Celebración

Córdoba defiende el Orgullo Lgtbi+ contra el bullying y la discriminación

Un momento de la marcha reivindicativa.

Un momento de la marcha reivindicativa. / Juan Ayala

Por los derechos humanos del colectivo Lgtbi+: contra el bullying y la discriminación. Así reza la pancarta que abre la marcha reivindicativa que ha partido desde la puerta del Palacio de la Merced para finalizar en la plaza de la Corredera. La marcha empieza a recorrer, entre banderas arcoiris, las calles al ritmo de la charanga El Pelotazo, que inicia el camino interpretando ese himno LGTBI+ por excelencia que es A quien le importa, de Alaska y Dinarama. Antes, Rafi González, de Todes Transformando Córdoba reparte el manifiesto que se va a leer en la plaza de la Corredera, en una cita que este año tiene como lema Somos memoria, libertad y futuro.

Una cita convocada por las asociaciones Lgtbi de Córdoba, Libérate, Lgtbhi Todes Transformando y la Federación Andaluza Arco Iris, “por los derechos humanos y la igualdad del colectivo”, defiende.“Que nadie nos robe la fiesta, sigamos combatiendo el odio con amor”, destaca el llamado Manifiesto de Isak, “una fiesta con mayúsculas”, añade. El manifiesto leído en la plaza de la Corredera cuenta la historia de un hombre, Isak, atrapado en el cuerpo de una mujer, Sandra, de cómo se ha sentido toda su vida por ello, “un fraude, un engendro, un monstruo”, y de cómo “el 19 de octubre de 2022 maté a Sandra y me abrí la puerta al mundo, me liberé”.

No es el único manifiesto, en la Corredera también se recuerda que la marcha del orgullo se inició para reivindicar la muerte de personas trans, de color, racializadas y marginalizadas de la sociedad. Y se destaca que en Estados Unidos han surgido más de 200 propuestas de ley dispersas entre los 50 estados que componen el país norteamericano “para criminalizar la existencia de personas trans”. “Han prometido borrar la cultura trans de la existencia humana, mientras Europa gira a la derecha y se prometen cosas similares”, reza el manifiesto. Todo ello en un contexto en el que “las personas trans llevamos décadas tratando de tener un espacio en la sociedad, un espacio en el sistema sanitario, en el sistema académico, en el tejido laboral y en nuestros propios núcleos familiares”.

El mensaje que el colectivo lanza es claro: “no estoy aquí para declarar la guerra a aquellos que nos odian, la guerra la declararon ellos cuando nos llamaron enfermos en el Congreso y cuando validaron las agresiones físicas y verbales que sufrimos cada día en la calle. Yo estoy aquí para rogarles un poco de paz...pero no somos una etnia que se pueda borrar, somos parte de la gran diversidad humana...depende de vosotros decidir, en menos de un mes, si vamos a ser un problema o vamos a poder resolver esto juntos y ser parte de la solución que este país necesita”.

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