El Ayuntamiento de Córdoba ha licitado la contratación de los servicios de mediación cultural para su red de museos municipales, una red que está compuesta por el Julio Romero de Torres, el Taurino, el Alcázar de los Reyes Cristianos y los Baños del Alcázar Califal. El Consistorio espera ofertas hasta el próximo 1 de noviembre. El presupuesto base del contrato es de 1,2 millones de euros repartidos en tres años; 52.187 euros para 2023; 636.459 euros para 2024; y 593.323 euros para 2025. La empresa adjudicataria deberá contar como mínimo con ocho personas para llevar a cabo dicho servicio de mediación cultural.

El Ayuntamiento justifica la contratación en que "la red de museos municipales recibe un gran número de visitantes a lo largo del año y la atención a esta importante afluencia de personas, más allá de las cuestiones de mera seguridad y control de acceso, es una tarea de gran importancia para obtener la satisfacción del público". "Con la contratación de este servicio se obtendrán dos importantes objetivos: la satisfacción del público y el conocimiento de este grado de satisfacción que permita tomar decisiones estratégicas", se añade en la memoria del contrato.

El mediador cultural se ocupa del análisis de las formas de difusión de ideas, y también de la difusión de productos culturales. El término mediación cultural surge en Canadá en la transición del siglo XX al XXI, entendido como un método de desarrollo cultural que persigue la democratización de la sociedad y su inclusión en el diálogo con la cultura.

El diccionario de la Unesco define el término mediación relacionándolo con la comunicación y las relaciones públicas de las instituciones culturales. La actual museología define la mediación como parte de la comunicación donde confluyen tres aspectos principales: uno el trabajo científico, dos las tareas de investigación, y tres la actividad expositiva y educativa.

En toda Europa, la mediación adquiere un concepto amplio, incluyendo temas de educación, comunicación, promoción. Se persigue alcanzar la inclusión en las instituciones culturales. En definitiva, el mediador cultural pretende comunicar y divulgar el conocimiento, derivado del museo o monumento sobre el que trabaja. Desarrolla su trabajo en contacto directo con el público, ayudándole a entender la cultura y sus formas de expresión. Se preocupa en adaptar su trabajo al nivel de conocimiento y habilidad del público.

Actualmente, las instituciones culturales buscan diversificar las posibilidades de interpretación de las colecciones y monumentos, adaptándolas al tipo de educación y el nivel cultural de visitante. "En este sentido, promocionar el diálogo y el intercambio de conocimientos es de vital importancia en la mediación cultural. El mediador no se considera un experto, no da una información exhaustiva de la colección, sino que procura la formación de la mejor experiencia de los visitantes. el trabajo del mediador, por tanto, implica capacidad de improvisación, la adaptación a la audiencia a la que se dirige", refiere la memoria.

Requisitos

Las personas que vayan a trabajar como mediador cultural de la red de museos municipales deberán tener como mínimo formación en Bachillerato o Formación Profesional; conocimientos en turismo o humanidades o similar; capacidad y habilidades idiomáticas; y conocimientos de arte e historia de los museos municipales. No obstante, se puntuará de forma importante a las empresas que incluyan para esos puestos a personas con formación universitaria en  Historia del arte y de la expresión artística, y bellas artes o en Historia, arqueología, geografía, filosofía y humanidades.

Asimismo, será necesario el compromiso de adscripción de un coordinador técnico o responsable integrado en su propia plantilla que tendrá entre sus obligaciones la de actuar como interlocutor con el Ayuntamiento, la distribución del trabajo y la supervisión de sus trabajadores.

En este último caso, deberá contar con educación superior y experiencia en gestión de equipos y coordinación de actividades, además de cumplir otros requisitos como tener grado o licenciatura y estar familiarizado con el arte, la historia de Córdoba, y la gestión cultural; experiencia en gestión de equipos y coordinación de actividades de similares características; y conocimiento acreditado de inglés con título oficial B2.

Condiciones

La memoria del contrato recoge que la empresa adjudicataria deberá utilizar un lenguaje no sexista en toda su documentación, publicidad, imagen o material que se genere con motivo de la ejecución del contrato, y deberá evitar cualquier imagen discriminatoria de las mujeres o estereotipos sexistas y fomentar una imagen con valores de igualdad, presencia equilibrada, diversidad, corresponsabilidad y pluralidad de roles e identidades de género. Igualmente será condición especial de ejecución la impartición de una actividad formativa de cinco horas al personal adscrito a la prestación en material de igualdad y medidas de conciliación.