Bodegas Campos recibe a su barrio

Esta empresa de carácter familiar celebra una verbena para sus trabajadores y vecinos de la Axerquíal calle lineros Además de los platos típicos de este restaurante, los asistentes pudieron disfrutar de música en directo.

El obispo, Juan José Asenjo, y el hermano mayor de la Misericordia, entregan a la familia un cuadro de reconocimiento.
El obispo, Juan José Asenjo, y el hermano mayor de la Misericordia, entregan a la familia un cuadro de reconocimiento.

No todos los días se cumplen cien años, sobre todo sin cambiar de casa, de vecinos, de clientes, en definitiva, de amigos. Bodegas Campos es hoy lo que es gracias, en parte, a las personas que han contribuido a su engrandecimiento desde que Domingo Campos del Santo llegara desde Soria para fundar este establecimiento por el que han pasado toreros, cantantes, poetas, aristócratas o políticos.

Pero ayer los protagonistas no pertenecían a la alta sociedad -que tanto caché ha dado a este local-, sino los trabajadores de estas bodegas y a los vecinos de la Ajerquía, dos piezas clave en su constante crecimiento. Bodegas Campos abrió sus instalaciones para agradecer a más de 1.500 invitados el cariño y el esfuerzo mostrado durante tanto tiempo, y lo hizo con la celebración de una misa en la parroquia de San Pedro presidida por el obispo, Juan José Asenjo, y con un posterior catering en la explanada de la calle Lineros al que acudieron empleados y residentes de la zona.

El restaurante se vistió con sus mejores galas para recibir a los verdaderos protagonistas de su primer centenario, una verbena en la que, además de los platos más típicos que le han dado fama nacional, también hubo música en directo durante toda la tarde, explicaba Mario Méndez, uno de los organizadores del evento.

Rafael Misa vive en la calle Lineros número 15 desde toda la vida. Nació y creció junto a Bodegas Campos, y hoy reconoce que este restaurante ha hecho mucho desde siempre, "no sólo por mi barrio, sino por toda Córdoba". Era uno de los invitados de la celebración de ayer, y esperaba con interés a que el obispo realizara el corte de honor de la cinta que daba por inaugurada la fiesta. "Yo he visto a muchos famosos, como la duquesa de Alba", recordaba este joven al tiempo que destacaba el carácter familiar y afable de todos los Campos.

Otro Rafael -uno de los cocineros de bodegas Campos desde hace ocho años- también acudió ayer a la verbena porque la ocasión lo merecía. Su baja laboral no le impidió acercarse hasta la calle Lineros para compartir un día de risas y recuerdos con sus actuales y antiguos compañeros. "Aquí se respira un ambiente muy agradable, esto se nota a la hora de trabajar", apostillaba el joven mientras no paraba de saludar a unos y a otros.

Junto a él se encontraba Beatriz, una de las vecinas de este barrio del Casco Histórico. "La verdad que han tenido mucho acierto celebrando algo así, pues nos vamos a encontrar todos los vecinos en uno de los restaurantes más representativos de toda Córdoba".

Antonio también acudió a la cita por invitación directa de Bodegas Campos. Tras muchos años trabajando para ellos siente a esta empresa como "una familia, pues te hacen sentir como en casa y te tratan con el máximo respeto". Bodegas Campos no escatimó en absoluto en esta multitudinaria fiesta pues no paraban de pasar y sacar platos de los fogones instalados en la explanada del restaurante.

La hermandad de la Misericordia -que tiene su sede canónica en San Pedro- también quiso mostrar su afecto a Bodegas Campos y el propio obispo y el hermano mayor de la cofradía, Manuel Ramírez, entregaron al actual gerente de esta firma familiar, Javier Campos, y al resto de representantes del grupo empresarial un cuadro como prueba de reconocimiento y felicitación a esta histórica bodega cordobesa con raíces castellanas que este año cumple con éxito su primer siglo de vida.

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