Entre Córdoba y Málaga hay unos 160 kilómetros de distancia que por fin se pueden recorrer con total tranquilidad ante la posibilidad de viajar entre las provincias. Y así lo han hecho numerosos cordobeses, que tras su jornada laboral del viernes han salido disparados hacia su segunda residencia en la costa malagueña.
Los viajes a otros puntos de la comunidad autónoma llegan después de permanecer tres meses encerrados y sin posibilidad de ir a ninguna otra provincia para prevenir la expansión del coronavirus y, con ello, un aumento de tráfico en vías como la A-45, que ha registrado un aumento de circulación ante los desplazamientos hacia Málaga. Torre del Mar o Fuengirola son algunas de las localidades preferidas por los cordobeses para disfrutar de sus playas.
Entre ellos, Shara y Vicente Castilla, un matrimonio que ha puesto rumbo a Fuengirola antes de la hora de comer, según han explicado a el Día. Han pasado tres meses desde que fueron a su apartamento en la playa por última vez y este viernes 30 de abril han salido hacia allí nada más que sus dos hijos, Lucía y Antonio, acabaran las clases.
Es más, según ha contado Vicente, el pequeño Antonio, de seis años, "no ha dormido por la noche por los nervios de ir a la playa". El matrimonio, además, ha explicado que intentarán exprimir al máximo su estancia en la costa y que, a partir de ahora, repetirán esta viaje cada fin de semana mientras se pueda viajar y no haya nuevas restricciones.
A pesar de que se puede ir de una provincia a otra, la comunidad andaluza permanece cerrada, lo que significa que continuará el cordón rojo al turismo nacional.
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