El Ayuntamiento de Córdoba ha solicitado a la Junta de Andalucía que retrase hasta el mes de junio las obras previstas en la zona central del Paseo de la Ribera para no tener que cortar el tráfico en esta vía durante el mes de mayo, cuando se concentran numerosas fiestas en la capital cordobesa, evitando así colapsos en la circulación de la zona. El delegado de Seguridad y Movilidad del Consistorio cordobés, José Joaquín Cuadra, ha informado de que la Junta ha comunicado verbalmente que las obras en la zona, incluidas en la restauración del Puente Romano y su entorno, comenzarían, "como muy pronto, a principios de mayo".

Sin embargo, el Ayuntamiento ha pedido que se retrasen un mes para el buen desarrollo de las fiestas que se celebran durante esta época en la capital cordobesa, una propuesta que, según Cuadra, ha asumido la Junta de Andalucía. El Paseo de la Ribera es un eje clave, sobre todo para el plan especial de tráfico de la Feria de Nuestra Señora de la Salud, que se cierra al tráfico de vehículos privados durante una parte del día permitiendo el acceso sólo a autobuses, taxis y motos. En relación a las alternativas para el tráfico, el responsable de Seguridad y Movilidad ha señalado que está a la espera de que la Junta le remita el proyecto de restauración de la zona.

Dicho proyecto no puede ser enviado aún puesto que no ha pasado por uno de sus trámites más relevantes. La Consejería de Obras Públicas se encuentra cerrando los detalles con el objetivo de remitir el proyecto definitivo para que se produzca el dictamen de la Comisión de Patrimonio y la resolución de la delegada provincial de Cultura, Mercedes Mudarra. Se trata de una propuesta relevante para este departamento puesto que la obra se desarrollará a escasos metros de la fachada Sur de la Mezquita-Catedral. Sobre todo, la importancia de la iniciativa radica en que tendrá que atravesar una zona plagada de restos arqueológicos, según los distintos informes que han efectuado los técnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo y de Obras Públicas.

El proyecto de remodelación del Paseo de la Ribera incluye la zona que se establece entre los cruces de las calles Caño Quebrado y Santa Teresa Jornet. Se trata de la obra comprendida en el llamado eje monumental que va a tener un mayor impacto de la ciudadanía puesto que la avenida, actualmente muy transitada, va a estar cortada al público no menos de dos años. Existe la incógnita, además, de qué ocurrirá cuando la avenida esté reparada ya que los documentos de movilidad del Consistorio apuestan por restringir drásticamente el tráfico de forma que sólo se permita el acceso a servicios públicos, de reparto o para los vecinos que tengan cochera en la zona.

El fin último del proyecto consiste en rebajar casi metro y medio la cota de La Ribera hasta su altura histórica, esto es, la que tuvo hasta la construcción del Puente de San Rafael y de la carretera nacional. Dicha elevación obligó a dejar soterrada la Puerta del Puente, que en su día formó parte de la muralla. En este caso, y en contraposición a lo que ha ocurrido en el Puente Romano, se ha optado por diseñar una calzada de adoquín de granito, en previsión de que los tráficos de la zona sean más intensos de lo previsto.

Será la segunda vez que en apenas una década que se corta La Ribera. Ya se reparó en una larga actuación la zona desde el Campo Santo de los Mártires hasta el Puente de Miraflores.