El Circo Alaska como cita ineludible

RESULTA raro pensar en una Feria sin circo, en un circo sin Feria. Ha cambiado varias veces de localización, y otras tantas de espectáculo, pero la caravana circense siempre se ha acercado a Córdoba cuando mayo ha ido acabando y la Feria iba resurgiendo. Este año, por quinta vez consecutiva, es el Gran Circo Alaska el que se instalará a pocos metros del Arenal, en el estadio Enrique Puga, para hacer las delicias de mayores y pequeños con un programa que incorpora varias novedades con respecto a funciones en otras ciudades. Y es que este circo con cuatro carpas necesita 50 camiones para transportar a sus 80 trabajadores y más de 20 animales, para después quedar preparado y ser el único de España con aire acondicionado y de los pocos con acceso para minusválidos.

Y aunque sea para todas las edades, incluso el presentador del espectáculo, Óscar Romero, afirma que pueden ir adultos sin niños, hay una parte que consigue que los más pequeños se conviertan en protagonistas de este mundo de malabaristas, trapecistas y payasos. Esta parte no es otra que el concierto de los Cantajuegos, que dura media hora dentro de las dos horas y media de toda la función y que este año se acompaña de personajes televisivos tan famosos como los cerditos de la serie Pepa Pig o los protagonistas de El Arca de Noé.

Algo diferente y nunca visto, que viene nada más y nada menos que desde Las Vegas, es el Hombre Láser. Este artista crea un espectáculo tecnológico en el centro del circo cuando se sube sobre un podio negro en el que recaen numerosos puntos de láser. Con sus propias manos, va arrancando los láseres y va formando diversas estructuras, como por ejemplo, una celda alrededor de su cuerpo.

Y como sin malabaristas no hay circo, el Alaska se nutre de los ganadores de las medallas de oro y bronce del premio de Montecarlo para hacer un número de esos de contener el aliento hasta el final en una escalera vertical.

Quizá alguna de las críticas más duras hacia el mundo del circo es el uso de animales, aunque Romero afirma que los del Alaska están vigilados constantemente por un veterinario y que cuando están en Córdoba, siempre reciben la visita de algún miembro del Seprona -Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil- que supervisa el buen estado de los mismos. Entre esa veintena de animales, destaca un espectáculo ecuestre de doma de caballos en libertad y pequeños ponis a cargo de Francesco Rueda o el uso de un auténtico tigre de Bengala que está en el centro del escenario sin ningún tipo de valla que lo separe del público, hay que ser valiente. También, aunque algo más manso, sobresale la exhibición de un gran elefante gigante de la India. Todo ello acompañado de hasta seis intervenciones de 15 payasos acróbatas y con un espectáculo de sonido que corre a cargo de Julian Spanuk, considerado el mejor sonido de un circo en directo de toda Europa.

Además de todas las funciones, el circo cuenta con un museo en uno de sus camiones y con una portada de vallas inteligentes. En cuanto a los precios, los niños entran gratis con un adulto que pague su entrada -de 10 a 35 euros-. El abanico de precios oscila según la posición del asiento, el espectáculo es frontal pero puede verse desde la parte de atrás o desde los laterales. El Gran Circo Alaska ofrece sesiones todos los días de Feria a partir de las 18:30, y los sábados a partir de las 12:00. Un esfuerzo de un gran equipo humano y animal que no descansa ni un solo día al año y que recorre las principales capitales andaluzas para llevar a mayores y pequeños el mejor espectáculo artístico itinerante más famoso de todos los tiempos.