El Cabildo Catedral está tramitando en estos momentos el proyecto relativo al desmontaje de una de las celosías del Patio de los Naranjos para que en un futuro la carrera oficial de la Semana Santa pueda estar en el entorno de la Mezquita-Catedral. Fuentes de esta corporación eclesiástica explicaron ayer que en la reunión que tuvo este órgano el 18 de febrero se presentó el proyecto redactado por los arquitectos Gabriel Rebollo y Gabriel Ruiz Cabrero, conservadores del monumento desde hace unos 30 años. En dicha sesión se acordó que antes de adoptar una decisión definitiva pasase antes por la comisión de obras para que le diese el visto bueno, trámite que aún no se ha cumplido.
Será entonces el momento en que el Cabildo manifieste su opinión sobre el asunto. Pese a que no se ha llegado al final de este recorrido, fuentes de esta corporación eclesiástica señalaron que "el Cabildo está en la mejor de las disposiciones, pero no está aprobado plenamente". Por este motivo, señalaron sentirse "sorprendidos" por las declaraciones del presidente de la Agrupación de Hermandades, Juan Villalba, en las que señalaba que el órgano eclesiástico había dicho ya la última palabra sobre esta cuestión.
Una vez culmine el recorrido administrativo en el Cabildo, el expediente deberá ser remitido a la Delegación de Cultura, que deberá emitir un informe preceptivo y vinculante debido al nivel de protección del edificio, que es el máximo.
Lo que se plantea es desmontar una de las celosías situadas en el lateral oeste de la fachada del templo al Patio de los Naranjos, para colocar una puerta practicable, lo que permitiría crear un circuito en el interior de la Mezquita-Catedral que facilitaría el establecimiento de la carrera oficial de la Semana Santa en este entorno. Actualmente, aunque hay hermandades que realizan estación de penitencia en el interior del primer templo de la Diócesis entran y salen del mismo por el Arco de las Bendiciones.
¿Por qué hay que desmontar una celosía y no usar, por ejemplo, el otro acceso que hay junto a la Puerta de Santa Catalina? La disposición interior de las naves de la Mezquita impide que los pasos realicen movimientos transversales a causa de la presencia de los arcos, por lo que sólo se pueden mover en la misma nave. El acceso a través de la celosía les permitiría acceder en línea recta hasta la nave de la capilla de Villaviciosa que, por su anchura, conecta directamente con la nave principal hacia la que se dirigirán los cortejos procesionales para salir de nuevo al Patio de los Naranjos por la Puerta de las Palmas.
Estas cuatro celosías fueron colocadas en 1972 por Rafael de La-Hoz Arderíus para recuperar la iluminación interior natural del edificio, algo que fue suprimido a partir de la llegada a Córdoba del rey Fernando III en 1236 para la construcción de capillas, algunas de las cuales se conservan en la actualidad. Esta actuación del arquitecto cordobés fue la primera intervención arquitectónica que se realizó en el edificio en siete siglos para devolverle un elemento original que se considera imprescindible para la interpretación del templo musulmán.
El hijo de este arquitecto, Rafael de La-Hoz Castanys, señaló ayer a este periódico que aunque ve "con agrado" que las procesiones vayan a la Catedral, considera fundamental conocer primero "los fundamentos teóricos" del proyecto para poder pronunciarse. Esta argumentación será indispensable para poder salvar los niveles proteccionistas que están fijados en la Ley de Protección del Patrimonio Histórico Español de 1985.
Para hacer que las procesiones entren y salgan sin interrupción de la Mezquita-Catedral, además de la sustitución de la celosía, es fundamental también la construcción de una nueva rampa para salvar el desnivel de la Puerta del Perdón. Esta estructura tendría un diseño diferente al de la que actualmente se usa, puesto que ya no desciende en línea recta hasta el pasillo central del Patio de los Naranjos. Ésta tendría un diseño en ele para girar a la derecha, bordeando la torre, lo que permitiría que las hermandades llegaran directamente hasta la celosía en cuestión por la que acceder al interior del templo.
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