Córdoba registra un total de 705 agresiones a profesionales sanitarios desde 2015
Los ataques físicos se han reducido en el último año, de 32 a 14, mientras que el total de incidencias asciende a 145
El último lustro ha dejado en Córdoba un total de 705 agresiones a profesionales del sector sanitario. Según datos facilitados por CSIF Córdoba, desde 2015 se ha superado el centenar de incidencias todos los años, siendo 2018 el que menos, con 106. En el mismo periodo de tiempo se acumulan un total de 147 ataques físicos a estos profesionales.
Respecto al último año, ambos apartados muestran una evolución distinta. La preocupación de los trabajadores se enfoca en el total de agresiones, en la que se engloban las verbales y las físicas, que han experimentado un incremento del 37% en el último ejercicio, al pasar de 106 a 145 (cuatro de ellas a médicos). Con ello, se ha pasado este año de los 95 casos en 2014 a uno de los peores de la última década tras las 148 de 2015.
Mientras tanto, los ataques físicos han experimentado un descenso con respecto a 2018 y pasan de 32 a 14. Esta cifra es la mejor desde 2013 (11 agresiones) y reduce la tendencia de los últimos ejercicios, en los que siempre se alcanzaba o superaba la treintena. En este apartado, el año con mayor concentración de ataques fue 2015, con 40.
El sindicato CSIF, con motivo de la celebración del Día Europeo Contra las Agresiones a personal Sanitario, ha manifestado su "profunda preocupación por el hecho de que las agresiones a los profesionales de la sanidad pública en la capital y en la provincia aumentaron". En este sentido han recordado que " los últimos episodios tuvieron lugar el mes pasado con dos agresiones a auxiliares de enfermería en la Unidad de Agudos de Salud Mental del Hospital Provincial".
El Sector de Sanidad de CSIF Córdoba ha registrado una propuesta dirigida a la Consejería de Salud y Familias de la Junta en la que plantea una serie de modificaciones en la Ley 16/2011 de Salud Pública de Andalucía que sirvan para frenar las agresiones a los empleados públicos en el ámbito sanitario. En concreto, plantea que “todas las infracciones sean explícitamente expresadas”, de forma que no existan márgenes de interpretación para que alguna de las conductas de este tipo queden sin sancionar.
Otro de los cambios que defiende la central sindical es incluir un nuevo apartado con el que quedarían incluidos todos los empleados públicos que trabajan en estos centros. Igualmente, los insultos y las faltas de respeto, que actualmente no están incluidos como infracciones muy graves, quedarían recogidos en el régimen sancionador de la Ley de Salud Pública de Andalucía, en virtud de la propuesta realizada por el sindicato.
Por su parte, el coordinador contra las agresiones al personal médico del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM), el doctor Gaspar Garrote, considera que "la violencia contra los profesionales de la salud son un problema de origen multifactorial, por lo que también las soluciones deben provenir del compromiso de todos los agentes". Para ello, ha destacado que "debemos intensificar las medidas de prevención y de formación y avanzar en la coordinación de las actuaciones que incidan en que la agresión no se produzca, que inhiban y aíslen al agresor desde el consenso de toda la sociedad".
Nuevo plan para la prevención de agresiones
El SAS y la Mesa Sectorial de la Sanidad acordaron en febrero un nuevo plan de prevención, que incluye dos importantes novedades: los sanitarios afectados contarán con un acompañamiento especial, y en cada centro y hospital habrá un profesional preparado para evitar las agresiones y para actuar si se producen.
En los centros sanitarios de Andalucía hay 3.731 cámaras de seguridad, 5.410 timbres en consulta, 1.049 consultas comunicadas con interfonos, 14.235 teléfonos en consultas, 3.711 salidas alternativas y 14.464 terminales en puestos de trabajo en consultas que cuentan con el software antipánico instalado.
El nuevo plan del SAS habilitará también canales ágiles y rápidos para que la persona que sufre una agresión, ya sea verbal o física, no esté sólo momentos después de ser agredido. Además, se facilitará atención psicológica durante el tiempo que sea necesario y se realizarán acciones de comunicación dirigidas a concienciar a los pacientes y usuarios con campañas informativas.
Según la Consejería de Salud, el desconocimiento sobre la organización sanitaria lleva, en muchas ocasiones, a exigir cosas que sobrepasan el ámbito de actuación del profesional. Además, es fundamental que los ciudadanos tomen conciencia de que un problema nunca se resuelve con una agresión. El SAS difundirá en los centros el cartel contra las agresiones, seleccionado entre los diseños realizados por los propios profesionales del SAS y que tiene como lema No+agresiones al personal de sanidad.
La formación a los profesionales cobrará especial importancia y tendrá una doble vertiente: aprender a controlar situaciones conflictivas y qué hacer cuando se produce una agresión. En 2019, más de 4.550 profesionales se formaron en el curso de control de situaciones conflictivas y se realizaron hasta 26 iniciativas formativas.
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