Bolonia reduce al 10% el índice de absentismo en la Universidad

La asistencia a clase y los trabajos de cada materia suponen el 40% de la calificación final · Los profesores pueden recoger firmas o pasar lista para controlar al alumnado

Alumnos de la Facultad de Medicina durante una clase práctica.
Alumnos de la Facultad de Medicina durante una clase práctica.
Lourdes Chaparro

14 de febrero 2011 - 01:00

El plan Bolonia ha conseguido devolver a los alumnos de la Universidad de Córdoba (UCO) todos los días a clase. La llegada de las directrices europeas ha conseguido cambiar la actitud de los estudiantes, que ahora sí que asisten a sus centros con total normalidad y el índice de absentismo apenas llega al 10%, según la encuesta realizada por El Día entre las escuelas y facultades de la UCO. Esta elevada asistencia se debe a la evaluación continua que exige Bolonia, ya que el 40% de la calificación final de cada asignatura es el resultado de los trabajos, la participación y la asistencia, mientras que el 60% es el examen final. No obstante, antes de que llegaran los grados la UCO puso en marcha los cursos pilotos en algunas titulaciones para ensayar los cambios de Bolonia, lo que, según los decanos consultados por este periódico, permitió que el índice de absentismo bajara de manera gradual.

La manera de medir la asistencia a clase depende de cada profesor, aunque la mayoría opta por soluciones básicas, como la de pasar lista, distribuir un papel para recoger firmas o nombrar de manera arbitraria a algunos alumnos para comprobar si está o no. Eso sí, todo depende de cada asignatura, según pone de manifiesto el decano de Veterinaria, Librado Carrasco, quien recuerda que en su centro la asistencia a las prácticas es obligatoria. Carrasco reconoce que la llegada de Bolonia ha hecho que la participación del alumnado en las aulas sea más "activa" en relación a los estudiantes que continúan con el plan antiguo.

Quien comprueba cada día estas diferencias es la profesora de Veterinaria Juana Martín de las Mulas, que imparte la misma asignatura en el primer curso del grado y en el segundo curso del antiguo plan. En la licenciatura, apunta, "la asistencia a principio de curso es del 90% y ahora, en exámenes, es del 55%". La situación cambia en el grado, ya que la asistencia es constante y llega al 95%, al menos en la asignatura de Citología e Histología que imparte. Esta profesara tiene su propio sistema para contabilizar a sus estudiantes, junto a dos compañeros que enseñan la misma asignatura. En concreto, dos de estos tres docentes pasan una hoja de asistencia de manera arbitraria y "luego hacemos preguntas relacionadas por la evolución continua", añade. Este método permite saber quién responde y sirve para puntuar. "Los alumnos de grado son más atentos y participan más que los del plan antiguo", asegura.

La reducción del número de alumnos por clase también ha permitido que el control de asistencia sea más exhaustivo en la UCO. El decano de Ciencias del Trabajo, Federico Navarro, señala que tras Bolonia "se percibe un reducción de los niveles de absentismo en los nuevos grados". "La explicación puede estar, en primer lugar, en la configuración de los grupos docentes, que son más pequeños y permite un mejor relación entre profesores y alumnos", detalla. La otra razón que esgrime Navarro es que "en la metodología docente se toman en consideración actividades donde los profesores llevan a cabo un seguimiento de la labor del alumno y exige una participación más activa del alumno". Navarro reconoce también que ahora "los profesores introducen como criterio de valoración del estudiante la asistencia a clase".

En los nuevos grados, "el nivel de asistencia se ha incrementado notablemente", apunta el subdirector de Ordenación Académica de la Escuela de Agrónomos, Emilio Camacho. El centro ya ha hecho las primeras estimaciones con la llegada de los grados y éstas, según Camacho, indican que se ha pasado de un nivel de absentismo de más de un 30% a menos del 15%. Esto se debe, apunta, "a la evaluación continua del alumno y a la organización docente por las actividades que se contemplan en los grados".

El director de la Escuela Superior Politécnica, Francisco Vázquez, no quiere aún cantar victoria con los grados, a pesar de que en una de las asignaturas que imparte su centro la asistencia a prácticas ha rozado el 90% de asistencia, cuando el curso pasado en la materia equivalente en el título a extinguir no llegó al 55%. Eso sí, recomienda "no confundir un aumento de la asistencia a clase con una mejora en la calidad de la enseñanza o en el rendimiento académico". Vázquez detalla que en su centro algunos profesores han optado por valorar la asistencia a clase y realizan "cualquier tipo de control de asistencia de forma habitual", mientras que "otros valoran sólo la presencia en las sesiones de pequeño grupo, que son más prácticas, y dan libertad de asistencia a las de gran grupo". Sin embargo, continúa, "algunos son más flexibles y dejan al alumno la libertad de decidir a qué clases acudir y las que no".

Quien sí que demuestra la utilidad de los grados para controlar la presencia de los alumnos en las aulas es el decano de Ciencias -centros que imparten Química, Biología, Ciencias Ambientales, Física y Bioquímica-, Manuel Blázquez, que reconoce que este primer cuatrimestre la asistencia llega al 90%, mientras que en las antiguas titulaciones ronda entre el 60 y el 80%. Las situación es distinta en la Escuela Politécnica de Belmez, según apunta su director, José María Fernández, quien asegura que sólo en el caso de que la presencia sea obligatoria la asistencia es "masiva".

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