Un Carnaval sin complejos y para todas las edades
Más de 300 personas acuden a la fiesta de disfraces para mayores en el centro de iniciativas culturales Osio




Desde un cardenal hasta un nutrido grupo de nodrizas. Desde saltamontes y mariquitas a unas moscas cojoneras. Todos, disfrutando del Carnaval y de la fiesta reservada para personas mayores que ayer congregó a más de 300 personas en el Centro Cultural Osio, ubicado en el barrio de Cañero. Sin duda, una fiesta que sirvió para demostrar que el Carnaval no tiene edad y en la que muchos se quitan la máscara.
A sus 76 años, Rosario Gomariz no le importa disfrazarse "de lo que sea". Este año, junto a sus compañeras del centro de mayores Osario Romano, se subió al escenario vestida de nodriza, pero "de las antiguas", apuntó, mientras sujetaba en sus brazos un bebébé de juguete. El año pasado, indicó, "nos vestimos de Miss Enfermedades y cada una representaba una dolencia distinta, como la diabetes".
Tras unos enormes coladores y totalmente de negro, se encontraba Josefa Rodríguez, de 72 años, disfrazada, como el resto de compañeras del centro de adultos Duque de la Victoria, de moscas, "pero de esas grades y cojoneras", apuntó con toda gracia y sin ápice de vergüenza.
En total, fueron nueve los grupos de otros tantos centros de mayores los que participaron en la fiesta, según explicó la jefa de la Unidad de Mayores del Ayuntamiento, Concepción Polo. Mientras procuraba que no faltara nada y que todos los grupos actuasen siguiendo el orden establecido, Polo destacó la participación de más de medio centenar de personas que forman parte del programa de atención domiciliaria y otros 30 que viven en la residencia municipal. Los asistentes se confeccionaros sus propios disfraces durante el pasado mes.
Los que tampoco quisieron faltar la fiesta y subir al escenario del centro cultural Osio fueron los componentes del grupo Las monjitas del padre Sebastián, integrado por 12 de los mayores que pertenecen al centro de Santa Cruz, cuyas edades oscilan entre los 50 y los 80 años. Entre ellos, Angelina Dios, con 62 años y dispuesta a pasar una tarde "estupenda". "El Carnaval es lo mejor que hay para los mayores", consideró esta cordobesa, mientras esperaba su turno para cantar.
Otro de los grupos que más llamó la atención entre el público -en su mayoría vecinos de la barriada de Cañero y familiares y algún que otro pequeño, también disfrazado- fueron los componentes del grupo Los saltamontes y las mariquitas, del centro de Ciudad Jardín. "No tengo nervios", reconoció Carmen Ríos, para quien a sus 66 años era la primera vez que se disfrazaba y, "encima de mariquita", aseguró con una sonrisa. Su compañero de grupo, Rafael Galán también estaba dispuesto a pasarlo bien, a pesar de su disfraz de saltamontes, "como ese que perseguía a la abeja Maya", dijo.
La fiesta, organizada por la Asociación Carnavalesca, contó con un concurso de disfraces y una merienda gratuita para todos los asistentes.
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