La Sección Primera de la Audiencia Provincial ha condenado a 12 años de prisión a M. S., el indigente de Reino Unido que confesó ser el autor de la muerte de un vecino de Baena el 18 de julio de 2007. La sentencia lo considera autor de un delito de homicidio, si bien atenúa la condena al considerar que el individuo padecía en el momento del crimen "un trastorno de personalidad tipo esquizoide con rasgos psicopáticos", lo que unido a una "ingesta abusiva" de alcohol le afectaban parcialmente a su capacidad intelectiva y de entendimiento.
Víctima y agresor coincidieron sobre las 10:00 en un supermercado situado en el kilómetro 3,34 de la carretera N-432 y por causas desconocidas, sobre las 14:45, iniciaron una "fuerte disputa" y en un momento dado la víctima decidió cruzar la carretera para alejarse del encartado. Pero éste, lejos de querer terminar la riña, lo siguió hasta llegar al paraje conocido como Fuente Baena, a unos escasos 50 metros del supermercado. Allí continuaron discutiendo a voces y empujándose mutuamente hasta que cesaron en la disputa.
En hora no determinada, pero entre las 15:00 y las 16:30, la víctima volvió al descampado "en gran estado de embriaguez" y la riña se reanudó. En un momento dado, el acusado se pertrechó de un cuchillo "de importantes dimensiones" que portaba y de una piedra afilada y "con ánimo de acabar con la vida" lo golpeó de forma reiterada en la cara y en la cabeza, según la sentencia.
La víctima cayó al suelo, circunstancia que aprovechó M. S. para clavarle "con fuerza" y a la altura de la yugular la hoja del cuchillo hasta degollarlo. La rápida y sorprendente forma de actuar del acusado apenas permitió a la víctima defenderse, por lo que falleció en pocos minutos a consecuencia del degüello.
La víctima falleció como consecuencia del ataque a causa de un "shock hemorrágico agudo". Tras cometer el homicidio, M. S. se cambió de pantalones al ver que los que llevaba estaban impregnados de sangre de la víctima y los abandonó al lado del fallecido antes de abandonar el lugar del suceso. Sobre las 20:45, la Guardia Civil consiguió detener al encartado en el camino de Alcaudete, donde se encontraba tendido y en estado ebrio, con el arma con la que supuestamente acabó con la vida del otro.
"Estaba tumbado en un camino y olía a alcohol. Tenía sangre en la ropa y en el cuello", aseguró uno de los agentes que en verano de 2007 practicó la detención del sospechoso, que "no opuso resistencia". El individuo portaba sus pertenencias en un carrito de supermercado, donde entre otros objetos llevaba el cuchillo que utilizó para matar al otro indigente, aseguró el guardia civil.
M. S. no opuso resistencia en aquel momento, pero posteriormente exhibió una gran agresividad. "Estaba muy violento e incluso hizo ademán de tener una metralleta y de dispararnos a todos", explicó el guardia civil encargado del atestado. Los agentes tuvieron que interrumpir el interrogatorio aquella tarde debido a la escasa actitud colaboradora del arrestado, que desprendía un fuerte olor a alcohol, según coincidieron en declarar todos los agentes. Al día siguiente, ya sobrio, "fue colaborador", aseguró el instructor. Los forenses detallaron que el cadáver presentaba un traumatismo en la cabeza y tenía seccionada la yugular. Esta incisión, según la hipótesis de los expertos, la practicó el indigente cuando el otro estaba ya tumbado en el suelo como consecuencia del golpe con la piedra.
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