Córdoba se ha convertido en uno de los principales puntos negros de la contaminación atmosférica de Andalucía. Así lo pone de manifiesto el informe sobre la calidad del aire en España que anualmente elabora Ecologistas en Acción, presentado ayer y que comprende datos hasta el pasado septiembre. El análisis constata una notable mejoría respecto a periodo anteriores pese al repunte de la movilidad y de la actividad económica tras la finalización de las restricciones de la pandemia del Covid-19, aunque aún quedan varios puntos negros. Y uno de ellos es Córdoba.

Y es que la estración de control ubicada en Lepanto fue de las pocas que superó durante más de 25 días al año el volumen de partículas por metro cúbico de aire permitido por la normativa, lo que según Ecologistas se trata de un “incumplimiento legal”. En concreto, esta barrera se cruzó en 26 jornadas. Las otras dos estaciones con datos preocupantes se ubican en Jaén: son Las Fuentezuelas y Ronda del Valle, con 26 y 27 días por encima de los umbrales permitidos, respectivamente.

Estas dos zonas donde, según Ecologistas, se ha incumplido el objetivo legal para la protección de la salud suman 935.000 habitantes, el 11% de la población de la comunidad; los cordobeses expuestos a niveles nocivos son 322.017 personas. 

El informe de Ecologistas en Acción incluye los datos de tres estaciones en la provincia de Córdoba, de las que dos se sitúan en la capital. Una es la citada de Lepanto, con uno de los datos más preocupantes de Andalucía, y la otra se ubica en la Asomadilla, donde el umbral considerado peligroso se alcanzó en 21 jornadas. Así, de media, la aglomeración urbana de Córdoba respiró ozono por encima de los niveles legales permitidos en 24 jornadas.

Si se tienen en cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mucho más estrictas, los datos son aún peores, pues en 86 jornadas Córdoba respiró aire con más partículas de lo aconsejable. Es uno de los datos más elevados de Andalucía, y a la propia asociación conservacionista le sorprende que Córdoba se encuentre en peor situación que zonas sensibles de la comunidad que solían encabezar el ranking de cielos contaminados, como el polo químico de Huelva o Sevilla y su área metropolitana.

La tercera estación de control de la provincia se ubica en el término municipal de Villaharta, en plena Sierra Morena, y arroja también datos muy pesimistas por la proximidad a la térmica de Puente Nuevo. En este punto, se superaron en 22 días los límites de ozono que marca la normativa, y en 105 jornadas hubo una medición por encima de lo aconsejado por la OMS. No obstante, como aclara el propio informe, estos datos hay que darlos por superados tras el cierre de la central, ahora en proceso de desmantelamiento.

¿Qué ocurre en el resto de la provincia? La situación es poco esperanzadora, de acuerdo a la advertencia de Ecologistas: “La contaminación generada en estos lugares se extiende por el resto del territorio y se transforma en ozono troposférico, que acaba incidiendo negativamente en las zonas rurales interiores de Andalucía, especialmente a sotavento de los grandes focos emisores”. Como consecuencia, “toda la población andaluza ha respirado en 2022 un aire perjudicial para la salud, de acuerdo a las recomendaciones de la OMS.