Córdoba cuenta con 3,7 plazas en las residencias por cada 100 mayores de 65 años que viven en la provincia, 1,3 plazas menos que las cinco recomendadas por la Organización Mundial de la Salud. Estos datos son parte del informe anual sobre residencias, viviendas comunitarias y tuteladas para personas mayores de Envejecimiento en Red y la interpretación de la Federación de Organizaciones de Mayores de Andalucía (FOAM), que dan cuenta del déficit de plazas y la paulatina privatización del sector. 

Según estos datos, en Córdoba hace falta un aproximado de 1.862 plazas para alcanzar una ratio cercana a las cinco plazas recomendadas por la OMS. Sin embargo, la provincia no sale tan mal parada si se compara con las demás provincias andaluzas. Málaga (2,5); Cádiz (2,6) y Sevilla (2,8) se encuentran a la cola de Andalucía y de España en número de plazas, mientras que la que más se acerca a la recomendación de la OMS es Jaén, con 3,9 plazas en las residencias por cada 100 mayores de 65 años. 

Las actuales 42.585 plazas en residencias andaluzas suponen una capacidad de 3 plazas de residencias por cada 100 mayores de 65 años, dos puntos por debajo de lo que aconseja la OMS y 1,2 por debajo del resto del Estado (4,2). Según estos datos, en Andalucía debería haber un total de 71.941 plazas, con lo cual existe un déficit de 29.356 plazas de residencia en toda la comunidad para una población de 1,4 millones de mayores en Andalucía. 

La privatización del sector

En toda la provincia de Córdoba existen 87 residencias para mayores, de las que el 78,7% son privadas y solo el 21,3% son de titularidad pública. En Córdoba, las privadas ofrecen 4.443 plazas frente a las 1.201 de residencias públicas. 

En el resto de Andalucía, el mayor porcentaje de privadas lo tienen Málaga (86,92%), Huelva (86,49%) y en tercer lugar Sevilla (85,19%), mientras que Almería cuenta con la mayor proporción de residencias públicas de Andalucía (41,86%). 

Así, en el período de 2006 a 2019, el número de plazas privadas en Andalucía se ha visto incrementado del 70,80% al 77,69%, es decir, 6,11 puntos, sobre su participación anterior. Todo lo contrario ha ocurrido con las plazas públicas, que han pasado del 29,20 al 22,31%, lo que ha supuesto un descenso de 6,89 puntos, o lo que es lo mismo: una pérdida del 30,88 % de las plazas, alertan. 

Sin embargo, es difícil conocer el dato real de plazas públicas y privadas porque, según explica el informe, dentro del porcentaje de plazas públicas, hay un gran número de plazas de propiedad pública local -de los ayuntamientos- que tienen concedida la gestión a empresas privadas, con lo cual el número de plazas públicas de gestión pública real es más bajo. 

En Córdoba, las residencias públicas locales o autonómicas son 25 y están ubicadas en Alcaracejos;  Almedinilla; Añora; Belalcázar; Benamejí; Cañete de las Torres; Carcabuey; La Carlota; Conquista; Fuente Palmera; Fuente-Tójar; El Guijo; Hornachuelos; Iznájar; Luque; Montilla; Priego de Córdoba; Santa Eufemia; Torrecampo; Villaharta; Villaralto y tres en Córdoba capital: la residencia Séneca; residencia municipal Guadalquivir; y el centro residencial para personas mayores Parque Figueroa. El resto (62) son de titularidad privada o privada sin fines de lucro. 

El informe alerta de la reducción de plazas públicas cada año en la comunidad autónoma y de la gestión de algunas empresas pertenecientes a grandes grupos multinacionales cuya financiación proceden de fondos de inversión. Para la la Federación de Organizaciones de Mayores de Andalucía, la explicación del interés del sector privado en las residencias de mayores radica en el envejecimiento de la población y el crecimiento de las necesidades de atención entre las personas mayores, que ha ido evidenciando un potencial “nicho de empleo y negocio”. 

La masificación de las residencias

En Córdoba, de las 4.443 plazas que ofrece la privada, la mayoría se encuentran en residencias con más de 100 plazas disponibles, mientras que en las 1.201 plazas de residencias públicas, la mayoría se ofrecen en centros aptos para 50 hasta 99 personas. Así, el 39,4% de las plazas residenciales se ofrecen en centros masificados; el 34,7% de 50 a 99; el 23,5% de 25 a 49 plazas y solo el 2,4% se ofrecen en centros con menos de 25 plazas. 

En este sentido, la FOAM aboga por un modelo más humanizado en las residencias de mayores, sobre todo en el contexto de la pandemia y la dura crisis que han vivido estos centros. "Una residencia es un sustituto del hogar, no es un hospital para gente mayor, no tiene la estructura, ni los recursos ni el personal de un centro sanitario". 

Para la organización, "se debe de caminar, con el liderazgo de las administraciones, hacia un modelo deresidencias sin masificar, sin rutinas tipo cuartel y evitando el aislamiento con el restode la sociedad". Para ello, proponen implementar el Modelo de Atención Centrada en la Persona (ACP) para pasar de un modelo cuya atención está centrada en las necesidades y características de la persona, a otro cuyo eje fundamental son las personas usuarias en la vida cotidiana.

Esto sería posible, según la FOAM, "con equipamientos tipo hogar o unidades de convivencia pequeños, de 10 o 15 personas, con habitaciones o espacios donde las personas conserven su intimidad, y con cierta autonomía para organizar su ritmo de vida y sus actividades dentro de la residencia o en el exterior; unidasa un núcleo más grande que las integra y contiene equipamientos comunes, zonas al aire libre y les proporciona los cuidados y el apoyo profesional necesario".