Salud

Córdoba mantiene un solo caso activo de viruela del mono

  • En el conjunto de Andalucía, Salud mantiene monitorizadas 45 infecciones, lo que supone 13 menos que hace una semana

Vacunación contra la viruela del mono.

Vacunación contra la viruela del mono. / Efe

Solo un caso de viruela del mono continúa activo en Córdoba desde hace una semana. El último balance de la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía evidencia que la infección ha quedado más que controlada en la provincia, donde el primer contagio del virus se comunicó el 24 de junio.

A fecha de 30 de septiembre, en Andalucía hay 45 casos activos de esta enfermedad, lo que supone 13 menos que el pasado viernes. Málaga es de nuevo la provincia con mayor número de infecciones activas, 13; les siguen Sevilla y Cádiz con 11; Granada y Huelva, con cuatro, y Córdoba y Almería, con uno. Jaén se quedó a cero ya la pasada semana.

Por otro lado, 54 casos por posible viruela del mono están en investigación, según el comunicado de la Consejería de Salud y Consumo, y se han declarado a la Red del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía (SVEA). Asimismo, 800 casos antes confirmados ya están inactivos, según ha indicado la Junta en su informe.

Con respecto a las vacunas, se han puesto 1.628 dosis en los principales hospitales de la comunidad autónoma. Todas las vacunas se han inoculado con "criterio preventivo" (contactos o personas con riesgo), no a pacientes infectados. Por ahora se han recibido 2.102 viales.

Síntomas 

Según el protocolo de la viruela del mono publicado por el Ministerio de Sanidad, la infección suele ser una enfermedad autolimitada y la mayoría de las personas se recuperan en varias semanas. Sin embargo, en algunos casos puede producirse una enfermedad grave.

El período de incubación es de seis a 16 días, pero puede oscilar entre cinco y 21 días. El cuadro clínico clásico inicial descrito hasta este brote suele incluir fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, linfadenopatías y cansancio. Entre uno y cinco días después de la aparición de la fiebre, se desarrolla una erupción, que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo. Tiende a concentrarse más en la cara y las extremidades que en el tronco.

Afecta a la cara (en el 95% de los casos) y las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos). También se ven afectadas las mucosas orales (en el 70% de los casos), los genitales (30%) y las conjuntivas (20%), así como la córnea.

Característicamente, las lesiones evolucionan de forma uniforme y de manera secuencial de máculas a pápulas, vesículas, pústulas y costras que se secan y se caen.

Los síntomas suelen durar entre dos y cuatro semanas. Los casos graves ocurren con mayor frecuencia entre los niños, adultos jóvenes y personas inmunocomprometidas y están relacionados con el grado de exposición al virus y la vulnerabilidad de la persona.

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