Diecisiete años en el recuerdo

El Consistorio concede la Cruz del Mérito Profesional a título póstumo a las dos policías locales asesinadas por los atracadores del Banco Santander

Familiares de las víctimas junto al alcalde y la delegada de Seguridad, ayer tras el homenaje a las dos agentes fallecidas.
Familiares de las víctimas junto al alcalde y la delegada de Seguridad, ayer tras el homenaje a las dos agentes fallecidas.
Gema N. Jiménez

19 de diciembre 2013 - 01:00

18 de diciembre de 1996. Una fecha difícil de olvidar. Córdoba vivía una jornada invernal en la que nada hacía presagiar que se convertiría en uno de los días que marcaría la historia negra de la ciudad. Eran las 08:30 cuando cuatro atracadores, conocidos bajo el nombre de la banda de la nariz encabezada por Claudio Lavazza, irrumpieron en la oficina principal del Banco Santander, situada junto a la plaza de las Tendillas.

Minutos después, tras conseguir su botín, los atracadores huían del lugar en un coche robado y llevando como rehén al guarda de seguridad de la sucursal bancaria, Manuel Castaño Pinedo. A la altura del Pretorio, Lavazza ordenó a sus compañeros que pararan el vehículo, después de quedar atrapados en un atasco. Inmediatamente Lavazza se bajó del coche. Sin pensárselo, se dirigió hacia uno de los vehículos de la Policía Local que los perseguían en el que se encontraban las agentes María Ángeles García y María Soledad Muñoz, sobre las que descargó dos ráfagas de metralleta, sin dejar tan siquiera la oportunidad de defenderse.

Ayer se cumplían 17 años de ese día, que, aunque pase el tiempo, seguirá siempre vivo en el recuerdo de muchos cordobeses. Y, coincidiendo con esta fecha, el Ayuntamiento, por acuerdo plenario, rindió un sentido homenaje para hacer entrega a título póstumo a las dos agentes de la Cruz del Mérito Profesional, en su modalidad de primera categoría y con distintivo rojo. El alcalde, José Antonio Nieto, fue el encargado de presidir el acto y entregar esta insignia al hermano de María Soledad, Martín Muñoz, y el hijo de María de los Ángeles, Rafael Ángel Saco, ambos notablemente afectados.

Rafael Ángel tenía tan sólo once años cuando ocurrieron los hechos, de los que guarda un vago recuerdo, pero, ayer, sin poder reprimir las lágrimas, aseguró que éste ha sido el día más triste de toda su vida. A pesar de todo el dolor, se siente orgulloso de su madre y de cómo es recordada: una mujer valiente que se dejó la vida mientras desempeñaba su trabajo.

Aquel fatídico 18 de diciembre tampoco se borrará nunca de la memoria de los familiares de Soledad, tal y como admitió ayer su hermano Martín. "Su ausencia es algo que sentimos realmente, que nos duele profundamente y que se nos ha hecho mucho más llevadera gracias al apoyo del Ayuntamiento, de los compañeros y el cariño constante de todos", a lo que añade que "la labor de Policía solamente se mide en su responsabilidad y extensión cuando suceden cosas como ésta", aseguró Martín ante los familiares de las dos agentes, representantes de los ámbitos más importantes de la ciudad y Manuel Castaño Pinedo, tercera víctima del suceso, que consiguió salvar su vida.

En este sentido homenaje el alcalde también quiso pronunciar unas palabras para mostrar sus condolencias a las familias de las dos fallecidas, que fueron "dos mujeres pioneras en la labor de Policía Local", además de "dos mujeres valientes que supieron hacer su labor, que no se escondieron, dieron la cara y desgraciadamente se encontraron con las balas y los criminales que les arrebataron la vida". Nieto destacó que "el recuerdo de ese día sigue estando presente y se mantendrá vivo", al tiempo que manifestó que espera que "nunca más se repita un acontecimiento como éste".

El acto terminó con la entrega de una ofrenda floral en el monolito en homenaje a las dos agentes, situado en el lugar donde perdieron la vida, junto a la ermita del Pretorio.

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