Una noche por Paco | Crítica de flamenco

El homenaje a un genio

Un momento del espectáculo 'Una noche por Paco'.

Un momento del espectáculo 'Una noche por Paco'. / Juan Ayala

El Teatro de la Axerquía recibía este domingo dentro del 40 Festival de la Guitarra el homenaje que hacían sus músicos y amigos al genio de la guitarra Paco de LucíaUna noche por Paco es un proyecto para celebrar la figura del legendario guitarrista. Un homenaje único que lleva a escena a algunos de los mejores protagonistas de la escala flamenca; artistas que lo acompañaron y lo amaron en diferentes momentos de su carrera.

A principio de los años 80, un grupo de músicos revolucionó el flamenco de mano de Paco de Lucía: Jorge Pardo, Carlos Benavent, Ramón y Pepe Sánchez y Manolito Soler. El sexteto empezó con rumbas y acabó con discos como Sólo quiero caminar y One summer night.

Se trata de los primeros trabajos discográficos en los que se puede hablar por primera vez de fusión real en el flamenco, donde se utilizan nuevos instrumentos como el cajón, la flauta y el bajo. Hoy algunos de estos músicos, y otros que incorporó Paco en los últimos años, se reúnen para homenajear al genio.

En el Festival de la Guitarra de Córdoba se han reunido miembros de distintas formaciones para recordar 30 años de evolución constante que cambió la historia de la guitarra y el flamenco para siempre.

Los músicos que se dieron cita en la Axerquía mezclaban la veteranía de la primera formación, como Jorge Pardo y Carles Benavent, y la juventud de los que estuvieron con él los últimos años, como su sobrino Antonio Sánchez, el Farru, Duquende y la nueva incorporación de Poti Trujillo y Josemi Carmona como artista invitado.

En una noche tórrida típica del mes de julio cordobés, la gente disfrutó con el recuerdo del genio de Algeciras.

El espectáculo comienza con un solo de guitarra por bulerías de Antonio Sánchez acompañado de la percusión de Poti Trujillo. Para continuar acompañando al cante de Duquende por levante, que serviría a modo de introducción. La presentación del grupo estuvo a cargo de Jorge Pardo, que interpretó de forma magistral un solo de flauta.

Como artista invitado, Josemi Carmona interpretó un solo de guitarra recordando a su tierra, Granada. Al baile tuvimos el placer de disfrutar con el compás medido a la perfección de uno de los mejores bailaores del panorama flamenco, el Farru. El cual nos sorprendería posteriormente cantando y con la guitarra una bonita canción que ha dedicado a Paco llena de alma.

Después, el grupo interpretaría joyas de Lucía como El Cafetal, Bulería del pañuelo, Canción de amor, Moraito siempre, Zyryab, Entre dos aguas, así como música original de la banda.

El centro del escenario donde se ubicaba Paco estaba cubierto por Antonio Sánchez, el hijo de su hermano mayor, también llamado Antonio Sánchez, el cual empezó a tocar la guitarra muy joven bajo la supervisión de sus tíos Paco y Ramón de Algeciras. Su padre fue el único de los hermanos que no siguió una carrera artística. En 2010 se único a su tío como segunda guitarra, quien sustituiría al Niño Josele.

Al cante en el escenario tuvimos a Duquende, a quien Paco admiraba muchísimo por ser un gran artista. A la percusión, una nueva incorporación nos sorprendía muy gratamente, Poti Trujillo. Un magnífico percusionista que encajó a la perfección con estos músicos.

No podemos olvidar a los dos músicos que hicieron que ese magnífico sexteto tuviese un sonido revolucionario en el flamenco. Jorge Parto, flautista y saxofonista, el cual imprime un sonido de una identidad propia al grupo. Esta flauta flamenca pionera en el mundo que hace de Jorge el mejor flautista flamenco de todos los tiempos.

Carles Benavent revoluciona la forma de tocar el bajo siendo el mejor bajista flamenco y, como nota curiosa, decir que es de los pocos bajistas que toca con púa, logrando aún si cabe un sonido mucho más peculiar y mucho más flamenco.

El Festival de la Guitarra de Córdoba -que durante varios años tuvo la suerte de contar con Paco de Lucía- en esta 40 edición, y tras un 2020 de sequía flamenca, se engrandece mucho más si cabe con este homenaje al mejor guitarrita que ha dado la historia.

Para finalizar dicho espectáculo, y como no podía ser de otra manera, interpretaron Entre dos aguas, mezclando la improvisación con lo ortodoxo y poniendo al público de pie. Curiosamente, en la interpretación de este tema comenzó a llover; posiblemente serían lágrimas del cielo. El público no se conformó y pidió más, así que  los músicos salieron nuevamente al escenario para tocar otro tema que iniciaba con el Concierto de Aranjuez.

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