaron un hospital con diferentes salas, cada una de las cuales recreó las diferentes zonas de un centro sanitario y en la que también hubo hueco para el Servicio de Emergencias Sanitarias 112. La primera de ellas es la sala de espera, en la que cada grupo de pequeños escolares espera su turno para que el médico atienda a su muñeco. Para hacer la espera más liviana, los estudiantes de Medicina aprovechan la ocasión para dar a conocer la pirámide los alimentos. Alejandra Langa, alumna de quinto de Medicina, es una de sus responsables y defiende la necesidad de que los niños aprendan qué tipo de alimentos han de ingerir para llevar una dieta saludable.

Tras conocer y comprobar los conocimientos de los pequeños sobre la comida e invitarles a hacer su propia pirámide, la actividad sigue con la consulta. En ella, cada niño -convertido en padre- explica a un estudiante lo qué le pasa a su muñeco -que hace de su hijo- y, como si de un paciente real se tratara, el doctor hace la historia clínica y la exploración física para comprobar el estado del juguete. Para ello utilizan desde material médico de pequeñas dimensiones y de colores llamativos hasta un fonendoscopio real. Mercedes Luque es una de las alumnas de Medicina que trató a uno de estos curiosos enfermos. "Hacemos un pequeño diagnóstico y si hace falta ponemos hasta el termómetro", destaca.

Si es necesario también se hacen radiografías a los muñecos, todo depende de los síntomas que digan los niños. Para ello, los alumnos fabricaron varias máquinas de rayos X con cajas de cartón y dieron, como prueba, una fotocopia de la placa de un osito de peluche bien con la pierna fracturada, la mano o con un golpe en la cabeza. Esta singular visita al médico concluye con el vendaje, si hace falta, del muñeco, e incluso se les opera si es el caso, con el uso de anestesia, bisturí y gasas. Claro, que para ello los pequeños tienen que vestirse con las batas preceptivas al entrar en quirófano. "Todo es para que los niños se familiaricen con los quirófanos y que sepan que hay ponerse guantes y una mascarilla para entrar", explica José Ignacio de Juan, que este año cursa quinto de Medicina y quien reconoce que la imaginación es uno de sus grandes aliados en esta ocasión.

Esta iniciativa, conocida como el Hospital de Ositos, está promovido por la Federación Internacional de Estudiantes de Medicina (Ifmsa) para ayudar a niños de cinco a siete años a normalizar la relación médico-paciente.

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