Los casos activos de viruela del mono en la provincia de Córdoba han caído a 18 este martes, 9 de agosto. Esto significa tres menos que en el último parte ofrecido por la Consejería de Salud y Consumo con los datos obtenidos por la Red del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía (SVEA).
En el conjunto de Andalucía hay actualmente 344 casos activos de esta enfermedad, 12 menos que el pasado 5 de agosto. Málaga sigue siendo la provincia con mayor número, con 120; seguida de Sevilla, con 113; Cádiz, con 54; Huelva (19); Granada (16); Jaén (2) y Almería (2). A todos esos hay que añadir los 18 de Córdoba. En toda la comunidad autónoma 307 casos antes confirmados ya están inactivos.
La Consejería de Salud también ha informado de que hay 101 casos en investigación y 300 descartados de viruela del mono.
Fue el pasado 24 de junio cuando se dio a conocer el primer contagio de viruela del mono en Córdoba, mientras que el segundo se hizo público el 28 del mismo mes y el tercero, el 1 de julio. A día de hoy, son 18 los casos activos. Un hombre de 31 años, que permanecía ingresado en la UCI del Hospital Reina Sofía, falleció por meningoencefalitis, aunque su caso está siendo estudiado por su asociación a la infección por viruela de los monos (monkeypox, MPX).
Síntomas
Según el protocolo de la viruela del mono publicado por el Ministerio de Sanidad, la infección suele ser una enfermedad autolimitada y la mayoría de las personas se recuperan en varias semanas. Sin embargo, en algunos casos puede producirse una enfermedad grave.
El período de incubación es de seis a 16 días, pero puede oscilar entre cinco y 21 días. El cuadro clínico clásico inicial descrito hasta este brote suele incluir fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, linfadenopatías y cansancio. Entre uno y cinco días después de la aparición de la fiebre, se desarrolla una erupción, que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo. Tiende a concentrarse más en la cara y las extremidades que en el tronco.
Afecta a la cara (en el 95% de los casos) y las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos). También se ven afectadas las mucosas orales (en el 70% de los casos), los genitales (30%) y las conjuntivas (20%), así como la córnea.
Característicamente, las lesiones evolucionan de forma uniforme y de manera secuencial de máculas a pápulas, vesículas, pústulas y costras que se secan y se caen.
Los síntomas suelen durar entre dos y cuatro semanas. Los casos graves ocurren con mayor frecuencia entre los niños, adultos jóvenes y personas inmunocomprometidas y están relacionados con el grado de exposición al virus y la vulnerabilidad de la persona.
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