Centenares de personas han acudido esta mañana al entierro de Pablo García Baena, que se ha celebrado en la parroquia de San Miguel. 

La ceremonia ha comenzado a las 10:30 y ha contado la asistencia de sus familiares, además de dirigentes políticos, como la alcaldesa, Isabel Ambrosio, la consejera de Justicia, Rosa Aguilar, y el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, junto a representantes municipales y del mundo de las letras de Córdoba. 

Ha sido el sacerdote Antonio Gil quien ha celebrado el funeral y durante la homilía ha destacado la obra del Premio Príncipe de Asturias de las Letras. "Damos las gracias por tu obra, por tus premios y también por tu sencillez, bondad y amor a tu familia; por tu amor a la lírica hacia Córdoba; y también por tu amor cofrade al Cristo del Remedio de Ánimas y a la Virgen de los Dolores", ha señalado.

Gil también ha hecho referencia a tres "momentos intensamente religiosos" vividos por el poeta: los cultos al Cristo del Remedio de Ánimas; los vías crucis "por las estrechas calles de la feligresía de San Lorenzo"; y "hace dos días, en su habitación del Hospital de la Cruz Roja, cuando recibió la bendición".

Tras el funeral, se ha celebrado un responso en la iglesia de San Jacinto, organizado por la hermandad de Los Dolores. Posteriormente, tuvo lugar su incineración y, tras ello, sus cenizas fueron depositadas por la tarde en el cementerio de Nuestra Señora de la Salud.

El poeta Pablo García Baena, el último miembro del grupo Cántico, falleció el pasado domingo a los 96 años a causa de una complicación respiratoria.