Informe Exceltur

Córdoba pierde peso en turismo cultural, familiar y de ocio frente a otras ciudades de España

Turistas en el entorno de la Mezquita-Catedral.

Turistas en el entorno de la Mezquita-Catedral. / Juan Ayala

Córdoba pierde peso como referente cultural entre las ciudades turística de España, y cede también frente a otras competidoras en turismo de ocio, familiar y de grandes eventos y fiestas. Así lo desvela el informe UrbanTUR 2022 realizado por la Alianza para la Excelencia Turística, Exceltur, publicado este martes con datos muy minuciosos de los 22 principales destinos urbanos españoles. Córdoba ocupa la posición número 13 en el ranking, un puesto más elevado que en el informe anterior, de 2016, y se sitúa por encima de rivales como Zaragoza, Santander, Granada, Salamanca, La Coruña, Burgos o León.

Pero, si se analizan los datos internos, los índices dibujan un empeoramiento de la competitividad de Córdoba, que pierde 1,2 puntos en el índice general y queda con 94,1 puntos. Dentro de las llamadas ciudades medias, aquellas que tienen entre 200.000 y 500.000 habitantes, Córdoba se sitúa en mitad de la tabla, entre Gijón (en el puesto 12) y Granada (en el 16). Si se tiene en cuenta exclusivamente el ámbito andaluz, a Córdoba la superan Sevilla (puesto 5) y Málaga (puesto 7), aunque está por delante de Granada, quizás su rival más similar.

Córdoba cuenta con 7.499 plazas hoteleras, de las que 3.826 corresponden a hoteles de cuatro y cinco estrellas; esta oferta de alojamiento se completa con 8.218 camas en viviendas de uso turístico y con 2.059 en apartamentos, campings o establecimientos rurales. El precio medio por noche y persona es de 30,5 euros (sube a 40,8 en el caso de los hoteles, y baja a 21,2 en los apartamentos). Esta infraestructura da como resultado 14.167 empleos vinculados al turismo, lo que equivale al 10,9% del empleo total; es lo que Exceltur define como "especialización turística". En Granada asciende al 13,8% y al 14,9% en Gijón.

Lo más interesante del informe es el análisis que realiza sobre seis pilares concretos: capacidad de atracción de la oferta de productos de ocio; atracción de productos de negocios; condicionantes del entorno urbano y de la vida local; accesibilidad y movilidad; gobernanza y gestión estratégica, y resultados económicos y sociales.

Teniendo en cuenta una treintena de aspectos concretos, Exceltur realiza un ranking con las 22 ciudades analizadas; en ninguno de ellos, Córdoba ocupa el primer lugar, aunque tampoco está la última en ningún apartado. Los mejores índices los obtiene en frecuencia y conectividad ferroviaria por Alta Velocidad (el número 2 de 22 en el ranking) y en coste del servicio del taxi (también número 2). Por el contrario, queda muy a la cola en la celebración de eventos artísticos, culturales y deportivos (puesto 20 de 22); reputación interna de la ciudad (puesto 20) y conectividad aérea (puesto 20).

¿Y qué ocurre con los segmentos turísticos en los que quiere ser referente? Córdoba cae al puesto 7 en el atractivo que despiertan los grandes iconos del turismo cultural, al 14 en el turismo familiar, al 19 en la celebración de grandes eventos musicales y al 11 en el tractivo de sus tradiciones y fiestas populares. Eso sí, sube en tres ámbitos: turismo de shopping (número 16 de 22), gastronómico (puesto 7) e idiomático (17).

Córdoba cuenta con 7.499 plazas hoteleras, de las que 3.826 corresponden a hoteles de cuatro y cinco estrellas; esta oferta de alojamiento se completa con 8.218 camas en viviendas de uso turístico y con 2.059 en apartamentos, campings o establecimientos rurales. El precio medio por noche y persona es de 30,5 euros (sube a 40,8 en el caso de los hoteles, y baja a 21,2 en los apartamentos). Esta infraestructura da como resultado 14.167 empleos vinculados al turismo, lo que equivale al 10,9% del empleo total; es lo que Exceltur define como "especialización turística". En Granada asciende al 13,8% y al 14,9% en Gijón.

El informe destaca que "las ciudades enfrentan un nuevo escenario si cabe más transformador y complejo que el previo a la pandemia, por ser los lugares en los que más incidencia ha tenido y tendrá sus consecuencias". Por un lado, por el fuerte impacto y duración temporal que tuvo en su dinamismo económico, pero, por otro y más relevante, por los numerosos cambios estructurales y los nuevos retos que ha introducido y que ya ha marcado el devenir de 2022.

El reto de "buscar el equilibrio"

"Esta realidad se hace más notoria en aquellas ciudades que por su atractivo cultural y lúdico son destinos turísticos", como es el caso de Córdoba. De hecho, en España las ciudades fueron los lugares que más sufrieron turísticamente durante la pandemia. Los ingresos totales, aproximados a través del desempeño de sus hoteles, se redujeron en media un 65,7% durante la pandemia del Covid-19 con respecto a los niveles que registraban en 2019. Pero, más allá de este efecto devastador sobre toda la cadena de valor turística, la pandemia ha generado "nuevas tendencias y acentuado otras" que van a marcar el devenir de la vida urbana y de su traslación sobre su atractivo para ser visitadas.

En este contexto de creciente complejidad, las ciudades ya están experimentando los efectos de la "fuerte y rápida recuperación de los viajes", producida a partir de abril de 2022. En este período, los ingresos turísticos de los destinos urbanos españoles han aumentado un 9,7% con respecto a los niveles de 2019, reflejo de su gran atractivo.

"Esta acelerada dinamización ha vuelto a situar súbitamente en la agenda de las ciudades muchos de los debates, retos y necesidades de actuación respecto al turismo y sus modelos de gestión que ya se identificaban en 2019: la necesidad de responder a la percepción de saturación en algunos puntos de la ciudad, de gestionar el crecimiento descontrolado de las viviendas turísticas o de evitar la banalización del disfrute de los recursos de la ciudad, preservando la identidad y calidad de vida y capacidad de acogida de los residentes, con un mayor compromiso social y ambiental", argumenta Exceltur.

En esta doble dimensión, las ciudades se enfrentan al objetivo de diseñar estrategias y acciones para seguir creando espacios de dinamismo económico y alta calidad de vida para los residentes, a la vez que productos y experiencias diferenciales a los turistas más interesantes, buscando su equilibrio e integración con la sostenibilidad y los valores locales con los que se identifican. "Un reto que requiere cada vez más de la combinación de instrumentos de gestión de la carga turística, a la vez que la apuesta decidida por la generación de experiencias diferenciales y de alto valor añadido, con las que atraer a los visitantes de mayor contribución económica y empleo, de un menor impacto ambiental y mayor respecto con la identidad y el modo de vida local", argumenta el análisis.

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