Condenado por espiar a una vecina y masturbarse con su ropa
El matrimonio denunciante llegó a instalar una cámara oculta para descubrir al sospechoso
F. M. O. S., un vecino de Lucena, ha sido condenado a un año y un mes de prisión por un delito de coacciones cometido al perseguir a su vecina para satisfacer sus deseos sexuales, a la que llegó a espiar por la mirilla y por un agujero que hizo en un tabique. El Juzgado de lo Penal número 3 también condena al individuo a una multa de 360 euros por sendas faltas de daños y hurto cometidas al estropear varias prendas de vestir de la mujer, que cogía del tendedero con el propósito de masturbarse.
Los hechos se produjeron a lo largo de 2006. Según la resolución, F. M. O. S. subió a la azotea comunitaria del edificio y se dirigió al lugar donde tendía la ropa su vecina. Una vez allí, precedió a coger las prendas íntimas para romperlas o restregarlas por sus partes íntimas, hasta el punto de que llegó a masturbarse y a limpiarse con ellas. A continuación, las volvía a colgar.
Según los cálculos realizados por la acusación pública, el valor de la ropa dañada supuso una factura de 500,90 euros. La perjudicada y su marido decidieron pasar a la acción y el 10 de noviembre de aquel año colocaron un sistema de grabación por vídeo con la intención de identificar al autor de los hechos. Pero el procesado, cuando descubrió la cámara, se apoderó de ella. Por estos motivos, el juez lo condena por una falta de hurto.
La difícil relación del procesado con sus vecinos continuó hasta el pasado mes de agosto. Sin causa justificada y con el propósito de molestarla, F. M. O. S. la seguía por las calles de la localidad, la observaba por la mirilla de la puerta cada vez que salía de su domicilio e, incluso, llegó a realizar un agujero en una pared de su casa colindante con la de ella. La mujer, que sufre un trastorno de ansiedad por estos hechos, tuvo que declarar tras una mampara durante la vista oral.
En el juicio, el procesado negó haberle quitado ropa a su vecina, aunque reconoció que en una ocasión se frotó las prendas de la colada por su cuerpo como "venganza" después de encontrar su vehículo rayado y con las ruedas pinchadas. La pareja denunciante -dos recién casados- se acababan de mudar al bloque. "En las primeras lavadoras ya se notaba que estaban usando la ropa, y se repetía siempre con las prendas de ella", relató el marido de la víctima, que fue quien decidió instalar una cámara para captar al autor de los hechos. Algunos fines de semana -coincidiendo con los periodos en los que el procesado no se encontraba en casa- las prendas no sufrían daños.
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