'Delicatessen' en plena crisis
Los bombones sofisticados se abren paso entre el mantecado de toda la vida y la ginebra es la bebida estrella · El kilo de angulas alcanza los 600 euros
Los cordobeses que pueden pagarlo cada vez se conforman menos con los mantecados con envoltorios brillantes de toda la vida o con la botella de anís dulce. Ahora buscan bombones Godiva y ginebra Hendrik's, como si los paladares hubieran recorrido mundo y se hubieran hecho gourmets. De todo esto sabe mucho Francisco Giles, el responsable de alimentación de El Corte Inglés: "El cliente ahorra en otros artículos, pero gasta en comida", asegura. También lo sostiene el jefe de tienda del supermercado Deza del Zoco: "El presupuesto se intenta ajustar para que en el carro de la compra entre algún que otro capricho".
A los bombones de la caja roja, pese a la crisis, le han salido competidores venidos directamente de Bélgica o de Suiza, mientras que los aficionados al vino intentan adquirir alguna botella especial para las fechas. Un Vega Sicilia, por ejemplo: hasta 238 euros puede alcanzar en la gran superficie ubicada en Ronda de los Tejares. Aparte del vino, ni el whisky ni el ron: la ginebra es la bebida de moda. Así que las marcas se multiplican en los expositores. La clásica Tanqueray se ha quedado anticuada frente a marcas como Citadelle o London -las que tienen más rotación-, Hendrik's o Brockmans. Esta última cuesta 39 euros. Los monederos más holgados la acompañan con tónica de la marca Q: 15 euros cuesta el paquete de cuatro botellines. "Hay quien se lo gasta", dice Giles.
En la avenida Ronda de los Tejares, la pescadería Sonymar también surte a todo tipo de bolsillos. El rape y el pez espada son los pescados estrella, asegura el responsable del establecimiento, Francisco León. También la crisis se nota en su caja, hasta el punto de que la venta ha caída un 50% respecto a otros años. Y los clientes buscan productos más económicos. "Una cliente que todos los años se lleva langostinos de Sanlúcar los ha cambiado este año por langostinos de Marruecos", dice.
Otros todavía se pueden permitir el capricho y añaden a su cesta percebes o angula, un producto que alcanza estos días la friolera de 600 euros por kilo. León -confiesa- tiene dos encargos: uno de un kilo y medio y otro de dos kilos y cuarto. La mayoría, sin embargo, se queda en el rape o el pez espada, exquisiteces al alcance de la mayoría de las familias. O en la merluza, que sin embargo amenaza con experimentar una subida de vértigo debido al temporal que mantiene amarrada la flota en el Cantábrico. "Si lo viera cortando la merluza... Parece que está pintando un cuadro", le piropea una cliente.
De vuelta a El Corte Inglés. En la sección de pescadería, los bogavantes y los bueyes de mar se mueven con brío en los acuarios a la espera de ser llevados a alguna cocina. Los de importación -traídos desde Marruecos- cuestan 13,95 euros, mientras que los nacionales sobrepasan los 60 euros. "Son mucho más sabrosos", asegura Giles. Lo mismo ocurre con los troncos de cangrejo o con las cigalas patrias.
En los mercados de barrio -se quejan los comerciantes-, se pregunta mucho y se compra poco. "Este año, no sé por qué, piden muchas cigalas. A la hora de la verdad pocos están dispuestos a pagar lo que valen", confiesa una pescadera. "Incluso estamos teniendo problemas para darle salida a las gambitas de Huelva", aseguraba ayer a mediodía con el jaleo de fondo. Lo que nunca faltan en las mesas cordobesas son el jamón y el queso. Los de Los Pedroches tienen preferencia en la mayoría de los hogares. Y precios hay para todos los bolsillos. Sólo hay que darle vueltas a la cabeza, buscar el menú adecuado, comparar precios y pasar la mejor Navidad posible para ponerle buena cara a estos tiempos que corren.
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