El sabor del estío cordobés
Varias heladerías de la ciudad muestran las novedades que llevan este año a sus mostradores en los meses de verano como ayuda para combatir las altas temperaturas
Sorprenderse por el calor que invade Córdoba durante estos días veraniegos sería parecido a hacer del frío moscovita una exclusiva. Tampoco es novedad que, para paliar las altas temperaturas, no hay nada mejor que tomarse un helado de proporciones desorbitadas. El gremio cordobés de heladeros lo sabe, y cada año arroja dulces sorpresas en forma de nuevas recetas que suponen un valor añadido frente a soluciones alternativas para refrescarse el gaznate.
Una gran conocedora de este alimento es Aitana, de la veterana La Flor de Levante, situada en la plaza de las Tendillas (aunque cuenta con otros locales repartidos por la ciudad). Aitana reivindica el helado artesano como un producto exclusivo y que implica varios elementos. Por ejemplo, que la base del helado sea pura leche natural y que los ingredientes utilizados para obtener el resultado final sean de temporada, frescos y sin aditivos (el típico sin conservantes ni colorantes). Esta profesional habla del caso del helado de turrón que se despacha en La Flor, cuya materia prima cuenta con denominación de origen de Jijona. Además, se trata de uno de los pocos establecimientos en Córdoba que tiene el orgullo de vender una horchata elaborada a partir de chufas con igual denominación de origen. Y qué decir de sus sorbetes de fruta de temporada. Sin duda, una apuesta segura.
Otra posibilidad para probar este alimento lo ofrece la Heladería Buonissimo, ubicada en la ronda de Isasa y regentada por Daniel. El italiano, natural de Brescia, apuesta por la fabricación artesanal de helados precedida de una investigación propia. Entre los más solicitados se encuentran el tradicional de chocolate, y entre los más curiosos, el de limón y jengibre. Buonissimo ofrece además productos aptos para veganos y sin azúcar.
Este artesano insiste mucho en la necesidad de elaborar sorbetes y helados a partir de frutas de temporada y recuerda que incluso llegaron a tener uno de cerveza Bandolera. "Ahora tenemos sorbete de nectarina, de sandía, de paraguaya...", dice Daniel, y añade que siempre "buscamos materia prima por la zona; leche de Córdoba, naranjas de Palma del Río en primavera y a final de verano tocará el turno a los mangos de Granada".
Esta misma filosofía es seguida por los heladeros de Gadea, situada en la avenida de Barcelona, y a cargo del maestro artesano Luis Sempere. Estefanía, una de las trabajadoras de la empresa, habla de los sabores de kinder bueno y de nata y nueces como su especialidad. Además, nocilla, huesito y galleta Príncipe son los favoritos de jóvenes y no tan jóvenes. El de milhoja, apunta Estefanía, "reproduce a la perfección el sabor del dulce artesano, tanto que la gente se sorprende". Además de su gran surtido de helados veganos de melocotón, sandía y muchas otras frutas, destaca el de vainilla con brownie.
Esta dulce recopilación sigue con Piccola, que preside la plaza del Moreal. Destaca su helado de pastel cordobés con cabello de ángel que, según el propietario, José Pablo, "está arrasando". Otra de las recetas auténticas de Piccola es el chocolate Mezquita, bautizado así porque integra naranja, en honor al Patio de los Naranjos. Los helados de nata, uno mezclado con frutos secos y otro con tocino de cielo, se encuentran en la cima de la demanda del establecimiento. "Llevamos innovando desde que mis padres abrieron la heladería en los 90", afirma José Pablo. El heladero sigue los consejos de sus progenitores y los resultados de sus investigaciones se ven materializados en novedosos helados salados, como el de queso azul, que suele salir en Navidad. Piccola cuenta también con una gran variedad de helados aptos para diabéticos y para veganos, y todos, especifica José Pablo, "están elaborados artesanalmente por nosotros mismos".
El recorrido finaliza con un clásico de la ciudad; David Rico, situado en la calle Jesús y María, y famoso por su helado de mantecado. Es el "de toda la vida", reivindican Matilde, Martina y Montse, regentes del local. Entre las tres llegan a la conclusión de que leche merengada y turrón son también sabores altamente demandados. Como las anteriores, esta heladería puede presumir de trabajar con productos 100% artesanales y con frutas de temporada para elaborar sus sorbetes.
Con esto, resulta un alivio pensar que existe en Córdoba un gremio de heladeros a la altura que alcanza el mercurio en los termómetros.
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